La Unión Europea quiere que Rusia empiece a pagar desde ya los costes de su guerra de agresión contra Ucrania y para ello plantea una especie de 'confiscación blanda' o 'confiscación a medias' de sus activos congelados en territorio europeo.
Bruselas prepara un crédito de 140.000 millones a interés cero para Kiev que saldría precisamente de estos fondos inmovilizados a Rusia, de forma que Moscú solo recuperará su dinero cuando haya pagado reparaciones de guerra.
El plan -que fue adelantado por la presidenta Ursula von der Leyen durante su discurso sobre el estado de la Unión- se discutirá en la cumbre informal de líderes europeos que se celebra el próximo miércoles 1 de octubre en Copenhague.
El canciller alemán, Friedrich Merz, que hasta ahora se había mostrado reticente, ha expresado su apoyo a la iniciativa y ha sido el que ha desvelado, en un artículo en el Financial Times, el importe total del préstamo: 140.000 millones.
Merz defiende que todo este dinero se consagre a ayuda militar. "Ha llegado el momento de aplicar una presión eficaz que desbarate el cínico juego del presidente ruso de comprar tiempo y le obligue a sentarse a la mesa de negociación", argumenta en su artículo.
Los jefes de Estado y de Gobierno buscan con urgencia nuevas vías para financiar al Gobierno de Volodímir Zelenski con el fin de cubrir el vacío dejado por Donald Trump, que desde su llegada a la Casa Blanca no ha aprobado nuevos fondos para Ucrania.
Desde el estallido de la guerra, Europa ha destinado cerca de 170.000 millones de ayuda militar y económica a Ucrania. Pero los Estados miembros tienen cada vez más dificultades para mantener este volumen de financiación en un contexto de ajuste presupuestario y necesidades de defensa propias.
A ello hay que sumar que la Hungría de Viktor Orbán bloquea en solitario desde hace dos años un total de 6.600 millones de euros en ayuda militar para Kiev procedente del Fondo Europeo para la Paz. El plan de Von der Leyen y Merz permitiría sortear el veto de Budapest.
En total, la UE mantiene inmovilizados alrededor de 200.000 millones de euros del Banco Central de Rusia desde el estallido de la guerra, que se encuentran bloqueados en Euroclear, uno de los mayores depositarios de valores del mundo con sede en Bruselas.
Los dirigentes comunitarios rechazaban hasta ahora confiscar la totalidad de este dinero por miedo a que esta maniobra socave el papel del euro como moneda de reserva.
De momento, Bruselas está utilizando únicamente los beneficios que generan estas reservas, alrededor de 3.000 millones al año. Este dinero se ha utilizado para financiar el envío de armamento y el préstamo de 45.000 millones del G7.
Pero los líderes europeos consideran que esta solución es insuficiente para garantizar a Zelenski la financiación que necesita para sostener su administración y pagar al mismo tiempo el esfuerzo de guerra.
"Alemania ha sido, y sigue siendo, prudente respecto a la confiscación de los activos del Banco Central ruso que están congelados en Europa, y no sin motivo", señala Merz en su artículo en el Financial Times.
Las dudas del BCE
"Hay consideraciones no solo de derecho internacional, sino también cuestiones fundamentales que afectan al papel del euro como moneda de reserva mundial", alega.
"Pero esto no debe frenarnos: debemos analizar cómo, sorteando esos obstáculos, podemos poner esos fondos a disposición de la defensa de Ucrania", reclama Merz.
Bruselas sostiene que este "préstamo de reparaciones" a Ucrania "no supone una incautación ni una confiscación de los activos soberanos rusos".
"Proponemos que el derecho de Rusia sobre estos activos se mantenga, pero utilizaremos los saldos en efectivo que se han acumulado debido a que esos activos rusos están inmovilizados y van venciendo", ha explicado el comisario de Asuntos Económicos, Valdis Dombrovskis.
"Eso nos permite evitar los problemas relacionados con la inmunidad soberana", sostiene Dombrovskis.
Esta solución cuenta con el apoyo de España, pero sigue generando dudas en Bélgica -que no quiere asumir en solitario los riesgos legales de esta 'confiscación blanda'- y en el Banco Central Europeo.
Tanto Merz como Von der Leyen defienden que los riesgos deben ser asumidos por los Veintisiete de forma colectiva, ya sea mediante garantías bilaterales o usando como aval el presupuesto plurianual de la UE.
"Tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para encontrar vías de mejorar y aumentar la financiación para Ucrania", dijo el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante la reunión informal del Ecofin celebrada la semana pasada.
"Eso conlleva también hacer un análisis creativo sobre cómo avanzar en la utilización, en sacarle rendimiento a esos activos inmovilizados, siempre dentro de un marco que garantice la seguridad jurídica", sostiene Cuerpo.
Sin embargo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, avisa de que la operación "debe respetar el derecho internacional y la estabilidad financiera".
