D. Barreira
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Donald Trump sigue presionando para que el juicio por corrupción a Benjamin Netanyahu se quede en nada. El mandatario republicano ha enviado una carta al presidente israelí Isaac Herzog para que indulte al primer ministro por enfrentarse, según su punto de vista, a "una persecución política e injustificada".

No es la primera vez que Trump insta a Herzog a indultar a Netanyahu. Ya lo hizo durante su intervención en la Knéset el pasado 13 de octubre para celebrar la entrada en vigor de la primera fase del plan de paz para la Franja de Gaza. Si en aquella ocasión soprendió con un tono entre lo sarcástico y lo incómodo -para el destinatario de sus exigencias-, la petición ahora se ha formalizado.

"Si bien respeto absolutamente la independencia del sistema judicial israelí y sus requisitos, creo que este 'caso' contra Bibi, que ha luchado a mi lado durante mucho tiempo, incluso contra el tenaz enemigo de Israel, Irán, es una persecución política e injustificada", apremia Trump en la carta, revelada por la oficina del presidente israelí.

El presidente israelí Isaac Herzog reunido en Jerusalén con el vicepresidente estadounidense JD VAnce. Leo Correa Reuters

Trump solicita el indulto para el "formidable y decisivo" Netanyahu, con quien ha sido capaz de alcanzar una paz "perseguida durante al menos 3.000 años". Interpelando a Herzog, le reclama que libere al primer ministro de los cargos que pesan sobre él -en unos procedimientos todavía por juzgar- y ponga fin a la "guerra legal".

Herzog se ha abstenido de tomar postura, subrayando en un comunicado que la solicitud de indulto debe manejarse a través de "los cauces legales correspondientes". El Canal 12 informó el mes pasado de que se han registrado conversaciones para que la esposa de Netanyahu, Sara, presente esta medida.

Fraude y soborno

Netanyahu carga con tres causas judiciales desde 2019, conocidas como los casos 1000, 2000 y 4000. En la primera se le acusa de recibir regalos de lujo —puros, champán y joyas para su esposa, esencialmente— de empresarios multimillonarios como Arnon Milchan o James Packer. La sospecha es que los hicieron a cambio de favores políticos.

"Puros y un poco de champán, ¿a quién demonios le importa?", se preguntó Trump el pasado octubre desde el estado del Parlamento israelí.

El 2000 investiga un acuerdo con el propietario del diario Yedioth Ahronoth, Arnon Mozes, para que le respaldara desde sus medios, ofreciendo a cambio leyes que limiten la competencia del periódico rival Israel Hayom.

El más grave es el 4000. Netanyahu, durante su gestión como ministro de Comunicaciones y luego como primer ministro, supuestamente impulsó regulaciones que favorecieron a la empresa Bezeq —controlada por Shaul Elovitch— a cambio de una línea editorial más que amable para él y su esposa en el sitio de noticias Walla, propiedad del empresario.

En este proceso los cargos incluyen, además de fraude y abuso de confianza, soborno.

Lo que Trump pide es que se haga borrón y cuenta nueva con Netanyahu incluso si se demuestra que ha favorecido intereses privados con un valor estimado en alrededor de 1.800 millones de shekels —unos 450 millones de euros— en beneficios para la empresa Bezeq.