Bruselas

Tras el primer ataque de Rusia a Ucrania en 2014, que se tradujo en la anexión de Crimea y la intervención en la región del Donbás, la Unión Europea creó un pequeño equipo dedicado exclusivamente a desmontar las campañas de desinformación difundidas por el Kremlin. Desde entonces, este grupo de trabajo (East StratCom, en jerga bruselense) ha recogido más de 13.000 casos de fake news, de los cuales casi el 40% están relacionados con Ucrania. 

Aunque esta actividad de desinformación por parte de Moscú es constante, el equipo de la UE detectó un incremento de actividad a partir de la última semana de noviembre, cuando se reanudó la acumulación de tropas rusas en la frontera con Ucrania. Desde ese momento, la retórica de de Rusia se ha vuelvo mucho "más agresiva", según explican fuentes comunitarias.

Las fake news se difuden sobre todo en los países fronterizos, como los Bálticos o Polonia. Pero también llegan a Alemania, cuya alta dependencia del gas ruso ha hecho que adopte una postura más conciliadora hacia Rusia.

¿Quién está detrás de estas campañas de desinformación? Los expertos de Bruselas señalan a un "ecosistema de desinformación pro-Kremlin". Se trata de un conjunto de actores -entre los que se encuentran medios de comunicación como Sputnik o RT, que emiten en varios idiomas, pero también bots con identidades falsas- que aprovechan las posibilidades de multiplicación que ofrecen redes sociales y servicios de mensajería instantánea.

¿Qué tipo de fake news difunden estos trolls? A veces, se trata de historias completamente falsas. En otras ocasiones son narrativas que contienen "una pizca de verdad" o situaciones "descontextualizadas". "Pero lo importante es que hay un uso claramente coordinado, intencionado y conectado de estos elementos", insisten las fuentes consultadas.

Es decir, existe una estrategia pro-Kremlin sincronizada para difundir mensajes manipulados similares por diferentes canales al mismo tiempo. A veces los mensajes parten de fuentes oficiales rusas, por ejemplo el ministerio de Asuntos Exteriores, y luego se replican por todo este ecosistema de desinformación.

¿Cuál es el objetivo último de esta maquinaría de fake news? El más importante es justificar una posible invasión de Ucrania, aunque los expertos europeos avisan de que no puede establecerse un automatismo mecánico entre el agravamiento de las campañas de desinformación y la inminencia de un ataque. El Kremlin pretendende además fomentar las divisiones entre los países occidentales, desviar la atención sobre la situación interna del país o mostrar el poder de Rusia.

Dos grandes narrativas fake

En las últimas semanas, los verificadores de la UE han detectados dos bloques principales de narrativas. La primera consiste en deformar al máximo los hechos o confundir las cosas con el fin de desviar la responsabilidad sobre las tensiones actuales en Ucrania. Una narrativa que contiene tres subramas distintas, pero íntimamente relacionadas entre sí.

La número uno retrata a Ucrania como un Estado débil, o como una especie de Estado rebelde, que en cualquier caso no tiene derecho a existir porque pertenece a la órbita cultural de Rusia. El Gobierno de Kiev aparece además representado como agresor, como marioneta de Occidente, de Estados Unidos y de la OTAN.

En segundo lugar, se dibuja a Rusia no como agresor sino como víctima, que está sitiada por la OTAN y que ha sido traicionada por Ucrania, por lo que tiene derecho a defenderse. La tercera iteración, muy relacionada con la anterior, presenta a la UE y a Occidente como los atacantes en la actual crisis.

La segunda gran narrativa es la que más preocupa a los expertos de la UE, puesto que su objetivo es justificar los siguientes pasos, esto es, la posible invasión de Ucrania por parte de Rusia. Es algo que Bruselas ya observó en 2014, antes de la anexión de Crimea y de la invervención de Moscú en el este de Ucrania en apoyo de los separatistas prorrusos. 

Son cuatro los argumentos que se repiten de forma reiterada en las últimas semanas. El primero tiene que ver con la agresión por parte de Occidente, de la que se replican varias versiones. O bien la OTAN está empoderando a Ucrania o bien existen batallones fascistas o nazis actuando dentro de Ucrania, que hacen urgente una reacción por parte de Moscú.

La segunda posible justificación son las supuestas atrocidades perpetradas por las autoridades ucranianas, en particular en la región del Donbás, que obligarían al Kremlin a proteger a la población rusa que vive allí.

En tercer lugar, se alega que Occidente está realizando operaciones militares encubiertas dentro de Ucrania con el fin de provocar a Rusia y poder culparle luego si se defiende. Finalmente, se han difundido fake news que aseguran que Kiev tiene armas químicas y prepara un ataque químico.

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