“Ningún niño, por no hablar de adultos, tendría que pasar por esto. La gente está intentando sobrevivir en las circunstancias más desesperadas”, ha pedido Marianne Gasser, la directora del Comité Internacional de la Cruz Roja, desde Alepo en un comunicado. El infierno no cesa en el foco de resistencia a Bashar al Asad que a la vez sufre el acecho cercano del grupo terrorista Estado Islámico. Desde Ginebra, Jan Egeland, asesor principal de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU imploró el jueves: “Necesitamos 48 horas de cese en los combates para establecer un canal vital para lugares donde las personas están al borde de la inanición. Se acaba el tiempo”.

Se refería al Este de Alepo, además de otras cuatro ciudades sirias que protagonizaron las noticias hace algunos meses por el mismo problema: Madaya y Zabadani, bajo control de Hezbolá y fuerzas gubernamentales, así como Fua y Kefraya, en manos de grupos armados de la oposición.

Pero las alertas están saltando ahora en Alepo: Cruz Roja asegura que un número “incalculable” de civiles mueren cada día por culpa de los enfrentamientos en la ciudad más grande del país y el principal bastión de los rebeldes desde que comenzara la guerra civil hace más de cinco años. En sólo cuatro días, entre el 8 y 11 de julio, se registraron 57 muertes por morteros o proyectiles; 15 de los fallecidos eran menores, según Naciones Unidas. Además, hubo al menos 497 heridos en ese corto espacio de tiempo.

Los duros enfrentamientos entre las facciones opositoras a Bashar al Asad y las fuerzas del régimen se han recrudecido en las últimas semanas. Desde el 7 de julio permanece impenetrable la última ruta de acceso al noreste de la ciudad, lo que deja a 250.000 personas a merced de los suministros de los que dispongan. Las fuerzas pro Asad alcanzaron la calle Castello con el apoyo aéreo ruso el 7 de julio, tras conquistar una colina cercana, según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés). Egeland calcula que tienen para unas semanas, aunque un portavoz de la oposición le asegurara a inicios de mes a la agencia Reuters que disponían de recursos para aguantar durante meses.

El precio de alimentos de primera necesidad no perecederos como harina o arroz se triplicó y los productos frescos se multiplicaron. Un kilo de tomates costaba hasta cinco veces más a mediados de mes que antes del asedio, informó Reuters. Los líderes municipales impusieron el racionamiento.

Los bombardeos de rusos no cesan

El seguimiento continuado del ISW muestra cómo el Ejército de Asad gana terreno por el sur, la oposición resiste al norte. En el otro flanco del territorio controlado por los rebeldes, Estado Islámico acecha desde hace meses sin conseguir entrar en la ciudad. También han vuelto las bombas desde el aire. Rusia anunció hace unos meses que se retiraba del aire sirio y reducía su acción militar a un mínimo, pero según el ISW ha vuelto.

alepo .

El Instituto para el Estudio de la Guerra comentaba el 14 de julio que la campaña aérea de Rusia sobre la provincia de Alepo “decreció significativamente” en la primera quincena de julio (atacó un 50% menos de localizaciones), después de una intensa campaña a principios de junio, según el ISW. “Sin embargo, aviones rusos continuaron atacando objetivos en apoyo a las operaciones pro régimen sobre el terreno para rodear y asediar Alepo”, asegura.

Decenas de civiles están siendo asesinados cada día y apuntan más heridos por proyectiles, morteros y misiles. El bombardeo es constante

El Comité Internacional de la Cruz Roja asegura ahora que los bombardeos no cesan y que cada barrio de la ciudad sufre los combates desde hace unos días. Como organización humanitaria, no señala el origen de los ataques aéreos, pero los opositores no disponen de esos medios y los ataques aéreos promovidos por la coalición internacional que lidera Estados Unidos en la zona de Siria e Irak se centran contra Estado Islámico (que en los últimos meses ha perdido territorio bajo su control). Los propios rusos han indicado que están actuando en Alepo para ayudar a Damasco en su lucha, porque la calle Castello se estaba usando para llevar suministros a grupos armados, ha informado Reuters.

Los bombardeos son constantes en Alepo Abdalrhman Ismail Reuters

“La situación es devastadora. Oímos que decenas de civiles están siendo asesinados cada día y apuntan más heridos por proyectiles, morteros y misiles. El bombardeo es constante”, ha declarado Gasser. “La violencia amenaza cientos de miles de vidas, casas y sustento”.

Redes de agua, hospitales, almacenes, garajes de ambulancias, edificios públicos y hogares han resultado destruidos o dañados en todos los frentes de la ciudad, asegura. Pacientes y médicos han muerto o resultado heridos, y los doctores que han sobrevivido no dan abasto para atender a todos los que llegan.

Sólo piden una ventana humanitaria de 48 horas

Los civiles de “todas las partes”, se esfuerza en destacar Cruz Roja, están luchando por encontrar comida, un lugar donde refugiarse, o atención médica. Hay áreas enteras de la ciudad a las que les han cortado el acceso a comida y servicios esenciales para su supervivencia. El Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja de Siria, que son las dos organizaciones con mayor capacidad humanitaria en el país junto con las misiones de la ONU, han denunciado que “tienen dificultades para acceder a “muchas áreas debido a la violencia”.

Egeland ha explicado que en lugares muy poblados como Alepo no pueden recurrir a dejar caer la ayuda humanitaria desde el aire, porque puede herir tanto como ayudar. Además, en el caso de Alepo, la carretera no permite la entrada de grandes camiones, por lo que necesitan un lapso de tiempo de 48 horas para poder llevar todos los víveres y productos de primera necesidad a la población.

Desde el 7 de julio permanece impenetrable la última ruta de acceso al noreste de la ciudad Abdalrhman Ismail Reuters

Las cuatro ciudades más afectadas por los bloqueos de una y otra parte llevan sin recibir convoyes con ayuda humanitaria desde el 30 de abril, “lo que significa que las madres no tienen más alimento que dar a sus hijos en Madaya (o las otras ciudades)”, clarificó el portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Cuando tuvieron acceso a esta ciudad, a Zabadani, Fua y Kefraya en febrero por primera vez, los niños estaban sufriendo una hambruna y habían mejorado con la ayuda que llegó mensualmente hasta abril. Pero desde entonces Naciones Unidas no ha conseguido acordar un alto el fuego de nuevo para poder acceder.

Las madres no tienen más alimento que dar a sus hijos

En el lado positivo está que Naciones Unidas sí ha podido llevar ayuda humanitaria dejándola caer desde el aire a Deir ez-Zor -una localidad al Este del país- y 100 convoyes humanitarios han podido acceder a los 18 lugares asediados en la primera mitad de 2016 en comparación con los 45 que lo consiguieron en todo 2015. “Sin embargo, está lejos de lo que esperábamos y de lo que habíamos planeado”.

“Todas las partes en el conflicto, y todos aquellos con influencia sobre ellos, deben dejar de ignorar las leyes de la guerra. Hay que proteger a los civiles y las infraestructuras civiles”, ha solicitado Gasser, de Cruz Roja.

“En ausencia de un cese general de hostilidades, que esperamos y por el que rezamos para toda Siria, dennos al menos una ventana de 48 horas  para proveer a los civiles que están sufriendo tanto en estas áreas”, insistió Egeland a todas las partes. “Los convoyes humanitarios están listos, tenemos los suministros, necesitamos la pausa en los combates”.

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