Bruselas

Bruselas se dispone a aprobar medidas de emergencia con el fin de prohibir de forma temporal (hasta junio) las importaciones de cereales ucranianos a Polonia, Hungría, Eslovaquia, Rumanía y Bulgaria, salvo aquellos cargamentos en tránsito hacia otros países de la Unión Europea o del resto del mundo.

El objetivo de esta iniciativa es proteger a los agricultores de estos países, que denuncian una avalancha de productos agrícolas procedentes del país en guerra que está hundiendo los precios en los países fronterizos.

Además, la Comisión de Ursula von der Leyen aprobará un segundo paquete de 100 millones de euros para compensar a los productores europeos afectados. El Ejecutivo comunitario ya aprobó en marzo una primera ayuda de 56 millones de euros destinada a los agricultores de Polonia, Bulgaria y Rumanía.

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Con esta iniciativa de alcance europeo, la Comisión pretende evitar que estos países sigan adoptando "medidas unilaterales". En los últimos días, Polonia, Hungría, Eslovaquia y Bulgaria ya han introducido vetos nacionales que según Bruselas vulneran la legislación comercial europea. 

"Es una medida de la UE que sustituiría a las medidas unilaterales adoptadas por los países de primera línea, que tendrían que retirarlas. La política comercial es una política común que requiere una solución europea", explican fuentes comunitarias. En la práctica, Bruselas avala los vetos de estos países con la exigencia de que no afecten al tránsito.

La prohibición de emergencia se aplicará únicamente a cuatro productos: trigo, maíz, colza y semillas de girasol. Para el resto de productos agrícolas afectados por la avalancha de importaciones ucranianas, el Ejecutivo comunitario lanzará procedimientos de investigación normales para determinar si es necesario adoptar también medidas restrictivas.

El anuncio de estas medidas lo ha hecho la propia Von der Leyen en una carta dirigida a los primeros ministros de Polonia, Hungría, Eslovaquia, Bulgaria y Rumanía, que a su vez habían escrito a la presidenta para pedirle que adoptara medidas.

"Las medidas unilaterales sólo benefician a los adversarios de Ucrania y no deberían erosionar nuestro apoyo incondicional a Ucrania. Las exportaciones de Ucrania deben seguir llegando a los mercados de todo el mundo, incluidos los países en desarrollo. Al mismo tiempo, tenemos que abordar las consecuencias imprevistas del aumento inesperado de las importaciones en vuestros países", alega Von der Leyen.

El Ejecutivo comunitario sostiene que los cereales ucranianos se quedan en Polonia y el resto de países fronterizos porque los costes logísticos de enviarlos a otras partes son excesivamente elevados: representan el 40% del total, mientras que en circunstancias normales no deberían superar el 10%.

De hecho, Bruselas pone como ejemplo el caso de España, que el año pasado puso en marcha un proyecto piloto para importar cereales ucranianos por tren que no ha tenido seguimiento por sus altos costes. De hecho, nuestro país importa ahora el maíz que necesita de América Latina porque le sale más barato que sacarlo de Ucrania. 

Por ello, Von der Leyen reclama concentrar ahora todos los esfuerzos en mejorar la logística para sacar los productos agrícolas de Ucrania a través de los países vecinos, sobre todo ahora que las exportaciones desde los puertos del mar Negro han vuelto a caer a mínimos por el bloqueo de Rusia.