Los vehículos autónomos, sean cuales sean, son fascinantes; el hecho de que estos se puedan conducir solos gracias a los muchísimos sensores que tienen reconociendo el terreno abre un mundo de posibilidades a los humanos. O no, ya que existen los tanques con control remoto y no están siendo precisamente útiles.

La pionera en usar esta clase de tanques con control remoto fue Rusia el año pasado, en Siria. El país empezó a realizar pruebas en terreno sirio para probar la eficacia de estos tanques, los cuáles se pueden controlar a distancia. Según adelanta Futurism, las pruebas no han salido muy bien.

Las pruebas, más bien, están siendo todo un desastre. Según The National Interest estos tanques se toparon con una serie de obstáculos; sensores funcionando peor de lo que se esperaba, señales para controlar el vehículo a distancia obstruidas por edificios, etcétera.

Estos tanques con control remoto están siendo todo un lastre

En el año 2015 Rusia anunció que el 30% de sus armas cinéticas se controlarían por control remoto. Estas armas suponen todas las que impacten físicamente con un objetivo, ya sean balas, cohetes, etcétera. Esta promesa se cumpliría para el año 2025, y las primeras pruebas, al menos con estos tanques, han sido todo un fracaso.

El presidente ruso, Vladimir Putin, en una comparecencia reciente. Alexander Zemlianichenko Reuters

Según las ideas de Rusia para este proyecto, estos tanques se integrarían de forma perfecta en las unidades de infantería, ya sea con control remoto o funcionando de forma semi autónoma. Es decir, que estos tanques (con la supervisión de un humano) podrían detectar y atacar fuerzas enemigas por su propia cuenta.

El problema es que los tanques, según las pruebas, tienen muchos problemas. Por ejemplo, solo podían detectar objetivos a una distancia de unos 2 kilómetros. Un tercio del alcance que la misma Rusia anunció para estos vehículos. Cuando estos tanques se movían los sensores equipados en estos vehículos se volvían inestables y por ende inútiles.

Además los soldados notaron una altísima latencia entre la orden de abrir fuego y el disparo del tanque. Por si esto fuera poco, los obstáculos físicos del camino redujeron el alcance del control remoto de los tanques de más de 2 kilómetros a unos 400 metros. Esto implicaba que el responsable del manejo del tanque tenía que estar tan cerca del tiroteo como lo estaba el mismo tanque.

Existen muchos factores a la hora de estar en un terreno sumido en la guerra, y estas pruebas demuestran una cosa: que la guerra del futuro está lejos de suceder por ahora. Y eso, viendo los avances que se están dando en el terreno de la tecnología bélica, puede ser una buena noticia.

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