El hartazgo ante las restricciones para seguir haciendo frente a la pandemia y, cada vez en mayor medida, las penalizaciones que algunos países están a punto de aprobar para las personas que rechazan vacunarse están desatando decenas de protestas en Europa arengadas, sobre todo, por movimientos antivacunas y de extremaderecha. 

Como ya ocurrió durante las primeras semanas de 2021 coincidiendo con el ascenso de la cuarta ola -cuando, por ejemplo, en Países Bajos se sucedieron varias noches de protestas violentas contra el toque de queda- , un movimiento reducido pero ruidoso está saliendo a las calles para mostrar su rechazo a distintas medidas que los gobiernos están planteando para contener la pandemia, de nuevo en ascenso por el crecimiento de la variante delta.

En enero, el detonante fueron las nuevas restricciones que llegaban cumplido el primer año desde que apareciera el virus. En los meses posteriores, sobre todo en marzo, el foco se desplazó a la vacuna y ahora, sobre todo, las protestas centran toda su atención en las penalizaciones que algunos países están estudiando o a punto de aplicar a quienes rechazan inocularse contra el virus. 

Este fin de semana ha sido el tercero consecutivo en el que miles de franceses se han echado a las calles para reclamar una "libertad" que consideran cohartada por la última medida impulsada por el presidente, Emmanuel Macron, para contener la nueva ola de la pandemia: el pasaporte sanitario que, desde el próximo 9 de agosto, será necesario para acceder a bares y restaurantes, actividades de ocio o trenes de larga distancia.

Este documento, obligatorio desde hace unos días para acceder a los centros culturales, exige estar inmunizado con algunas de las vacunas Covid o tener un test negativo reciente. Además, el Ejecutivo está a punto de hacer obligatoria la vacunación para el personal sanitario.

Según los datos del Ministerio del Interior, este sábado fueron más de 204.000 franceses los que se manifestaron en distintos puntos del país, un número ligeramente superior al registrado los fines de semana anteriores (unos 161.000 el pasado día 24 y otras 110.000 el 17).

Protestas contra la ampliación del certificado sanitario en Francia

De nuevo, fue en París donde más personas se concentraron, unas 15.000, y también donde hubo más tensión. Las autoridades temían que se repitieran las escenas de violencia y desplegaron unos 3.000 agentes para evitarlo. 

Los manifestantes alzaron proclamas de diversos tipos -"Prensa mentirosa, queremos la verdad", "Vacunénme contra el capitalismo y el fascismo" o "Dictadura sanitaria"-, pero fueron predominantes las contrarias a las últimas medidas de Macron, canalizadas por el ultraderechista Florian Philippot, antigua mano derecha de Marine Le Pen que ha encontrado en esta causa un trampolín de renacimiento político.

El exdiputado europeo que se ha erigido al frente de un movimiento llamado Los Patriotas considera "liberticida" el certificado sanitario y "dictatorial" obligar al personal hospitalario a vacunarse. Por su parte, Le Pen, aunque no participa en las manifestaciones, expresó en redes sociales que las manifestaciones deben hacer que el Gobierno rectifique.

Frente a ello, Macron, en plena gira por la Polinesia, replicó el pasado fin de semana que "asume totalmente" las medidas que únicamente persiguen "proteger" a la población: "La libertad de no deberle nada a nadie no existe. ¿Qué vale tu libertad si me dices que no te quieres vacunar? Si mañana contaminas a tu padre, tu madre o a mí, seré víctima de tu libertad (…) Eso no es libertad, eso se llama irresponsabilidad", replicó ante la prensa entonces desde un hospital en Tahití.

Los últimos sondeos en Francia indican que el 76% de los ciudadanos está a favor de la obligatoriedad de la vacunación para los sanitarios y las nuevas exigencias del certificado sanitario. 

Detenidos en Berlín

El principal foco de tensión este fin de semana ha estado, sin embargo, en Alemania. En su capital, Berlín, varios miles de personas participaron en diversas protestas no autorizadas que acabaron con alrededor de 500 detenciones, según el balance provisional.

Reuters

En declaraciones a la cadena regional RBB, el portavoz de la policía, Thilo Cablitz, se refirió a unos 2.000 manifestantes que intentaron adherirse a pie a una caravana de coches, que sí contaba con autorización, rompiendo los cordones policiales y asilando a los agentes, que hicieron uso de gases lacrimógenos y porras.

"Nuestras barreras están siendo ignoradas y los agentes están siendo agredidos. Se han producido detenciones", tuiteaba la policía poco antes de las 14.00 horas. El Tribunal Superior Administrativo de Berlín-Brandeburgo prohibió este fin de semana 17 manifestaciones convocadas por movimientos anticovid, integrados mayoritariamente por negacionistas y conspiranoicos, al considerar que no estaba garantizado el respeto a las medidas de higiene y distanciamiento.

Reuters

Italia y Grecia

En las calles de Italia también son pocos, pero muy ruidosos. Por segundo fin de semana consecutivo, unas miles de personas salieron a las calles este sábado en varias ciudades de Italia, donde a partir del próximo 6 de agosto los ciudadanos deberán presentar un certificado verde -como llaman al salvoconducto que acredita la vacunación o un resultado negativo a una prueba reciente- para acceder a espacios cerrados como restaurantes o gimnasios.

La medida del Gobierno de Mario Draghi fue duramente criticada por el partido ultraderechista Fratelli d’Italia, que llegó a tacharlo como la "antesala de una sociedad orwelliana". Con esta inspiración, los manifestantes sacaron pancartas de "¡Libertad, libertad!" o "¡No a la dictadura sanitaria!". 

Las protestas también han llegado a Grecia, donde se estudia la vacunación obligatoria de los trabajadores de residencias de mayores y personal sanitario de centros públicos y privados y la posibilidad de suspender sus sueldos si no reciben la primera dosis en las fechas establecidas. En Atenas, el pasado día 21, la Policía tuvo que dispersar a un millar de manifestantes que lanzaron cócteles molotov con cañones de agua, gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.

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