La reciente botadura del primer ejemplar de las fragatas F-110 en Ferrol ha supuesto el inicio de un periodo crítico en su construcción: la integración de los sistemas y sensores a bordo.
La clase Bonifaz, como así se llama el primer buque que también da nombre a la familia de embarcaciones, será la espina dorsal de la capacidad naval de la Armada en las próximas décadas. Se espera que la primera unidad se entregue en 2028 e inaugure una cadencia anual hasta completar las cinco que componen la serie.
Dentro de las cualidades y capacidades de la F-110 se encuentra la rama de guerra electrónica, tan de actualidad últimamente tras los intentos de denegación del GPS a un avión del Ejército del Aire español, y que tiene a Rusia como uno de los máximos exponentes mundiales.
"El proyecto de la F-110 es el que más quebraderos de cabeza y más alegrías me ha dado", ha afirmado Ana Buendía, directora de negocio naval de Indra. Y "también es el proyecto más ambicioso de la construcción naval nacional".
"Han supuesto para la industria nacional, y concretamente para Indra, un salto tecnológico en todos los sensores del buque". Buendía también ha explicado que uno de los principales retos es garantizar que todos los sistemas se encuentran en el estado del arte durante toda la vida de los buques, hasta el final.
Botadura de la fragata F-111 Bonifaz de la Armada
Este aspecto es elemental, ya que hace prácticamente 15 años que comenzó a plantearse la F-110 como plataforma naval y, cuando se entregue la primera unidad, "la fragata ya será mayor de edad".
Lo que permitirá mantener a la clase Bonifaz en ese "estado del arte" al que se refiere Ana Buendía es el software, elemento clave para asegurar que los sistemas de guerra electrónica y los otros sensores consigan rendir al máximo durante las varias décadas de servicio por cumplir.
"Se pueden ir haciendo actualizaciones durante toda la vida del buque e incluso enviarlas de forma remota si fuera necesario", recalca. Algo impensable hasta hace relativamente pocos años.
Guerra electrónica y sensores
Uno de los pilares de las fragatas F-110 es que equiparán sistemas de guerra electrónica avanzados, tanto en banda radar como en banda de comunicaciones.
En la parte del radar, "lo que hacen es detectar y analizar señales del entorno de misión del buque e identificarlas", explica Ana Buendía.
"Con esto se permite tener una caracterización de las amenazas" que rodean al despliegue naval. El modelo elegido para las fragatas F-110 es el Rigel i110, que supone una nueva generación más avanzada respecto a versiones anteriores.
Sistemas y sensores integrados en las fragatas F-110
El Rigel i110 es un sistema que combina la parte RESM —el análisis y la detección de frecuencias radar enemigas— y la RECM —encargada de las contramedidas—. En esta segunda fase se "incluyen técnicas de perturbación y engaño sobre múltiples amenazas".
La parte de guerra electrónica en el ámbito de las comunicaciones estará representada por el sistema de interceptación Regulus i110, que "contribuye a identificar plataformas y amenazas", asegura Buendía.
Además de localizar y clasificar los emisores de comunicaciones tradicionales de frecuencia fija, también "emisores en salto de frecuencia o los de espectro ensanchado". Los detalles de este tipo de equipamiento son secretos, al ser material sensible de las capacidades que tendrá la Armada.
Los sistemas Rigel y Regulus i110 refuerzan la conciencia situacional del buque y, al mismo tiempo, lo protegen frente a posibles ataques. Ambos sensores están basados en tecnología de arrays planos y alta digitalización, que se integran en un nuevo concepto de mástil sin partes móviles como el que llevan las fragatas F-110.
Acompañando a los componentes de guerra electrónica, uno de los sensores más importantes y novedosos de la nueva clase de fragatas españolas es el IRST. Se trata de un sistema desarrollado conjuntamente por Indra y Tecnobit, del Grupo Oesía.
Se trata de un sistema electroóptico infrarrojo de detección y seguimiento. "Una pieza clave para la autodefensa del buque". De hecho, la F-110 es el primer modelo que lleva este sistema en la Armada.
El IRST combina cuatro elementos mecánicos de barrido basados en un multiplexor óptico, lo que permite a las cámaras de alta definición que incorpora el buque obtener una imagen que cubre los 360 grados alrededor de la plataforma. Lo hace "con una gran resolución espacial, para detectar amenazas asimétricas y de todo tipo".
El sistema de distribución de datos de navegación DIANA se trata de un elemento crítico para el buque. Aunque ya se encontraba integrado en las F-100, Indra incorporará en las F-110 uno de nueva generación.
Botadura de la fragata F-111 Bonifaz
DIANA es el primer sistema no estadounidense certificado para integrarse con el sistema de gestión de guerra AEGIS y consiste en un doble anillo de fibra óptica que pone a disposición de cada sistema de navegación los datos que necesita, con el formato adecuado y redundancia extrema.
Otro de los elementos aportados por Indra es el IFF. Se trata del sistema de identificación amigo-enemigo que sirve para evitar cualquier tipo de fuego aliado. Está basado en tecnología de barrido electrónico activo (AESA) de estado sólido y permite dirigir el haz para el proceso de evaluación de la potencial amenaza.
El Prisma 25X será el radar multifunción para respaldar el combate de superficie y el aterrizaje de helicópteros en cubierta. Está basado también en un sistema de barrido electrónico de estado sólido y optimizado para conseguir más prestaciones en el ámbito naval.
Puede detectar blancos de superficie y aéreos a baja cota de forma simultánea sin necesidad de conmutar entre un modo de operación y otro. Puede proporcionar información de designador de blancos a la dirección de tiro, apoyar la aproximación de aeronaves y localizar amenazas muy pequeñas, entre otras aplicaciones.
Este sistema cuenta con cuatro partes planas que sustituyen al radar giratorio, lo que contribuye a la reducción de la huella radar de las fragatas sin perder capacidad de detección en los 360 grados.
Actualización de las F-100
Las fragatas F-100, clase Álvaro de Bazán, también tendrán algo de la esencia de las F-110 a medio plazo. El Ministerio de Defensa ya ha aprobado la financiación a Navantia para que se lleve a cabo la MLU (Mid Life Update o Actualización de Mitad de Vida) en los próximos años.
Esta financiación, reflejada en el BOE de hace solo unas semanas, consta de 1.300 millones de euros, aunque el total del programa de renovación se espera que no baje de los 2.000 millones.
La modernización integral de las fragatas las mantendrá en dique seco durante 16 meses y se aprovechará para integrar algunos sistemas que proporcionarán un importante salto en las capacidades para el segundo tramo vital.
Indra, al igual que ya hizo durante el planteamiento original y algunas actualizaciones menores a lo largo de los últimos años, también participará en la MLU.
Fragata de la clase F-100 de la Armada Española con el sistema de combate Aegis integrado en su torre principal.
"Lo que pretendemos en la modernización de las F-100 es incorporar sistemas basados en la tecnología de las F-110", ha explicado Ana Buendía. "Aspiramos a modernizar la parte de guerra electrónica, tanto en banda radar como comunicaciones".
También se incluirán radares de navegación, exploración de superficie y para el control aéreo de helicópteros. Indra integrará la nueva versión de los sistemas DIANA e IRST con una tecnología basada en la que llevarán los buques de la clase Bonifaz.
Si fuera necesario, recalca Buendía, "también modernizar el sistema de comunicaciones satelitales". Otra herramienta clave como el IFF ya se ha actualizado, por lo que permanecerá sin cambios durante la MLU.
