Bruselas

El primer ministro húngaro, el dirigente de derecha radical Viktor Orbán, amenaza con hacer descarrilar en solitario la cumbre de líderes europeos que empieza este jueves en Bruselas. Un Consejo Europeo, el último bajo presidencia española, cuyo objetivo era escenificar el apoyo sin fisuras a Ucrania para resistir la guerra de agresión de Rusia, pero que podría acabar en un estruendoso fracaso con "consecuencas devastadoras".

En concreto, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 tienen sobre la mesa un histórico paquete de ayuda a Kiev con cuatro elementos centrales: un plan de asistencia financiera de 50.000 millones de euros en cuatro años; un fondo de ayuda militar dotado con 20.000 millones de euros; el decimosegundo paquete de sanciones contra Moscú que incluye el veto a los diamantes; y sobre todo la decisión de iniciar las negociaciones para la entrada de Ucrania en la UE.

Sin embargo, la ayuda de la UE al Gobierno de Volodímir Zelenski podría colapsar en el peor momento, justo cuando los republicanos del Congreso han bloqueado también la financiación que ha propuesto la Casa Blanca de Joe Biden para Kiev. 26 de los 27 Estados miembros están de acuerdo en mantener la asistencia a Ucrania y lanzar las negociaciones de adhesión, pero Orbán está dispuesto a ejecutar su derecho de veto alegando que se trata de un país en guerra que no cumple los requisitos.

[La UE ultima desbloquear 10.000 millones a Hungría mientras Orbán amenaza con el veto a Ucrania]

"No aceptaremos ninguna presión y resistiremos cualquier tipo de chantaje o tentación", ha dicho este lunes en Bruselas el jefe de la diplomacia húngara, Péter Szijjártó, que ha asistido a la reunión mensual de ministros de Asuntos Exteriores de la UE. Szijjártó ha mantenido además una reunión bilateral con su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, ante el que se ha quejado por la "falta de preparación" por parte de la Comisión Europea sobre el impacto que tendrá la entrada de Kiev al club comunitario.

"La madre de todas las decisiones, la decisión más importante, es por supuesto la decisión de abrir las negociaciones de adhesión. No puedo imaginar, ni siquiera quiero hablar, de las consecuencias devastadoras que se producirían si el Consejo fracasa", ha dicho Kuleba. Para Kiev sería una "decisión desmotivadora", pero también supondría "un mal momento para la credibilidad de la UE", ha insistido.

El Gobierno de Zelenski sostiene que ya ha cumplido todos los requisitos que Orbán le reclamaba, en particular reformar su legislación educativa y de protección de la minoría húngara en Ucrania. "Lo más extraño es que Hungría ha estado consistentemente, durante décadas, en la vanguardia a la hora de apoyar la entrada de Ucrania en la UE. Es muy difícil entender de dónde vienen los argumentos de Hungría contra la apertura de negociaciones de adhesión, qué hay detrás", ha dicho Kuleba.

También el resto de socios europeos están desconcertados con la amenaza de veto del primer ministro húngaro. No saben interpretar si se trata de argumentos reales o de un intento de chantaje para lograr que la UE desbloquee los fondos regionales y Next Generation, congelados desde hace meses por la deriva autoritaria de Orbán. De hecho, Bruselas ultima la liberación de parte de estas ayudas (10.000 millones), una maniobra que en Bruselas se interpreta como una forma de cortejar a Hungría.

"La posición de Hungría ha sido muy deplorable en los últimos meses", ha lamentado la ministra de Asuntos Exteriores de Filandia, Elina Valtonen. "La única forma en que puedo interpretar la posición húngara, no sólo sobre Ucrania sino sobre muchas otras cuestiones, es que están en contra de Europa y de todo lo que Europa representa", sostiene el jefe de la diplomacia lituana, Gabrielus Landsbergis.

"Creo que es un choque de ideologías entre aquellos que quieren que Europa sea fuerte y aquellos que no quieren Europa en absoluto. Si podemos ser razonables y encontrar soluciones pragmáticas, quizá esto pueda resolverse. Si no, se avecinan tiempos oscuros", ha avisado Landsbergis.

"Espero que la unidad europea no se rompa, porque este no es el momento para debilitar nuestro apoyo a Ucrania sino todo lo contrario contrario: es el momento de aumentarlo", ha señalado el Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, Josep Borrell.

En los últimos días, tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el francés Emmanuel Macron, han hablado con Orbán para intentar persuadirle. El primer ministro húngaro también conversó brevemente con el propio Zelenski durante la toma de posesión de Javier Milei en Buenos Aires. Pero de momento no ha dado ninguna señal de que vaya a levantar su veto. Los diplomáticos en Bruselas se preparan para una cumbre muy larga.