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El presidente del Consejo de la Asociación Médica Británica (BMA, por sus siglas en inglés), Dr Tom Dolphin, ha desatado una oleada de críticas al comparar en redes sociales al presunto asesino Luigi Mangione con Jesucristo.

El comentario se produjo en medio de una semana especialmente tensa para el sistema sanitario británico, cuando cerca de 50.000 médicos residentes se preparan para paralizar el servicio público de salud (NHS) durante cinco días en demanda de un aumento salarial del 29 %.

Dolphin publicó en su cuenta de Bluesky una imagen del momento en que Mangione fue conducido esposado por la policía de Nueva York en diciembre pasado, acompañada por una obra de El Greco que representa el despojo de Jesús antes de la crucifixión El expolio de Cristo, según cuenta The Telegraph.

“Quizá esta pieza de El Greco debería titularse ‘El paseo de Cristo hacia el Pretorio’”, escribió. Aunque después matizó que no pretendía equiparar las acciones de Jesús con las de Mangione, alegando que su reflexión se centraba en la "potencia visual" de la imagen, sus palabras han sido interpretadas como una apología del asesino.

Una figura controvertida

Mangione, de 26 años, exestudiante de la Ivy League, fue arrestado tras una intensa búsqueda policial en EEUU y enfrenta 15 cargos, entre ellos asesinato en primer grado y asesinato en el contexto del terrorismo.

Está acusado de haber matado al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, supuestamente como acto de protesta contra el sistema de seguros médicos estadounidense.

Su detención, y la difusión de un presunto manifiesto donde arremete contra “la codicia y la corrupción” del sector sanitario, lo han convertido en una figura de culto entre ciertos sectores de la izquierda norteamericana.

La controversia no ha hecho sino agravar el clima político ya crispado por la huelga de los médicos residentes, que comenzará hoy viernes y se extenderá hasta el miércoles 30 de julio.

El gobierno británico ha rechazado las demandas salariales, recordando que los médicos han recibido los aumentos más generosos del sector público en los últimos dos años.

El propio Dolphin, anestesista en Londres y exaspirante laborista al Parlamento, ha sido señalado como uno de los líderes sindicales más combativos.

Reacciones políticas

Las declaraciones del presidente de la BMA han sido duramente criticadas por figuras del arco político.

Stuart Andrew, portavoz de Sanidad del Partido Laborista, calificó los comentarios como “profundamente inquietantes e inaceptables”. Exigió a Dolphin una rectificación inmediata por “comparar a un presunto asesino con Jesucristo”.

Por su parte, el secretario de Salud, Wes Streeting, tachó la huelga de “imprudente e innecesaria” y advirtió que podría poner en riesgo la seguridad de los pacientes si el NHS no logra reorganizar la atención médica planificada.

La BMA, por ahora, no ha ofrecido declaraciones oficiales sobre la polémica. Sin embargo, las publicaciones de Dolphin siguen disponibles en su perfil de Bluesky.

Luigi Mangioni es escoltado por la policía en Nueva York. Reuters

En esta red social, Dolphin también criticó el operativo policial que culminó con la detención de Mangione en un restaurante McDonald’s de Pensilvania: “Parece que quieren dejar muy claro lo que ocurre con quienes amenazan a los ricos”, escribió.

Simpatía y división

El caso Mangione ha generado una intensa polarización en la opinión pública estadounidense. En su audiencia judicial de abril, varias jóvenes acudieron a protestar contra la petición fiscal de pena de muerte.

Una encuesta realizada en universidades reveló que la mitad de los estudiantes veían el asesinato de Thompson de forma “extremadamente” o “moderadamente” favorable, lo que ha avivado el debate sobre el culto a figuras violentas como símbolos de lucha social.

La combinación de estas reacciones con las huelgas médicas en Reino Unido -cuyos efectos se prevé que paralicen buena parte de la atención en hospitales- ha situado a la BMA en el centro del huracán mediático.

La imagen de su presidente comparando al acusado de un asesinato con una figura religiosa universal podría debilitar su posición negociadora, y pone de relieve las complejas intersecciones entre militancia sindical, discurso público y redes sociales en tiempos de crisis.