El Gobierno desplegará este jueves un buque de la Armada con el objetivo de asistir a la Flotilla de la Libertad, que este fin de semana tiene previsto alcanzar la costa de Gaza con el objetivo de romper el bloqueo que Israel mantiene sobre el territorio palestino.
Un anuncio que ha hecho el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el marco de la Asamblea General de la ONU.
La decisión del presidente español responde a la creciente preocupación por la seguridad de esta misión humanitaria en aguas del Mediterráneo oriental, donde han tenido lugar incidentes recientes que han elevado la tensión.
"El Gobierno de España exige que se cumpla la ley internacional y que se respete el derecho de nuestros ciudadanos a navegar por el Mediterráneo en condiciones de seguridad", ha subrayado Sánchez.
La embarcación que llevará a cabo esta misión será el Buque de Acción Marítima (BAM) Furor, que zarpará desde el puerto de Cartagena (Murcia).
Está equipado con todos los medios necesarios para acudir en ayuda de la flotilla en caso de que se produzca algún ataque.
La embarcación, como sucede con todos los BAM, está preparada para realizar operaciones de rescate y proveer asistencia inmediata si las circunstancias lo requirieran.
Características del Furor
El buque elegido para la misión es un diseño 100% español fabricado por la empresa pública Navantia. Se trata del sexto patrullero oceánico de la Clase Meteoro, operativo desde enero de 2019.
A diferencia de los cinco barcos anteriores de su misma serie, construidos en la Bahía de Cádiz, el Furor se desarrolló y ensambló en los astilleros de Ferrol (A Coruña). Su construcción consolidó el compromiso de la Armada por modernizar su flota con tecnología de última generación.
BAM Furor
El BAM Furor presenta cifras destacables que lo posicionan como una herramienta versátil y altamente capacitada. Con una eslora de 93,9 metros y una manga de 14,2, este patrullero desplaza 2.840 toneladas y alcanza velocidades de hasta 22 nudos, es decir, unos 46 kilómetros por hora.
Gracias a su autonomía de 14.000 kilómetros y la capacidad de víveres para 35 días, puede operar durante largas misiones sin necesidad de reabastecimiento inmediato.
Su tripulación habitual está formada por 46 personas, aunque dispone del espacio y la infraestructura para ampliar funciones según lo requiera el despliegue.
Uno de sus rasgos más valiosos es la cubierta de vuelo con hangar, apta para helicópteros de los modelos NH90, SH-60 y AB-212.
Esta capacidad le permite ampliar su rango de acción, no solo en emergencias de carácter militar, sino también en operaciones de rescate, transporte de suministros o evacuaciones médicas.
Armamento del BAM
En cuanto a sus capacidades defensivas, el Furor está equipado con un cañón Oto Melara de 76/62 milímetros y dos ametralladoras MK-38 Mod-2 de 25 mm, un armamento concebido para garantizar una defensa eficaz en escenarios de alta tensión.
A esto se suman sus sistemas tecnológicos de primer nivel, entre ellos el SCOMBA, el sistema de combate de los buques de la Armada diseñado como un ecosistema unificado para coordinar múltiples embarcaciones de la Marina española.
BAM Furor
El navío también incorpora sensores de dirección de tiro, un avanzado conjunto de radares de navegación y control, y el sistema de guerra electrónica RIGEL, vital para detectar amenazas y asegurar la supervivencia en entornos complejos.
Este poderoso equipamiento facilita que el BAM Furor pueda actuar en un abanico de situaciones: desde operaciones convencionales de vigilancia, hasta la lucha antidroga, la interceptación de tráfico ilegal de personas y, como en este caso, misiones de rescate y protección humanitaria.
Otros países
España no es el único país europeo que ha decidido movilizar recursos navales en este contexto.
Italia, a través de su ministro de Defensa Guido Crosetto, ha anunciado la puesta a disposición de una fragata multifunción de su Marina Militare, que estaba desarrollando operaciones al norte de Creta dentro de la misión 'Mar Seguro'.
El objetivo, según explicaciones oficiales, es brindar apoyo y protección a los ciudadanos italianos embarcados en la flotilla.
La decisión española llega, además, como respuesta a los llamamientos realizados por los propios integrantes de la Flotilla, que han solicitado expresamente a los países con ciudadanos a bordo, entre ellos España, que aseguren una “protección efectiva”, incluyendo escolta naval, observadores diplomáticos y una presencia estatal visible que actúe como garantía frente a posibles ataques.
La flotilla ha denunciado haber sido objeto de episodios graves, como explosiones selectivas y lanzamientos de objetos no identificados hacia sus embarcaciones. Estas acciones han provocado daños materiales y han dificultado las comunicaciones, incrementando la sensación de vulnerabilidad.
