Las claves
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Donald Trump y Vladímir Putin acordaron este jueves durante una conversación telefónica "muy productiva" que duró algo más de dos horas organizar una cumbre en Budapest dentro de dos semanas para buscar una salida negociada a la guerra en Ucrania.
El secretario de Estado, Marco Rubio, y el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, todavía no han fijado una fecha concreta para celebrar el encuentro. Pero la gran incógnita a esta hora es saber cómo aterrizará Putin en la capital de Hungría.
Reclamado por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra en Ucrania, el presidente ruso se arriesga a ser detenido si cruza o sobrevuela cualquier país firmante del Estatuto de Roma, que reconoce la jurisdicción del Tribunal de La Haya.
Hungría es, sin ir más lejos, uno de los 125 Estados firmantes del acuerdo. Es cierto que el Gobierno de Viktor Orbán anunció el pasado mes de abril que retiraba a su país de la CPI. Pero la salida no se hace efectiva hasta pasado un año. Sobre el papel, el primer ministro húngaro está obligado a cumplir las órdenes de la corte.
No parece por la labor de hacerlo. Y tampoco sería la primera vez que lo incumple. En abril, el primer ministro húngaro recibió con honores en Budapest a su homólogo israelí Benjamin Netanyahu, otro mandatario internacional buscado por el tribunal de La Haya por crímenes de guerra y lesa humanidad en Gaza.
"Budapest es, en esencia, el único lugar de Europa donde hoy en día se podría celebrar una reunión de este tipo, principalmente porque Hungría es casi el único país favorable a la paz", declaró este viernes Orbán en la radio pública húngara.
Su ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, confirmó que los preparativos para organizar la cumbre ya han comenzado. Es el mismo Szijjártó que aterrizó el pasado miércoles en Moscú para asistir a una conferencia sobre energía, desafiando la postura común de la Unión Europea.
Orbán mantuvo en la mañana del viernes una conversación telefónica con Putin para hacerle saber que pondrá todo de su parte para que la reunión no sólo tenga lugar, sino que además produzca resultados. "Los preparativos avanzan a toda pastilla", escribió el líder ultraconservador en Facebook.
La portavoz de la Comisión Europea, Anitta Hipper, aclaró este viernes que tanto Putin como Lavrov están sujetos a sanciones de congelación de activos, no así a prohibiciones de viaje a países miembros de la UE. "La reunión no está confirmada y no haremos comentarios sobre hipótesis, pero no hay prohibiciones de viaje como tales".
Tampoco sería la primera vez que Putin esquiva la orden de captura. En septiembre del año pasado, las autoridades de Mongolia, otro país signatario del Estatuto de Roma, evitaron detenerle durante una visita oficial de dos días. Es más, el presidente mongol Ukhnaagiin Khurelsukh le recibió con honores en Ulán Bator.
Fue la Administración Trump la parte que propuso Budapest como sede de la cumbre, y Putin "la apoyó de inmediato", según la versión de Yuri Ushakov, uno de sus asesores de confianza.
Era el primer contacto entre ambos líderes desde el 18 de agosto. Habían pasado tres días de la cumbre en Alaska. Un encuentro del que Trump no salió demasiado satisfecho porque, entre otras cuestiones, Putin había acordado reunirse con Zelenski. Una promesa incumplida.
