Agencias

El Gobierno italiano, reunido este jueves en un Consejo de Ministros, aprobó un decreto para construir un puente entre la península y la isla de Sicilia (sur), un proyecto que el país ha debatido y planteado durante décadas aunque sin éxito.

El ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, confirmó la norma, que retoma una sociedad ya existente, Stretto di Messina (Estrecho de Mesina), y que ahora contará con la participación mayoritaria del Ministerio de Economía y el de Transportes, además de las regiones de Sicilia y Calabria.

La intención del Ejecutivo es retomar el diseño presentado en 2011, aunque actualizándolo a las nuevas normas de seguridad y medioambiente.

La joya de la ingeniería italiana

"El nuevo proceso de autorización tendrá que asegurar el puente atirantado más largo del mundo (3,2 kilómetros), que será la joya de la corona del arte de la ingeniería italiana", prometió el ministerio en una nota.

Salvini, quien hizo de este proyecto su gran apuesta desde que tomó la cartera de infraestructuras, afirmó que el puente será un "motor de crecimiento" para el sur de Italia, además de una "importante atracción turística".

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El ministro de Protección Civil y Políticas del Mar, Nello Musumeci, celebró por su parte que el decreto ley "es un primer paso concreto hacia la realización de una infraestructura estratégica esperada desde hace más de un siglo".

"El puente permitirá, junto con ferrocarriles rápidos, carreteras modernizadas y puertos equipados, hacer del sur de Italia la base logística de Europa en el Mediterráneo. Pongámonos manos a la obra", indicó.

La propuesta de salvar con un puente el embudo que separa los mares Tirreno y Jónico es antiquísima y se ha propuesto en innumerables ocasiones desde la fundación de Italia como Estado, en el siglo XIX.

El paso más decidido se dio en 1981 cuando el Gobierno del democristiano Arnaldo Forlani creó la empresa "Stretto di Messina" pero no se hizo nada.

Descartados los túneles submarinos

La idea fue retomada años más tarde, en 2001, por el magnate y primer ministro Silvio Berlusconi pero cinco años después fue parada por el socialdemócrata Romano Prodi, hasta que en 2012 el tecnócrata Mario Monti dio un carpetazo al proyecto que parecía definitivo, en línea con sus políticas de austeridad presupuestaria.

Un informe del Ministerio de Infraestructuras de mayo de 2021 descartaba la posibilidad de unir el estrecho con túneles submarinos y exigía la realización de estudios sísmicos pues la zona registra terremotos así como las frecuentes erupciones de volcanes como el de la cercana isla de Stromboli o el Etna, el más activo de Europa