El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, sigue teniendo de su parte la confianza de los ucranianos. Así lo dice la última gran encuesta de popularidad llevada a cabo por el Grupo Sociológico Rating; una organización de investigación local reconocida internacionalmente por su independencia. Según este sondeo, Zelenski todavía cuenta con el apoyo del 67% de sus conciudadanos.
Ahora bien: el presidente no es la figura más popular del panorama político-mediático ucraniano. Esa posición la ocupa, con un 73%, Valerii Zaluzhnyi. El general de cuatro estrellas que fue comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania entre los años 2021 –antes de la invasión rusa– y 2024, cuando fue destituido por Zelenski.
Pese a las tensiones que según diversos corresponsales existían entre ambos, el presidente no tardó en condecorar a Zaluzhnyi con el título de "Héroe de Ucrania". Poco después le nombró embajador en el Reino Unido; uno de los cargos más sensibles en el entramado diplomático ucraniano debido al enorme apoyo de los británicos a Kiev. De momento, ahí sigue.
En tercer lugar, a bastante distancia de ambos, se encuentran el jefe de la inteligencia militar ucraniana, Kyrylo Budánov, con un 56% del apoyo y Oleksander Syrskyi, el actual comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, o sea el sustituto de Zaluzhnyi, quien solo cuenta con el 41% del apoyo. La simpatía cosechada por el actual primer ministro ucraniano, Denís Shmihal, es todavía menor: solo el 25% de los encuestados afirma confiar en él.
Shmihal –recientemente entrevistado por Álvaro Escalonilla en EL ESPAÑOL– ha ejercido el cargo de primer ministro desde marzo de 2020 y, como tal, ha liderado todo tipo de reformas en tiempos de guerra. Que haya permanecido en el puesto tanto tiempo se explica porque Shmihal forma parte de la ‘guardia pretoriana’ que rodea a Zelenski.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y el jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania, Vasyl Maliuk, asisten a una reunión en medio del ataque de Rusia contra Ucrania, en Kyiv, Ucrania, el 1 de junio de 2025.
El sondeo del Grupo Sociológico Rating confirma los datos recabados el pasado mes de junio por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev (KIIS, por sus siglas en inglés). Aquel estudio reveló que la confianza en Zelenski se encuentra actualmente en torno al 65%, a bastante distancia del mínimo cosechado el pasado mes de febrero (cuando el porcentaje cayó hasta el 57%).
Con todo, el KIIS subrayó entonces que las diferencias regionales a la hora de valorar su liderazgo continúan siendo significativas. En el oeste del país, la parte menos castigada por Rusia pese a que también sufre ataques nocturnos, su popularidad se sitúa en el 73%. Sin embargo, en las regiones del sur y del este –las que tocan con el frente– ese apoyo cae hasta el 61%.
"Sin Zelenski hoy Ucrania no existiría"
Los datos ofrecidos por este tipo de estudios demográficos se alinean con las opiniones que se pueden recabar dando un paseo por las calles de Kiev. Aunque no todas son favorables a la figura de Zelenski, sí existe consenso a la hora de señalar que si las elecciones del 2019 las hubiese ganado el otro candidato, Petró Poroshenko, "hoy Ucrania no existiría".
Los ucranianos suelen señalar como punto de inflexión la primera noche de la invasión rusa, cuando las tropas del Kremlin trataban de cercar Kiev por el norte y los rumores sobre la suerte de Zelenski andaban disparados. Algunos decían que había sido secuestrado por un comando ruso y otros, los más, que había huido a Polonia.
Pero entonces, entre toda la niebla causada por el caos del momento, surgió un vídeo en redes sociales. En él aparecía Zelenski junto a sus principales asesores –Shmihal entre otros– frente al palacio presidencial. "Estamos aquí, en Kiev, dispuestos a defender Ucrania", declaró. Son muchos los ucranianos que citan ese momento como un revulsivo; como el chute de energía que inyectó una enorme dosis de determinación y afán de resistencia entre la población.
La lucha contra la corrupción
Entre todas las críticas deslizadas contra Zelenski por sus conciudadanos destacan dos: por qué no preparó mejor a Ucrania ante una invasión que parecía inminente (hasta pocas semanas antes de la misma Zelenski calificó de "alarmismo innecesario" las advertencias al respecto) y por qué no persigue con más tesón la corrupción.
Aunque Transparencia Internacional, la organización que publica el famoso Índice de Percepción de Corrupción, ha aplaudido los avances de Ucrania en ese sentido –citando el arresto del presidente de la Corte Suprema por unos sobornos o el del ministro de Agricultura por una trama de corrupción–, una parte de la ciudadanía piensa que todavía queda bastante terreno por cubrir.
Valerii Zaluzhnyi, todavía como máximo comandante, en una sesión parlamentaria.
La preocupación principal es que la corrupción esté sustrayendo recursos que podrían ir destinados a las fuerzas armadas ucranianas o al entramado sanitario, por ejemplo. "¿Por qué están construyendo carreteras en sitios como Sumi?", se preguntaba una arquitecta llamada Alina en alusión a una de las regiones que forman parte del frente durante una conversación con este periódico. "La respuesta es la corrupción".
Más allá del hecho de haberse quedado junto a su pueblo, lo que muchos ucranianos destacan de Zelenski es su cercanía en el trato y el hecho de no ser un político profesional. "He estado con él dos veces y es tal y como te lo imaginas; cercano, amable y preocupado genuinamente por la gente", cuenta un diseñador gráfico llamado Mykyta mientras enseña un selfie con el presidente de Ucrania. En la foto, tomada en Járkiv, aparecen ambos sonriendo (y con ojeras).
"Creo que Zelenski tiene que responder a unas cuantas preguntas relacionadas con gente cercana al Gobierno", dice por su parte una activista llamada Anna en alusión, precisamente, al tema de la corrupción. "Pero ahora no es el momento de hacérselas; ahora debemos seguir haciendo piña hasta que la guerra termine", concluye.
