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La Unión Europea fracasa en su intento de aplacar a Donald Trump con concesiones comerciales y tendrá solo dos semanas -hasta el 1 de agosto- para evitar el arancel general del 30% contra los productos comunitarios que ha anunciado este sábado el presidente de Estados Unidos.

Los líderes europeos han reaccionado a esta nueva amenaza de Trump con un llamamiento común a agotar la vía de la negociación hasta el último día. Sin embargo, la presión constante del exmagnate inmobiliario empieza a agrietar la unidad europea.

Mientras que la italiana Giorgia Meloni, una de las líderes europeas con más afinidad ideológica con Trump, insiste en evitar a cualquier precio una guerra comercial con EEUU, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido preparar medidas de represalia contundentes.

Este nuevo estallido se produce justo cuando los dirigentes comunitarios daban ya por hecho un acuerdo comercial de mínimos con EEUU, que según Bruselas iba a firmarse "en los próximos días", tras haber hecho importantes concesiones a Trump en las últimas semanas.

La Comisión de Ursula von der Leyen, que negocia en nombre de los 27 Estados miembros, se había resignado a aceptar que EEUU mantuviera de forma indefinida el arancel general del 10% impuesto desde abril a todos los productos europeos, sin tomar ninguna medida de represalia.

Y concentraba todos sus esfuerzos en rebajar los recargos sectoriales del 50% al acero y al aluminio y del 25% a los coches, especialmente los segundos.

Los europeos aumentarían además las compras de gas natural licuado (GNL) y de armamento estadounidense para reducir el déficit comercial con EEUU

Se trataba de imitar el acuerdo de mínimos cerrado con Trump por Reino Unido, que primero fue vilipendiado por los europeos por descafeinado y poco ambicioso, pero que en las últimas semanas se había convertido en el modelo a seguir.

El comisario de Comercio, el eslovaco Maros Sefcovic, que ha viajado hasta tres veces a Washington desde febrero, intensificó en las últimas horas los contactos telefónicos con sus homólogos estadounidenses. La propia Von der Leyen habló con Trump el pasado domingo en un intento de cerrar el trato.

Sin embargo, todas estas cesiones -cuyos principales promotores han sido precisamente Alemania e Italia, que reclamaban un acuerdo rápido con EEUU, con independencia del precio a pagar- al final no han servido para aplacar la furia del presidente norteamericano.

Justo cuando los europeos ya daban por hecho que se salvaban de nuevas subidas arancelarias, Trump se ha descolgado este sábado con el anuncio de la tasa general del 30% a todos los productos europeos a partir del 1 de agosto.

El presidente de EEUU avisa además a los dirigentes comunitarios contra cualquier tentación de imponer medidas de represalia: Washington sumará cualquier recargo que le imponga la UE a la nueva tasa del 30%, lo que desencadenaría una guerra comercial imparable.

"Estos aranceles son necesarios para corregir los muchos años de políticas arancelarias y otras barreras comerciales impuestas por la UE, que han provocado un déficit comercial grande e insostenible en contra de EEUU", dice Trump en una carta dirigida a Von der Leyen.

Un arancel arbitrario

Una misiva en la que el presidente de EEUU no justifica el tipo del 30% que impondrá a la UE. El pasado 2 de abril, que él mismo denominó como 'Día de la Liberación', Trump anunció un 'arancel recíproco' del 20% contra los productos comunitarios, que días más tarde rebajó al 10% durante 90 días de tregua negociadora.

En plena pausa, el exmagnate inmobiliario sorprendió el 23 de mayo con un nuevo ultimátum a la UE: aplicaría un arancel general del 50% si no cerraba un trato antes del 1 de junio. Este cambio constante de cifras y porcentajes deja al descubierto la arbitrariedad e imprevisibilidad de Trump.

Pese a ello, la reacción de los dirigentes de la UE ha vuelto a ser de mantener la cabeza fría y apostar por seguir negociando hasta el nuevo plazo del 1 de agosto.

"Imponer aranceles del 30% a las exportaciones europeas alteraría las cadenas de suministro transatlánticas esenciales, en perjuicio de empresas, consumidores y pacientes a ambos lados del Atlántico", ha señalado la presidenta de la Comisión en un comunicado.

"Seguimos dispuestos a trabajar para lograr un acuerdo antes del 1 de agosto. Al mismo tiempo, tomaremos todas las medidas necesarias para proteger los intereses de la UE, incluida la adopción de contramedidas proporcionales si fuese necesario", avisa Von der Leyen.

"Francia expresa su más firme desaprobación ante el anuncio de la imposición de aranceles generalizados del 30% a las exportaciones de la UE hacia EEUU a partir del 1 de agosto. Este anuncio llega tras semanas de intenso compromiso de la Comisión en las negociaciones con Estados Unidos, basadas en una oferta sólida y hecha de buena fe", se ha quejado Macron.

El presidente francés le pide a Von der Leyen que prepare medidas de represalia "creíbles", movilizando "todos los instrumentos disponibles" con el fin de "defender con firmeza los intereses europeos" sin no hay acuerdo antes del 1 de agosto.

En el extremo contrario, Meloni ha reclamado a la presidenta de la Comisión que intensifique los esfuerzos negociadores. "Confiamos en la buena voluntad de todas las partes implicadas para alcanzar un acuerdo justo, capaz de fortalecer a Occidente en su conjunto, ya que no tendría sentido provocar una guerra comercial entre ambos lados del Atlántico, especialmente en el contexto actual", sostiene Meloni.

Pero incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en la cumbre de la OTAN de La Haya apostó por el choque frontal con Trump a propósito del gasto en Defensa, ahora defiende una solución negociada, aunque sea en tiempo de descuento.

"La apertura económica y el comercio crean prosperidad. Los aranceles injustificados la destruyen. Por eso apoyamos y apoyaremos a la Comisión en sus negociaciones para alcanzar un acuerdo con EEUU antes del 1 de agosto", ha escrito Sánchez en su cuenta de X.

"Otra prueba de la incompetencia de Von der Leyen y de la Comisión. No han logrado un acuerdo arancelario favorable con EEUU y, una vez más, los europeos están pagando las consecuencias. Lo dijimos: los aranceles de la UE a EEUU debían haberse reducido tras la llegada de Trump al poder", ha escrito el ministro de Exteriores del húngaro Víktor Orbán, el otro aliado de Trump dentro de la UE.

¿Más cesiones o represalias?

Sin embargo, muchos analistas consideran que esta estrategia de la UE de ceder a las presiones de Trump es la que ha provocado el descalabro, puesto que el presidente de EEUU sólo entiende el lenguaje de la fuerza.

"Ser amables no le ha servido de nada a Europa. La clave ahora es responder con inteligencia, incluso si eso implica adentrarse en aguas económicas y geopolíticas peligrosas a corto plazo (sí, es posible que la administración Trump redoble la presión, pero terminará retrocediendo)", asegura el francés Olivier Blanchard, que fue economista jefe del Fondo Monetario Internacional.

"En los últimos días, muchos Estados miembros han cedido verbalmente, y varios políticos han hablado de la necesidad de complacer a Trump y no provocarlo. Pero si algo percibe Trump, es la debilidad de la otra parte. Así que no debería sorprendernos", señala el economista checo Tomás Prouza, que fue viceministro de Economía y ministro de Asuntos Europeos.

El arancel del 30% anunciado por Trump obliga de nuevo a los dirigentes de la UE a decantarse en la disyuntiva entre hacer más concesiones o tomar medidas de represalia contra EEUU. Y tendrán que pronunciarse en las próximas horas.

De hecho, la UE tiene listo su primer contragolpe contra Trump, que se aprobó en abril pero se suspendió durante la tregua de 90 días. Ahora entrará en vigor automáticamente el próximo martes 15 de julio, salvo que se tome una decisión en sentido contrario. 

Se trata de aranceles del 25% contra productos icónicos norteamericanos (entre ellos las motos Harley-Davidson, los vaqueros Levi's, la soja, el zumo de naranja, el tabaco, los yates de lujo o los diamantes) por valor de 21.000 millones de euros. 

Eso significa que las importaciones estadounidenses afectadas tendrán que pagar tasas de más de 5.000 millones para acceder al mercado comunitario.

El pasado viernes, el Ejecutivo comunitario todavía se planteaba suspender estos aranceles para dejar más espacio a la negociación. Pero el anuncio de Trump lo deja todo en el aire.

Además, Bruselas ha preparado un segundo paquete más importante de productos estadounidenses por valor de 95.000 millones para imponerles aranceles, aunque en este caso todavía necesita el apoyo de los Estados miembros.

Los próximos pasos a seguir los discutirán los ministros de Comercio de los 27 en la reunión programada para este lunes en Bruselas, a la que está previsto que asista en representación de España Carlos Cuerpo.