Las claves
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El primer ministro de Bulgaria, Rosen Zhelyazkov, ha anunciado este jueves en el Parlamento la dimisión de su Gobierno tripartito encabezado por los conservadores después de varias protestas multitudinarias, la última anoche, lideradas por la Generación Z y en las que decenas de miles de ciudadanos han exigido su renuncia entre acusaciones de corrupción y críticas a los Presupuestos de 2026.
"Hemos oído la voz de la sociedad", ha afirmado el primer ministro, cuyo gobierno asumió el poder en enero y estaba formado por tres partidos, entre ellos el conservador Ciudadanos para el Desarrollo Europeo GERB.
Esta dimisión tiene lugar poco antes de votarse una moción de censura contra el Gobierno, la sexta desde que asumió el poder el pasado 15 de enero.
Figuras como Boiko Borisov, líder del GERB, y el oligarca Delian Peevski -antiguo empresario de los medios sancionado por EEUU y Reino Unido por corrupción, soborno y malversación de fondos-, cuyo minoritario partido DPS-Nuevo Comienzo daba un apoyo clave que permitía gobernar al tripartito, se han convertido en el centro de las críticas de las protestas no sólo en la capital Sofía, también en varias ciudades búlgaras.
Aunque ni Borisov ni Peevski forman parte del gabinete, ambos ejercen una influencia decisiva en la toma de decisiones del Ejecutivo de Zhelyazkov, según todos los analistas.
Numerosos politólogos búlgaros sostienen que Peevski tiene una gran influencia además en el sistema judicial, los servicios de seguridad, buena parte de los medios y otros sectores estratégicos de la economía del país más pobre de la UE.
Generación Z
La protesta de anoche, la tercera en los últimos días convocada por la plataforma Seguimos el Cambio-Bulgaria Democrática y el opositor partido europeísta PP-DB, reunió a numerosos jóvenes y exigió la dimisión del Ejecutivo y la convocatoria de nuevas elecciones, que serían las octavas desde 2021.
Entre las críticas al Gobierno de Zhelyazkov también está su incapacidad de elaborar un Presupuesto que aborde las reformas estructurales y profundas que necesita el país ante la falta de transparencia.
Estas cuentas públicas son las primeras que se han elaborado en euros, ya que Bulgaria adoptará la divisa comunitaria a partir del 1 de enero de 2026.
Este proyecto presupuestario incluía subidas de impuestos y pensiones y un mayor endeudamiento para financiar el gasto público que para muchos es un intento de ganarse la lealtad de la Administración y las fuerzas de seguridad.
Ya el pasado 2 de diciembre, el presidente de Bulgaria, Rumen Radev, reclamó la dimisión del Gobierno, así como nuevas elecciones, tras estas movilizaciones.
"Los búlgaros alzaron la voz contra la corrupción y la anarquía", dijo en un discurso dirigido al país en el que ha destacado cómo "miles de personas" desbordaron las plazas del país exigiendo la dimisión del Gobierno de Zheliazkov.
