Cuando la industria de los vehículos autónomos se había centrado en los coches y camiones, otras máquinas del día a día parecían haberse quedado en un cajón esperando momento mejores. La última en salir a la palestra ha sido un proyecto de cortacésped autónoma que promete hacer el aburrido trabajo de empujar la máquina durante horas.

Una compañía californiana ha desarrollado una cortacésped que no necesita de un operario para ser utilizada. Además, para alinearse con la moda actual de reducir las emisiones recurre a baterías y paneles solares para realizar su trabajo de la forma más silenciosa y ecológica posible.

Detrás de Graze, como se llama la compañía, está un especialista en la industria del mantenimiento de jardines y un exempleado de la NASA que perteneció al equipo de la misión espacial Curiosity. Un proyecto que se centraba en recavar información de Marte a través de vehículos controlados.

Cortacésped autónomo

El proyecto de Graze se está llevando a cabo gracias a la inversión de dos de las empresas de mantenimiento de jardines más importantes de Estados Unidos. El volumen de negocio estimado de la jardinería en el país norteamericano es de 53.000 millones de dólares y las dos empresas participantes en el proyecto se sitúan en la lista de las 14 primeras, según reza la propia web.

El control básico de las cortacésped autónomas se llevará a cabo mediante una aplicación para smartphone, pero la tecnología que hay detrás de cada una de ellas es inmensa. Incorporarán un sistema de localización GPS, un LIDAR para medir distancias por láser, un panel solar para alimentar las baterías, un odómetro y una carta amplísima de sensores.

Estos sensores serán el alma de la cortacésped y se combinarán con machine learning para retroalimentar la tecnología propietaria. Permitirá mapear zonas, crear patrones de cortado, evitar obstáculos estáticos como árboles, esquivar personas en movimiento y recolectar datos para optimizar el cortado.

Sensor proximidad de cortacésped autónoma Graze

Una de sus principales bazas es la utilización de baterías y paneles solares. Las cortacésped tradicionales contaminan incluso más que un coche. Según recoge Teslarati, la contaminación de una sola hora de una cortacésped en marcha equivale a 40 motores de coche de combustión interna.

Por el momento, la maquinaria industrial ni de limpieza de las calles tienen restricciones medioambientales para ser empleadas en el centro de las ciudades, pero no es un escenario que se descarte en el medio plazo. Graze se cura en salud con este particular dispositivo.

Sensores del cortacésped Graze

En la actualidad existen algunos productos similares en el mercado. Algo así como una Roomba de cortacésped. La cortacésped de Graze promete una superficie de segado seis veces mayor de lo que puede acaparar las cortacésped robot que podemos encontrar en el mercado hoy en día. Nos podemos hacer así una idea del tamaño.

La compañía anuncia que han conseguido 36 millones de dólares en reservas de su producto y espera convertirse en una compañía de referencia mundial en el sector de la agricultura aplicada a la jardinería.

Noticias relacionadas