Bruselas

"Tenemos malas noticias de los ataques de Rusia", se lamentaba el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. La evolución de la guerra en Ucrania vuelve a dominar la agenda de la reunión de ministros de Exteriores de los Veintisiete que se ha celebrado este lunes en Luxemburgo, justo cuando el Kremlin ha llevado a cabo una nueva ronda de bombardeos en Kiev con drones kamikaze.

La respuesta de la Unión Europea a la nueva escalada militar de Vladímir Putin pasa por redoblar el apoyo militar a Ucrania. "Esta guerra continúa enviando ondas de choque por todo el mundo. Rusia está cada vez más aislada, como pudimos ver en la votación de la semana pasada en las Naciones Unidas. Moral, política e incluso militarmente: Rusia está perdiendo esta guerra, así que tenemos que seguir apoyando a Ucrania", sostiene Borrell.

El respaldo militar de la UE se traducirá en dos medidas complementarias. En primer lugar, la puesta en marcha de una "potente misión" de entrenamiento de "alto nivel", cuyo objetivo es formar a 15.000 militares ucranianos, no sólo soldados rasos, sino también comandantes. "Estoy firmemente convencido de que juntando las capacidades de los ejércitos europeos, podemos ofrecer un producto mucho mejor", ha asegurado el jefe de la diplomacia europea. 

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El entrenamiento se llevará a cabo no en Ucrania sino en territorio comunitario, sobre todo en Polonia. La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha anunciado que España quiere desempeñar un papel destacado en esta misión de la UE. En la actualidad ya hay muchos soldados ucranianos que están siendo entrenados en Polonia, República Checa, Reino Unido, Francia, sobre todo para manejar las armas suministradas por los países europeos.

La misión (EUMAM Ucrania, en jerga comunitaria) tendrá su sede operativa en Bruselas para garantizar la coordinación general a nivel estratégico. El vicealmirante Hervé Bléjean, director de la capacidad de planificación y ejecución militar (MPCC) dentro del Servicio de Acción Exterior, será el comandante de la operación. Su mandato inicial tiene una duración de dos años y su coste asciende a 106 millones de euros.

En paralelo, los Veintisiete han acordado desbloquear un nuevo tramo de 500 millones de euros del presupuesto de la UE para financiar la entrega de armamento a Ucrania. El dinero procede del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, cuya dotación total asciende a 5.700 millones de euros para el periodo 2021-2027. Desde el estallido de la guerra en Ucrania, la UE ya ha destinado 3.100 millones a financiar ayuda militar a Ucrania, una cifra a la que hay que sumar las aportaciones nacionales de los Estados miembros.

En la reunión de los Veintisiete en Luxemburgo, los ministros de Exteriores de Estonia, Letonia y Lituania han reclamado que la UE apoye la creación de un Tribunal Internacional Especial para juzgar el "crimen de agresión" de Rusia en Ucrania, que es "la madre de todos los crímenes de guerra". A su juicio, este sería el único instrumento que permitiría sentar a Vladímir Putin en el banquillo por desencadenar la guerra.

A juicio de estos países, la investigación iniciada por la Corte Penal Internacional (CPI) es insuficiente porque su estatuto sólo cubre los crímenes de guerra cometidos sobre el terreno en Ucrania y no a los que han dado las órdenes. 

"El problema es que el estatuto de la CPI es limitado y excluye el crimen de agresión. Eso significa que las personas, que los criminales que dieron las órdenes de iniciar esta guerra de agresión (uniformados o no, empezando por el líder máximo de Rusia, el presidente Putin) están excluidos de las competencias de la Corte Penal Internacional", ha argumentado el ministro de Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu. 

"No podemos concluir que hay un soldado o un general que son responsables de las atrocidades en Ucrania pero al mismo tiempo ignorar el hecho de que alguien dio la orden en Moscú, en el Kremlin, de iniciar una guerra de agresión. Si no abordamos este precedente, eso significaría que todos los futuros agresores tendrán las manos libres para iniciar otras agresiones en el futuro", sostiene el jefe de la diplomacia de Lituania, Gabrielius Landsbergis.

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