El Gobierno de Francia no titubea: las discotecas son una amenaza en la lucha contra la variante ómicron de la Covid-19 y ni macrofiestas ni celebraciones de menor formato tienen cabida estos días tanto por el riesgo sanitario como por el daño a la economía de tener a decenas de miles de trabajadores en cuarentena tras un positivo, a lo que hay que sumar que se pone en peligro el inicio del curso en colegios, institutos y universidades.

Las discotecas ya estaban cerradas desde principios de diciembre pero la medida expiraba el 6 de enero. Ya no será así: deberán esperar para abrir tres semanas más. Lo ha confirmado Jean-Baptiste Lemoyne, ministro de Turismo y Pymes, en France Inter. 

Esta decisión se adopta coincidiendo con el debate en la Asamblea de Francia acerca del proyecto de ley aprobado por el Gobierno de Emmanuel Macron para acelerar la vacunación ante la quinta ola del nuevo coronavirus, que obliga a estar inoculado para poder ir a bares, restaurantes, bibliotecas, instalaciones deportivas o transportes.

78% de vacunados

El objetivo del ejecutivo es que el texto pueda aprobarse en las próximas semanas y entre en vigor a mediados de enero. El proyecto de ley ha suscitado el rechazo de Marine Le Pen por la derecha y de Jean-Luc Mélénchon por la izquierda al considerar que atenta a la igualdad y la libertad de movimientos. 

Macron pretende convertir el actual pasaporte sanitario en pase de vacunación. De esta manera, solo los vacunados podrán entrar en restaurantes, cafés, bibliotecas, instalaciones deportivas o transportes. Hasta ahora un no vacunado lo podía hacer mostrando una prueba negativa.

En Francia, un poco más del 78% de la población total -incluyendo a los menores- tiene al menos una dosis de vacuna.

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