El Ministerio de Defensa ruso asegura que uno de sus aviones insignia de la base aérea de Soltsy-2 -en la región de Nóvgorod-, el Tupolev Tu-22, ha sido destruido en un ataque con drones ucranianos. 

Los canales rusos de Telegram aseguran que no ha sido un bombardero si no dos, además de cerca de 13 aviones que se encontraban allí aparcados.

Las imágenes que se han publicado en redes sociales y que BBC ha podido verificar muestran uno de los bombarderos en llamas pese a que Rusia insiste en que el avión fue "dañado" pero no destruido. 

"El UAV fue detectado por el puesto de observación del aeródromo y fue alcanzado por fuego de armas pequeñas", dijo el Ministerio de Defensa ruso.

También, han descartado víctimas mortales en el ataque que han calificado de "acto terrorista" y han asegurado que el incendio que desató el ataque se extinguió sin más daños. 

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Sin embargo, las imágenes publicadas en redes sociales mostraban un gran incendio que envolvía un avión con el característico morro del Tu-22.

La destrucción de uno o dos aviones Tu-22 aislados -de los 60 que posee Rusia- no tendrían efecto, pero en Moscú preocupa la capacidad que los últimos ataques están alcanzando Kiev con más ataques y mayor destrucción.

Y es que en los últimos meses, Ucrania ha lanzado decenas de drones de ala fija para atacar a Rusia, pero en este ataque sobre Soltsy-2, el dron ha sido descrito como un "UAV de tipo helicóptero", lo que sugiere un dispositivo barato y lanzado a corta distancia.

El lunes, un portavoz del servicio de inteligencia de defensa de Ucrania dijo que otro avión militar resultó dañado en un ataque con drones en la región rusa de Kaluga.

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Los medios rusos también informaron del ataque, pero negaron que hubiera habido daños.

Un bombardero clave

La característica más importante de estos Tu-22 es que son aviones que pueden portar armas nucleares pero que, desde que arrancó la guerra de Ucrania, han portado misiles supersónicos de crucero antibuque Kh-22. 

El bombardero tiene su origen en la Guerra Fría, y recibe el nombre en clave de Backfire por la OTAN. Las versiones modernas, como el Tu-22M3, pueden alcanzar velocidades de Mach 2 -2300 km/h- y pueden transportar hasta 24.000 kg de armas, incluidas "bombas tontas" -bombas que no están guiadas- y misiles teledirigidos.

Estos aviones se han utilizado en conflictos en Siria, Chechenia y Georgia y ahora en Ucrania. De hecho, en enero, en un ataque en Dnipro murieron 30 personas en un misil lanzado por uno de estos Tu-22.