Bruselas

En un mundo cada vez más peligroso marcado por la guerra de Rusia en Ucrania o la creciente asertividad de China, la Unión Europea y Reino Unido (que comparten los mismos valores y alianzas) no podían permitirse el lujo de seguir enzarzados en las disputas interminables del Brexit. Esa es la conclusión a la que llegaron Ursula von der Leyen y Rishi Sunak tras su primera reunión a finales del año pasado, según ha relatado la presidenta.

Una toma de conciencia conjunta que ha desembocado este lunes en el "acuerdo de Windsor", cuyo principal valor político es que Bruselas y Londres se comprometen a dejar definitivamente atrás la acritud del divorcio y a iniciar una "nueva etapa" de colaboración en la escena mundial. Un nuevo inicio que se concreta en la reforma del protocolo sobre la frontera de Irlanda del Norte, el principal foco de tensión en los últimos dos años

"Si examinamos los enormes desafíos a los que nos enfrentamos juntos, ya sea la atroz guerra de Rusia en Ucrania o la lucha contra el cambio climático, tenemos tanto en común! Estamos luchando por los mismos valores, estamos en el mismo bando, codo con codo, y queremos la mejor solución para la gente de Irlanda del Norte", ha relatado la presidenta de la Comisión en una rueda de prensa conjunta con Sunak, antes de reunirse con el rey Carlos III.

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Con Boris Johnson, la tensión entre la Unión Europea y Reino Unido alcanzó niveles tan altos que estuvo a punto de desencadenar una guerra comercial abierta entre los ex cónyuges. El Gobierno británico inició la tramitación de una ley que permitía modificar unilateralmente el protocolo de Irlanda del Norte, suprimiendo controles aduaneros y acabando con la tutela del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE). Bruselas respondió con un arsenal de acciones legales contra Londres por saltarse el acuerdo del Brexit.

El factor que lo cambió todo fue la llegada al poder de Rishi Sunak tras el efímero gobierno de Liz Truss. Un político 'brexitero' de primera hora pero con un perfil pragmático totalmente alejado del populismo y la gesticulación constante de Johnson. Desde que Sunak fue elegido primer ministro, la "música" de las relaciones con la UE mejora y las negociaciones se desbloquean, explican fuentes comunitarias.

Ursula von der Leyen ha viajado de Bruselas a Londres en el tren Eurostar Comisión Europea

El primer acuerdo llegó en enero de 2023: la UE consigue acceso a la base de datos británica que hace seguimiento en tiempo real del tránsito de mercancías entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido. A partir de aquí, el diálogo se acelera pero en "modo túnel", es decir, sin que apenas trascienda información. Bruselas ha dejado que sea Sunak el que filtre con cuentagotas las soluciones pactadas y el que presuma de haber arrancado concesiones que ni Johnson ni Truss lograron. "Para la UE, el principal valor del acuerdo es el acuerdo mismo", subrayan las fuentes.

Eso sí, el Ejecutivo comunitario sostiene que no se han traspasado ninguna de sus líneas rojas. El "acuerdo de Windsor" contiene todas las salvaguardas necesarias para garantizar la integridad del mercado único europeo y reserva al TJUE la última palabra en la resolución de disputas que afecten al derecho comunitario, ha presumido Von der Leyen. Lo cierto es que la UE siempre dijo que el protocolo de Irlanda del Norte no iba a cambiarse y al final sí se ha modificado.

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"El acuerdo de Windsor tiene como objetivo beneficiar a la gente de Irlanda del Norte y apoyar a todas las comunidades que celebran la paz en la isla de Irlanda. Y este es el motivo por el que creo que podemos abrir un nuevo capítulo en nuestra asociación: una relación más fuerte entre la UE y Reino Unido, en tanto que estrechos aliados que trabajan codo con codo ahora y en el futuro", ha dicho Von der Leyen.

"El Reino Unido y la Unión Europea podemos haber tenido nuestras diferencias en el pasado, pero somos aliados, socios comerciales y amigos. Algo que vimos claramente el año pasado cuando nos unimos a otros para apoyar a Ucrania. Este es el comienzo de un nuevo capítulo en nuestra relación", coincide el primer ministro británico.

El rey Carlos III ha recibido en audiencia a Ursula von der Leyen en el castillo de Windsor Reuters

La primera muestra de esta reconciliación por parte de Bruselas será aceptar a Londres como miembro del programa de investigación Horizonte Europa. El Gobierno de Sunak se ha comprometido a abandonar la polémica Ley sobre el Protocolo de Irlanda del Norte, mientras que la Comisión paralizará a su vez los procedimientos de infracción contra Reino Unido. Además, el fin del conflicto despeja el camino para "aprovechar toda la potencialidad" del Acuerdo de Comercio y Cooperación entre la UE y Reino Unido.

Para proteger la paz en el Ulster y evitar una frontera que divida la isla, Bruselas y Londres pactaron en su divorcio un estatus especial para Irlanda del Norte, que sigue vinculada a las reglas del mercado interior la UE sobre mercancías. Eso significa que, en la práctica, la frontera se ha desplazado al mar de Irlanda, con nuevos controles a los productos que llegan a los puertos de Irlanda del Norte procedentes del resto de Reino Unido. Los unionistas norirlandeses denuncian que este sistema pone en riesgo la integridad territorial del país.

La solución pactada por Sunak y Von der Leyen consiste en crear dos carriles separados, uno rojo y otro verde. Los productos de Gran Bretaña destinados únicamente a Irlanda del Norte viajarán por el carril verde, con menos controles fitosanitarios y burocracia aduanera. Unos controles que sí se aplicarían en el carril rojo a aquellos productos susceptibles de entrar en Irlanda y por tanto en el mercado único europeo. 

La otra gran novedad consiste en un "freno de emergencia" que permitirá al parlamento de Stormont pedir la paralización de nuevas leyes europeas que tengan "un impacto significativo y duradero" en la población. Un mecanismo de "último recurso" que según Sunak subsanará el "déficit democrático" en Irlanda del Norte.

El "acuerdo de Windsor" todavía podría naufragar en su tramitación interna en Reino Unido, donde tiene que ser ratificado por el parlamento de Westminster. Sunak todavía tiene que vencer la resistencia tanto de los unionistas norirlandeses como de la corriente más euroescéptica de su propio partido tory, comandada por Johnson y Truss. La UE ha hecho todo lo posible para que triunfe en esta batalla.