Agencias

Los colegios electorales en Turquía han cerrado a las 17:00 hora local (14:00 GMT) tras nueve horas de votación para elegir a los 600 diputados del Parlamento y al nuevo presidente, con los sondeos apuntando a una derrota, sin bien por poco margen, del actual titular, el islamista Recep Tayyip Erdogan, tras dos décadas en el poder. La jornada electoral ha transcurrido sin apenas incidentes.

La junta electoral central ha informado que un miembro de una mesa falleció y la oposición ha denunciado algunas irregularidades y supuestas manipulaciones de votos. Distintas fuentes y medios informan de que la participación será más elevada que habitualmente, en un país donde suele superar el 80%. Canan Kaftancioglu, la presidenta del partido socialdemócrata CHP, el principal de la oposición, ha asegurado por ejemplo que en Estambul la participación podría llegar al 90%.

Cinco millones de jóvenes, el 8% del electorado, votan por primera vez en estos comicios, y los estudios demoscópicos señalan que la mayoría lo hará por la oposición. Los últimos sondeos prevén una ajustada victoria del líder de la oposición, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu sobre Erdogan, aunque es posible que ninguno de los dos logre en esta primera vuelta de las presidenciales la mayoría absoluta que evitaría una segunda ronda dentro de dos semanas. Un tercer candidato, el nacionalista Sinan Ogan, no obtendrá más del 3%, suficiente para restar a los dos candidatos con opciones los votos necesarios para lograr esa mayoría.

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En las parlamentarias, las encuestas ven improbable que la coalición del partido de Erdogan, el islamista AKP, con el ultranacionalista MHP renueve su mayoría absoluta, aunque tampoco la alcanzaría la alianza del socialdemócrata CHP con el nacionalista IYI, por lo que el partido izquierdista HDP sería decisivo.

La campaña electoral ha sido muy tensa, con Erdogan llegando a comparara estas elecciones con el fallido golpe de Estado que sufrió en 2016, algo que ha despertado los temores de que el presidente no acepte una eventual derrota, o de que sus partidarios provoquen disturbios que dificulten una entrega ordenada del poder.

Ante esos comentarios, el propio Erdogan afirmó el viernes que aceptará cualquier resultado de forma democrática.

La junta electoral suprema de Turquía ha levantado la prohibición de informar sobre los resultados de las elecciones, que originalmente estaba vigente hasta las 21:00 hora local.