La Justicia rusa ha paralizado las siete causas judiciales contra Alexéi Navalny, activista y líder de la oposición a Vladímir Putin. Encarcelado desde 2021, Navalny lleva desapareció hace dos semanas de la cárcel IK-6 del este de Moscú en la que cumplía condena. Sus abogados, incapaces de comunicarse con él, sospechan que haya sido trasladado a una colonia de "régimen especial", donde podría permanecer incomunicado bajo el régimen penitenciario más duro de Rusia durante años.

Este lunes, los jueces del caso dieron por interrumpidas las vistas judiciales "hasta que se establezca [su] paradero". La misma mañana, Mariana Katzarova, relatora de la ONU sobre Rusia denunció que la ausencia del líder opositor ruso equivale a una "desaparición forzada". "Me preocupa enormemente que las autoridades rusas no informen dónde y cómo se encuentra Navalni durante un periodo de tiempo tan prolongado, algo que podría ser considerado una desaparición forzada", destacó.

El pasado viernes, después de que Navalny no se presentara a una audiencia con los tribunales, la Justicia notificó a los abogados del activista de que ya no se encontraba en la región de Vladimir donde había sido encarcelado. Los servicios penitenciarios rusos (FSIN) admitieron que el líder opositor había sido trasladado "desde la institución penitenciaria situada en el territorio de la región de Vladímir", informaba el portal Sota

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A aquellos que siguen el caso les preocupa que Navalny pueda ser amordazado o incluso asesinado tras la incertidumbre de las últimas semanas. Kira Yarmysh, su ayudante, dijo el lunes que su equipo había enviado solicitudes a cerca de 200 centros de detención preventiva rusos en busca de más información sobre el líder opositor desaparecido, pero que no habían podido encontrarlo.

A sus partidarios también les preocupa que haya sido hospitalizado tras sufrir un colapso a principios de mes debido a las deficiencias sanitarias y de alimentación en la prisión IK-6 de Vladimir, donde cumplía condena por cargos de fraude. La relatora de la ONU subrayó el lunes que Navalny no ha recibido adecuado tratamiento médico desde hace casi dos años, lo que ha contribuido a un grave deterioro de su salud.

El traslado de Navalny, condenado a casi 30 años de cárcel, está relacionado con la nueva sentencia por "extremismo" dictada contra él en agosto, que incluía una pena de 19 años adicionales y posiblemente supondrá condiciones más duras en prisión. Él mismo ha defendido que los cargos a los que se enfrenta son de naturaleza política.

El pasado 7 de diciembre, Navalny pidió desde la cárcel votar contra el presidente Vladímir Putin en las elecciones del 17 de marzo de 2024, y anunció la puesta en marcha de una página web (neputin.org, bloqueada un día después) que pedía a los rusos apoyar a cualquier otro candidato.

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Los partidarios de Navalny han lanzado una campaña contra Putin que incluye vallas publicitarias en Moscú, San Petersburgo y Novosibirsk con un código QR que enlaza con un sitio web en el que se pide a los críticos con Putin que utilicen tácticas "partidistas" no violentas para expresar su disidencia.

Navalny fue envenenado en Rusia con novichok en 2020, evacuado a Alemania para recibir tratamiento y regresó a Rusia en 2021, donde fue detenido, declarado culpable de cargos de fraude y extremismo y condenado a tres décadas de prisión. Sus partidarios afirman que ha sufrido misteriosas dolencias estomacales en prisión y creen que es probable que lo mantengan en prisión mientras Putin siga en el poder.