A Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, le preocupa la evacuación del personal diplomático en Kabul y de los 400 afganos que han trabajado para las instituciones comunitarias. "Sabemos quiénes son, dónde están y tenemos con ellos un deber y una responsabilidad inmediata", ha afirmado.

Estados Unidos logró este martes hacerse con el control del aeropuerto de Kabul, el Hamid Karzai, dejando atrás las imágenes para la historia del lunes, con las pistas tomadas por ciudadanos ansiosos por escapar del país, pero esto, ha recordado Borrell, no resuelve el retorno de los nuestros ni el de sus colaboradores: los talibanes dominan las inmediaciones y los accesos.

El jefe de la diplomacia europea pone el foco en "cómo hacer llegar al aeropuerto a las personas que tienen que embarcar". Sobre este asunto ha hablado en las últimas horas con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, pero admite que no se ha logrado una "vía de comunicación segura". "Ya quisiéramos establecer una, el problema es cómo", ha lamentado. 

Borrell ha recordado que este martes "algunos se escandalizaron" cuando expresó que los talibanes "han ganado la guerra" y que "hay que hablar con ellos" para poner de manifiesto que "no se puede" conseguir un corredor al aeropuerto "sin hablar con quien controla Kabul". 

"Es una derrota"

Preguntado por la comparecencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el lunes -defendiendo su decisión del repliegue-, Borrell ve una "evidencia" que Kabul recuerda a Saigón y que "las imágenes del aeropuerto no son reconfortantes, golpean la conciencia de todos y hay que asumir que después de 20 años de guerra las cosas no han ido bien". Más tajante, ha zanjado: "Es una derrota del mundo occidental y eso hay que mirarlo de frente y tener el valor de reconocerlo".

Borrell discrepa también con Biden en que la misión en Afganistán, como sostuvo Biden, pueda darse por satisfecha al no pretenderse "construir una nación democrática". Para el alto representante de la UE, se buscaba, además de derrotar al terrorismo, "mejorar las condiciones de vida de los afganos, una vida más digna", algo que considera no ha terminado de lograrse y que en cualquier caso se ha desbaratado en apenas unos días.

Sobre la previsible crisis para acoger a los afganos que logren salir del país y busquen un lugar para rehacer sus vidas en Europa, Borrell ha negado en primer término que haya que considerarles "migrantes". Son "exiliados", explica, porque "huyen de un peligro cierto sobre su vida". "Desgraciadamente", ha añadido el dirigente español, la Unión Europea "no tiene una política común" para recibirlos.

"Debemos prepararnos -ha continuado- para que los afganos quieran salir, y tendremos que trabajar conjuntamente con los países de tránsito, aunque llegar a Europa no va a ser tan fácil. Turquía tendrá un papel importante, pero esto es una preocupación de pasado mañana; hoy son los vuelos, que entren y salgan y que el aeropuerto de Kabul esté operativo. Nada de eso es fácil". 

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