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Las claves

Alemania se ha convertido en la primera nación europea en desplegar el sistema de defensa aérea Arrow, una tecnología diseñada para interceptar misiles balísticos de alcance intermedio, como el ruso Oreshnik.

Berlín da un paso decisivo para reforzar su escudo ante la creciente amenaza de Moscú. La incorporación del sistema Arrow consolida ese papel y eleva la defensa europea a un nuevo nivel.

El Arrow es uno de los sistemas antimisiles más avanzados del mundo. Desarrollado por Israel Aerospace Industries (IAI) en cooperación con la Agencia de Defensa de Misiles de Estados Unidos (MDA), opera a alturas superiores a los 100 kilómetros —más allá de la atmósfera terrestre— y puede neutralizar amenazas a distancias de hasta 2.400 kilómetros.

Su despliegue, de carácter estacionario, complementa las defensas de menor alcance como los Patriot o los IRIS-T, montados habitualmente sobre camiones.

El sistema emplea un radar de alerta temprana capaz de detectar misiles balísticos apenas segundos después de su lanzamiento. Tras la señal inicial, un centro de mando automatizado calcula la trayectoria del proyectil enemigo y coordina la respuesta.

El interceptor Arrow 3 —la versión adquirida por Alemania— no destruye el misil mediante una explosión, sino mediante impacto directo ("hit-to-kill"). La colisión ocurre en el espacio exterior, donde el interceptor golpea al misil atacante a altísimas velocidades, minimizando el riesgo de que restos peligrosos caigan sobre zonas pobladas.

Su capacidad estratosférica le permite enfrentarse a amenazas que viajan a velocidades hipersónicas durante su fase media de vuelo, el tramo en el que su trayectoria es más predecible y la ventana de interceptación, mayor.

La eficacia demostrada del sistema disparó el interés de varios países después de que el Arrow ayudara a interceptar los ataques con misiles lanzados por Irán contra Israel en abril y octubre de 2024, según IAI.

Despliegue en Alemania

La ceremonia de presentación tuvo lugar en la base aérea de Holzdorf, a unos 100 kilómetros al sur de Berlín. Allí, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, subrayó el valor del sistema para la alerta temprana y la protección de la población y las infraestructuras críticas.

"Con esta capacidad estratégica, única entre nuestros socios europeos, reforzamos nuestro papel central en el corazón del continente. No solo nos protegemos a nosotros mismos, sino también a nuestros aliados. Fortalecemos así el pilar europeo de la OTAN y cumplimos con los objetivos de la Alianza”, afirmó.

El Gobierno prevé que el Arrow esté plenamente operativo en 2030. El sistema, diseñado para cubrir todo el territorio alemán desde tres emplazamientos —norte, centro y sur—, permitirá detectar e interceptar misiles de más de 1.000 kilómetros de alcance lanzados desde aire, mar o tierra, tapando una brecha crítica en la defensa nacional.

Una compra estratégica

Alemania adquirió el sistema en 2023 por 3.600 millones de euros, convencida de que los misiles rusos de alcance intermedio representan la principal amenaza para su territorio y su infraestructura vital.

En cambio, los misiles Iskander desplegados por Rusia en el enclave de Kaliningrado —a unos 500 kilómetros de Berlín— son considerados amenazas más adecuadas para la defensa proporcionada por los Patriot.

Aunque la ampliación hacia el este de la OTAN haya trasladado la primera línea defensiva a países como Polonia o los Estados bálticos, Alemania sigue siendo un actor estratégico y un centro logístico esencial en caso de conflicto.