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El pasado mes de junio, Europa superó a Estados Unidos como el principal sostén financiero de Ucrania. Este mes de agosto, Europa también ha superado a Estados Unidos como el principal suministrador de armas a Ucrania. Los datos del Kiel Institute acreditan que, por primera vez en tres años y medio de guerra, Europa toma la iniciativa para apuntalar las defensas de Kiev en mitad del repliegue de la Administración Trump.

El centro de estudios alemán explica en su informe que "una proporción significativa de las armas proporcionadas ya no proviene de los arsenales, sino que se adquiere directamente a través de la industria de defensa". Eso significa, de acuerdo con los investigadores, que la suma de esfuerzos de los países europeos ha desplazado a la Casa Blanca "en términos de volumen total de ayuda militar proporcionada a través de la industria desde el inicio de la guerra".

Desde febrero de 2022, según el análisis del Kiel Institute, Europa ha asignado un total de 35.100 millones de euros en ayuda militar a través de adquisiciones de defensa. Son 4.400 millones más que Estados Unidos.

"Así es como debería ser", presume en conversación con este periódico Simon Schlegel, director del Programa Ucrania en el Zentrum Liberale Moderne de Berlín. "Europa tiene el deber y, con el tiempo, reforzará la seguridad europea. Hemos dependido demasiado de Estados Unidos y ahora tenemos que ponernos al día", añade el especialista.

Detrás del desembolso en materia humanitaria y de seguridad sólo están, en realidad, un puñado de países, sin contar con la Comisión Europea de Ursula von der Leyen. La Dinamarca de Mette Frederiksen, la Estonia de Kristen Michal —y antes de Kaja Kallas, ahora alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea— y Lituania lideran la tabla de ayuda financiera en la que Letonia, Suecia y Finlandia también ocupan puestos destacados.

En la cola aparecen Irlanda, Malta y la Hungría del prorruso Viktor Orbán, uno de los principales obstáculos para el envío de más ayudas a Kiev en el seno de las instituciones comunitarias.

En el frente armamentístico, son Alemania, con un gasto total de 16.510 millones de euros, y Reino Unido, con otros 13.770 millones, los países europeos que, desde el inicio de la invasión rusa, han asumido el grueso de la ayuda a Ucrania. Dinamarca, Países Bajos, Suecia y Francia también ocupan las primeras posiciones, aunque con un margen significativo respecto a Berlín y Londres.

Europa, en la hora crítica

El sorpasso de Europa a Estados Unidos como principal sostén de las defensas de Ucrania se produce en la antesala de la cumbre que Donald Trump y Vladímir Putin celebrarán este viernes en Alaska para discutir el futuro de Ucrania. Una cumbre en la que ni Ucrania ni sus aliados europeos tendrán asiento reservado.

Los socios continentales comparten con Volodímir Zelenski el miedo a quedar excluidos de cualquier acuerdo de paz que, como adelantó el propio Trump la pasada semana, contemple "intercambiar algunos territorios".

Europa asume más responsabilidades, es cierto, pero la brecha se amplía porque de forma simultánea Estados Unidos ha renunciado a cargar con el peso de mantener en pie las defensas de Ucrania.

Después de aprobar en mayo las primeras exportaciones de armas a Kiev desde su regreso a la Casa Blanca —aunque no como ayuda militar, fórmula habitual durante la Administración Biden, sino como ventas que Kiev debe financiar—, Trump congeló todo tipo de ayudas hasta principios de julio, cuando el portavoz jefe del Pentágono, Sean Parnell, anunció que habría un nuevo envío de "armas defensivas adicionales" a Kiev.

"En contraste —recoge el informe más reciente del Kiel Institute—, los países europeos continuaron con su apoyo a Ucrania: Alemania asignó un paquete de ayuda militar por valor de 5.000 millones de euros, la mayor ayuda bilateral de la actualización actual. Noruega le siguió con 1.500 millones de euros, seguida de una contribución belga de 1.200 millones. Países Bajos, Reino Unido y Dinamarca asignaron cada uno entre 500 y 600 millones de euros".

"Es una situación agridulce", traslada a este periódico Bohdan Kovalenko, analista del Consejo de Seguridad Económica de Ucrania. "Estados Unidos ha sido el mayor donante de ayuda militar. Sin embargo, la situación se compensa parcialmente con el aumento activo de la producción de defensa por parte de países europeos".

Kovalenko, en este sentido, considera que ambas partes salen ganando. "Ucrania mantiene el nivel de ayuda necesario, y Europa obtiene una base de defensa propia, sólida y tecnológicamente renovada, capaz de resistir una posible agresión, con armamento ya probado en condiciones de guerra real", indica.

"Existe un consenso generalizado entre los políticos europeos de que Estados Unidos, bajo el mandato de Trump, no es un socio fiable en materia de seguridad", explica Schlegel en diálogo con EL ESPAÑOL. "Sin embargo, tendrán que pasar muchos años hasta que Europa pueda ocupar todo el vacío dejado por Estados Unidos".

Schlegel insiste en que es Ucrania quien está defendiendo a Europa, no al revés: "Europa puede apoyar a Ucrania en esta tarea, lo que requerirá dinero, voluntad política y disposición a asumir riesgos", apunta.

La pregunta del millón es saber si Europa puede apuntalar en solitario la defensa de Ucrania. "Gran parte de la ayuda europea se produce en Estados Unidos y es adquirida por los patrocinadores europeos de Ucrania, así que mientras Estados Unidos siga vendiendo armas a Europa, es teóricamente posible", responde Schlegel.