El zero roaming, la regulación de la Unión Europea para regular los precios que pagamos los consumidores por tener móvil en el extranjero, nació con buenas intenciones. Pero esta podría causar más desigualdad que igualdad en determinados países como España.

Todos conocemos a estas alturas las intenciones de la Unión Europea de eliminar factores como el roaming o la limitación regional. Desde Bruselas afirman estar luchando para eliminar la brecha, e incluso ya tenemos fecha para el fin del roaming. El 15 de junio podremos despedirnos por completo del clásico roaming. Pero esto podría tener consecuencias inesperadas.

Altran, a través de un informe sobre esta regulación de la Unión Europea, quiere denunciar esto. Afirman que la Unión Europea no ha tenido en cuenta factores como el turismo masivo o la calidad de las redes. Y todo esto podría traducirse en que nuestro operador suba las tarifas locales. Haciendo que nosotros paguemos por las tarifas de los turistas de manera indirecta.

Zero Roaming: un peligro para los países con turismo

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Una de las principales denuncias del informe es que la Unión Europea no habría tenido en cuenta la estacionalidad. Es decir, el turismo que reciben los países, la diferencia de usuarios entre enero y agosto. Por ejemplo, en Baleares tenemos algo más de 1 millón de residentes todo el año, pero en verano llega a recibir 13 millones de turistas, la mayoría europeos. Las redes tienen que estar siempre preparadas para estos picos, no sólo cuando hay apenas 1 millón de usuarios.

Esto significa que hay países donde los operadores tienen que invertir mucho más en redes, en comparación a otros. Por ejemplo, mientras que un operador puede estar invirtiendo 40€ por cada usuario, otro puede invertir 4€ por usuario. La nueva regulación de la Unión Europea hará que eso no importe: el operador que invierte poco o nada puede aprovecharse de las redes de otros países que invierten más.

Además, el precio por GB que ha establecido la Unión Europea se convierte en un arma de doble filo. La Unión prevé una bajada progresiva del precio hasta 2022, pasando de costar 7,7€ el GB a costar apenas 2.5€. Ahora no pierden dinero, pero Eulogio Naz, consejero de Altran, cree que ya están en el límite de no ganar dinero. No sabemos cuánto cuesta 1 GB a una operadora y si pierden dinero ahora mismo. Pero, si el precio sigue bajando, y los costes de la red aumentan, los operadores pueden verse en un problema.

La nueva regulación podría incentivar el ‘falso roaming’

Todo esto podría hacer que algunos operadores jueguen a crear ‘falso roaming’. Es decir, que creen tarjetas SIM a precios de un país con la intención de que sean usadas a otro país. La Unión Europea quiere evitar esto con cláusulas de uso razonable, pero Altran afirma que existen métodos ilegales y alegales de esquivar esta regulación. Incluso, en casos hipotéticos, una operadora de un país nos podría vender una SIM en otro país, todo con la intención de usarla en un tercer país. La regulación en este sentido es muy laxa, y difícil de aplicar.

¿Cómo nos afectará a nosotros como consumidores?

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“Si sube el precio, menos gente tendrá acceso a las redes, aumentando la brecha digital”

La primera consecuencia, quizás, ya la estamos viviendo. Los operadores han ido subiendo los precios de sus tarifas, y puede que lo hayan hecho anticipándose a este movimiento. Según vengan más turistas, y aumente el uso de la red, los operadores pueden pasarnos ese coste añadido a nosotros. Los países con turismo tendrían que pagar por el tráfico de los turistas que vengan. También puede empeorar la calidad de la red, al aumentar la saturación de la misma.

Mientras, los operadores ya se están preparando ante la llegada del roaming gratis. El caso más conocido es el de Vodafone, siendo la primera que abre la puerta al roaming ilimitado. En este caso lo han tenido fácil, sólo han tenido que hacer acuerdos internos entre la compañía, así que no ganan dinero pero tampoco lo pierden. Telefónica no ha anunciado nada por el momento, pero ya estarían trabajando en un movimiento similar. Y el peor situado en España sería Orange: son los que menos presencia tienen en Europa, los que más difícil tendrían llegar a acuerdos.

Respecto a las OVMs que dependen de los operadores grandes, el abanico es más grande. Además de usar estos métodos alegales e ilegales comentados antes, también está la posibilidad de que se unan en federaciones. De esa forma podrían negociar acuerdos internos más competitivos. Según Eulogio Naz los números salen para crear este tipo de aventuras.

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