Luxemburgo

El presidente ruso, Vladímir Putin, no ha renunciado a sus ambiciones imperialistas sobre Ucrania pese al fracaso de su intento de conquistar Kiev. Las tropas rusas están realizando maniobras de reagrupamiento, rearme y reabastecimiento con el objetivo de lanzar en los próximos días una gran ofensiva para tomar el control de la región este del Donbás y crear un "puente terrestre" hasta Crimea, según ha avisado este martes el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Los ministros de Exteriores de la Alianza Atlántica consagrarán la reunión que celebran en Bruselas a partir de este miércoles a estudiar cómo pueden mejorar su asistencia militar al Gobierno de Kiev, con la entrega de más armas antitanque y sistemas de defensa aérea. Una cuestión que ha cobrado todavía más urgencia para la OTAN tras la masacre de las tropas rusas en Bucha. Además, los jefes de la diplomacia prepararán la cumbre que tendrá lugar en Madrid a finales de junio.

"Moscú no renuncia a sus ambiciones en Ucrania. Ahora estamos viendo un importante movimiento de tropas alejándose de Kiev, con el fin de reagruparse, rearmarse y reabastecerse. Y están cambiando su prioridad para dirigirse al este", ha explicado Stoltenberg en rueda de prensa.

"En las próximas semanas, esperamos una nueva ofensiva de Rusia en el este y el sur de Ucrania con el objetivo de tomar todo el Donbás y crear un puente terrestre hacia la ocupada Crimea. Así que esta es una fase crucial de la guerra", sostiene el secretario general de la OTAN.

El Kremlin ha decidido este cambio de estrategia ante el "fracaso" de su objetivo inicial, que era "tomar Kiev en cuestión de días", asegura Stoltenberg. La "gran ofensiva en el Donbás" es su próxima meta, aunque podría "tomar tiempo" porque el Ejército ruso "ha perdido muchas tropas" y armamento y necesita reabastecerse y reclutar a nuevos efectivos.

Línea roja

Los países de la OTAN seguirán suministrando armamento a Ucrania para ayudarle a frenar la embestida del Ejército ruso y mejorar su posición en la mesa de negociación con Moscú. Pero pese a la masacre de civiles en Bucha, los aliados mantienen la misma línea roja: no enviarán tropas a territorio ucraniano ni aplicarán una zona de exclusión aérea.

"La OTAN tiene otra responsabilidad, que es evitar que este conflicto escale más allá de Ucrania. Si esto se convierte en una guerra total entre una potencia nuclear como Rusia y la OTAN, veremos todavía más muerte, destrucción y sufrimiento", ha repetido el secretario general. Por eso, ha proseguido, la Alianza debe "tomar decisiones difíciles": prestar apoyo a Ucrania pero hacerlo de forma que no provoque una escalada en el conflicto.

"Todos hemos visto las horribles imágenes de civiles asesinados en Bucha y otros lugares controlados por el Ejército ruso hasta hace unos días. Esta es una brutalidad insoportable que Europa no ha presenciado en muchas décadas. Atacar y asesinar a civiles es un crimen de guerra. Todos los hechos deben ser establecidos. Y todos los responsables de estas atrocidades deben ser llevados ante la justicia", ha indicado Stoltenberg.

La OTAN apoyará todas las investigaciones sobre posibles crímenes de guerra de Rusia en Ucrania, incluidas las de Naciones Unidas y la Corte Penal Internacional.

Noticias relacionadas