D. Barreira
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Las claves

La filtración de un vídeo de las cámaras de seguridad de la prisión de Sde Teiman, en el que se ve a un grupo de soldados del Ejército israelí abusando sexualmente de un prisionero palestino, ha provocado un auténtico terremoto en Israel que ya se ha cobrado a su primera víctima. Se trata de Yifat Tomer-Yerushalmi, la jefa de la Fiscalía militar, acusada de participar en la publicación de las imágenes.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, ha informado este viernes de la decisión de cesar a Tomer-Yerushalmi. La fiscal, según informa The Times of Israel, ha presentado ya su dimisión al máximo responsable de las Fuerzas de Defensa de Israel, el general Eyal Zamir, que la ha aceptado.

La fiscal ha reconocido en su carta de renuncia haber aprobado la difusión del material "en un intento por contrarrestar la falsa propaganda dirigida contra las autoridades militares". El Ejército, que ha bombardeado Gaza por tercera noche consecutiva a pesar del alto el fuego, prometió hace unos días una "profunda investigación" para "descubrir la verdad".

El caso, que ha hecho saltar las alarmas y ha provocado críticas por parte de la cúpula militar ante lo que consideran un documento que hace peligrar a las FDI, ha empujado a Katz a anunciar que la fiscal "no volverá a ocupar su cargo". En este sentido, ha asegurado que garantizará que se haga justicia contra "cualquiera que tome medidas contra los soldados del Ejército de Israel" ante lo que ha calificado de "difamación de sangre".

"Dada la gravedad de las sospechas (sobre la filtración) y lo delicado del cargo que ocupa para hacer cumplir la ley, no hay motivos para que regrese al cargo", ha aseverado el ministro de Defensa en un comunicado en el que avanzaba que se requeriría a Tomer que "deje su puesto". Katz ha adelantado que se iniciará "cuanto antes" el proceso para elegir al nuevo fiscal militar.

En el vídeo se muestra cómo los soldados israelíes eligen a un hombre que se encuentra tumbado desnudo sobre el suelo en la base de Sde Teiman. Posteriormente, los militares lo colocan junto a una pared y abusan de él mientras se cubren con escudos para ocultar su identidad.

Las imágenes fueron desveladas por el Channel 12 y se remontan al mes de agosto de 2024. Las sospechas manejadas en el gabinete del primer ministro Benjamin Netanyahu apuntan a personas cercanas a la Jefatura de Policía y a altos cargos de la Fiscalía General Militar. La investigación de las autoridades israelíes pretende determinar si Tomer Yerushalmi estaba al tanto del incidente y si ordenó la filtración del vídeo.

El preso palestino víctima de los abusos de los uniformados, según la ONG israelí Médicos por los Derechos Humanos, "llegó al hospital con una condición potencialmente mortal y con lesiones en la parte superior del cuerpo y una lesión grave en el recto". Diez militares fueron detenidos poco después de la filtración del vídeo, de los cuales la mitad quedaron libres.

Soldados israelíes en la Franja de Gaza. Ronen Zvulun Reuters

Estos arrestos provocaron violentas manifestaciones en protesta frente a la cárcel de Sde Teiman, alentadas por algunos ministros ultraderechistas como el de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, o el de Finanzas, Bezalel Smotrich, ambos partidarios de maltratar a los palestinos detenidos y aplicar la pena de muerte.

Desde el inicio de la invasión de la Franja de Gaza a raíz de los ataques terroristas del 7-O, miles de palestinos han sido internados en Sde Teiman, un centro de detención ubicado en el sureño desierto del Néguev.

Según Amnistía Internacional y otras organizaciones, las autoridades israelíes practican en esta prisión torturas, palizas y agresiones sexuales de forma sistemática contra los cautivos palestinos, muchos de ellos sin cargos formales en su contra, en zonas que se escapan a las cámaras de seguridad.

Más de un centenar de cadáveres de palestinos entregados por Israel como parte de la primera fase del acuerdo de paz presentaban mutilaciones, según denunciaron a The Guardian fuentes del Ministerio de Sanidad gazatí. Todos los cuerpos examinados procedían del centro de detención de Sde Teiman. Una investigación del periódico británico desveló que los detenidos son encerrados en jaulas, se les encadena a camas y se les obliga a usar pañales.