Probar los coches en ciudades donde se conduce medianamente bien es sencillo. Pero ahora Intel quiere llevar más allá sus pruebas y evaluar (de verdad) la tecnología autónoma en ciudades donde la conducción en general es todo un caos. Lo están haciendo, concretamente, en Jerusalén (Israel). No es Beijing (China), donde conducen todavía peor, pero es en entorno de conducción bastante malo.

Y es que, si pensabas que las recopilaciones de accidentes de coches en Rusia que puedes encontrar en Internet eran lo peor que ibas a ver en conducción, deberías bucear en YouTube para encontrar cómo conducen en la ciudad santa. En este entorno tan anárquico, Intel confía en mostrar las capacidades de la conducción autónoma.

Si es capaz de demostrar que se desenvuelve perfectamente en un entorno donde el coche se está enfrentando constantemente a posibles choques y donde un humano no acostumbrado a tal conducción sería capaz apenas de conducir agusto, una ciudad ‘normal’ donde se conduce correctamente sería pan comido para esta tecnología.

Intel quiere atreverse con Jerusalén para probar su coche autónomo

Ya no solo se trata de que en Jerusalén conduzcan realmente mal, sino que además se tiene que añadir el extra de que en cualquier momento se te puede cruzar un peatón por medio de la carretera, sin usar pasos de peatones y de manera completamente aleatoria, una moto o incluso cómo de repente se te cruza un coche que ha atravesado una acera para adelantarte.

De demostrar que su tecnología es hábil para conducir en esta ciudad, se demostraría perfectamente «la capacidad de los coches autónomos para tomar decisiones rápidas», mucho más que un humano.

La conducción en Jerusalén no tiene buena reputación, y por eso Intel lo ha escogido como nuevo destino

En concreto, repartirá por toda la ciudad una flota de 100 vehículos autónomos a través de su subsidiaria Mobileye. La flota de coches por el momento está equipada con cámaras que quieren combinar con un radares y sistemas LiDAR (un conjunto de sensores). De este modo, si uno de los tres sistemas falla, los otros dos tomarán el mando, lo que han llamado “redundancia verdadera”.

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