Es el nuevo primer ministro británico y viene cargado de primeras veces: será el primer mandatario de origen indio y el primer seguidor del hinduismo en ejercer el cargo. Sin embargo, ahí se terminan las diferencias de Rishi Sunak con los liderazgos británicos anteriores, porque todo lo demás en su recorrido es una copia del camino que han seguido los diferentes líderes: colegio privado, Universidad de Oxford, carrera en la City y afiliado a uno de los partidos mayoritarios, en su caso, el Conservador. Un hijo más del establishment

Nieto de inmigrantes indios, Rishi Sunak nació en Southampton, hijo de un médico y de una farmacéutica. Miembros destacados de la comunidad hindú de esa ciudad, a día de hoy siguen ofreciendo una comida a los fieles locales en el tempo que fue fundado por su abuelo en 1971. 

A los 42 años, Rishi Sunak es el producto de la inversión de sus padres, que ahorraron cuánto pudieron para llevarlo a Winchester, una de las mejores escuelas privadas de Reino Unido, en la que se empezó a codear con la elite londinense. "Era un éxito asegurado", contaría su madre en un documental de la BBC en 2001, "tenías una muy buena formación, conseguías un buen trabajo y respeto, subías en la escalera social y todo se volvía más fácil".

Rishi Sunak, nuevo primer ministro de Reino Unido

Se graduó en 2002, empezó a trabajar en el grupo de banca e inversión Goldman Sachs, puesto que abandonó en 2004 para estudiar un MBA en Stanford, en EEUU, hasta 2006. Allí conoció a su esposa, Akshata Murty, multimillonaria y heredera del imperio de la firma de IT Infosys, con quien se casó en 2009 en Bangalore. Tras unos años en EEUU, volvieron a Reino Unido en 2013, año en el que Sunak se mete en política de lleno de la mano de los tories. El guion, si los padres alguna vez se lo imaginaron, salió rodado con el colofón: llegar a Downing Street a los 42 años. 

"La elección que haga ahora nuestro partido decidirá si la próxima generación de británicos tendrá más oportunidades que la última. Es por ello que me presento para ser vuestro próximo primer ministro y líder del Partido Conservador", señaló Sunak al presentar su candidatura al liderazgo del partido.

[Rishi Sunak, nuevo primer ministro de Reino Unido: el hijo de dos hindúes llega al 10 de Downing Street]

Sunak llegó a la Cámara de los Comunes en 2015, de la mano de David Cameron y, en el referendo del 'Brexit', pese a la campaña de Cameron por la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, Sunak apoya la salida del país. "Es una oportunidad única para esta generación, para que nuestro país tome el control de su destino. Sé que salir nos traerá alguna incertidumbre, pero creo que nuestra nación será más libre, más justa y más próspera fuera de la Unión Europea", dijo entonces en un manifiesto a favor del 'Brexit'

Ya con Theresa May a los mandos del país, Rishi Sunak asciende al puesto de subsecretario de estado parlamentario para el gobierno local, en una de las remodelaciones de gobierno que se vio obligada a hacer la mandataria. Cuando May renuncia, Sunak apoya la candidatura de Boris Johnson sin fisuras. 

Al llegar a Downing Street, Johnson retribuye el apoyo con un nombramiento para el cargo de secretario jefe del Tesoro y, siete meses después, Sunak asciende al puesto de ministro de Economía y se transforma en el segundo político más poderoso del país.

Pocas semanas después de asumir el cargo, la pandemia del Covid-19 se instala en Reino Unido y Sunak se convierte una de las caras más conocidas para sus ciudadanos. Mientras Johnson instaba a los ciudadanos a que se quedaran en casa, Sunak anunciaba un amplio plan de ayudas económicas que ascendía a cientos de miles de millones de libras, para apoyar a trabajadores y empresas con fondos gubernamentales. 

En sus comparecencias televisivas diarias, Sunak empieza a destacar por encima de Boris Johnson: su talante profesional y serio contrasta con el tono caótico de Johnson y en algunos sectores del partido se empieza a hablar del entonces ministro de Economía como el posible sucesor del premier

Polémicas 

Sin embargo, las polémicas del partygate, que dictaron la caída en desgracia de Boris Johnson, tampoco han dejado a Sunak impoluto. Cuando el premier fue multado por haber celebrado su cumpleaños con una fiesta en época de confinamiento, Sunak recibió el mismo castigo por haber asistido a dicha celebración. 

Además, su esposa se vio envuelta en un escándalo fiscal, al salir a la luz que no pagaba sus impuestos en Reino Unido, algo que ha manchado su popularidad. Sus detractores le afean también su comportamiento demasiado ostentoso - en uno de los debates en los que ha participado antes de las primarias contra Liz Truss fue noticia el traje a medida de 4.000 euros y los zapatos de 500 euros que vestía - que, dicen, demuestra su falta de empatía con la realidad de los ciudadanos. 

Rishi Sunak participó en las partygates.

Cuando el cerco a Boris Johnson se apretó lo bastante, Sunak fue el segundo en darle la espalda y presentó su dimisión del Gobierno, precipitando la cascada de abandonos que terminaron por sentenciar el destino del ex primer ministro. Desde entonces, empezó la campaña por el liderazgo del partido, carrera que vio truncada por la elección de Liz Truss.

Su política de subida de impuestos, muy impopular dentro de los tories, pareció pasarle factura. Pese a declararse un firme defensor de una política de bajada de impuestos, Sunak siempre ha sostenido que este no era el momento para hacerlo y que una medida como esa llevaría al país a un mayor endeudamiento e impulsaría un mayor alza de la inflación. Si llegaba al poder, Sunak prometía más ayudas para hacer frente al aumento exponencial de los precios de la energía este invierno. 

Según aseguró a la BBC, prefería "perder la elección a ganarla con una promesa falsa". A la luz de la respuesta de los mercados a las medidas de Liz Truss, y de su fatídico destino, Sunak estaba en lo cierto. Este domingo, el actual ministro de Economía, Jeremy Hunt, nombrado por Liz Truss para arreglar la catástrofe económica provocada por sus medidas, respaldó la política fiscal de Rishi Sunak. "Tomará las decisiones que sean necesarias para nuestra prosperidad a largo plazo", ha dicho. 

La caída de Liz Truss avaló su pronóstico y le dio la segunda oportunidad de ascender al poder. Ahora le cabe la titánica tarea de devolver la estabilidad a un país que desde hace unos meses no conoce otra realidad que la convulsión política y económica.