La crisis diplomática entre Marruecos y España y la UE por la avalancha de 10.000 migrantes en Ceuta que Rabat alentó el pasado mayo sigue lejos de resolverse. Al contrario, podría subir de nuevo de temperatura tras la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los 27 que empieza este jueves en Bruselas. Los líderes europeos tienen previsto aprobar una condena formal contra el Gobierno de Rabat, entre otros países vecinos, por instrumentalizar a los migrantes para tratar de lograr objetivos políticos

"El Consejo Europeo condena y rechaza cualquier intento por parte de países terceros de instrumentalizar a los migrantes para objetivos políticos", señala la última versión del borrador de conclusiones de la cumbre que está previsto que aprueben los líderes europeos. El texto no nombra directamente a Marruecos, pero usa un lenguaje muy similar a la reciente resolución de la Eurocámara sobre la misma cuestión. 

El dictamen aprobado por el Parlamento Europeo el pasado 10 de junio "rechaza el uso por parte de Marruecos del control de las fronteras y la migración, en particular de menores no acompañados, como presión política contra un Estado miembro de la UE".

"Lo hemos visto en el pasado y también recientemente en diferentes puntos en Europa, no va contra un país en concreto, si no lo nombraríamos explícitamente", sostiene un alto funcionario de la UE en referencia a las conclusiones de la cumbre. 

Sin embargo, otras fuentes consultadas confirman que la reprobación por el uso de los migrantes para fines políticos sí se dirige contra Marruecos, pero también contra otros países como Bielorrusia, que envía refugiados iraquíes a la frontera con Lituania; o Turquía, que el año pasado lanzó una avalancha de refugiados sirios a la frontera terrestre con Grecia. "La frase es voluntariamente general para no hacer una lista", explican.

La inclusión de esta condena por la instrumentalización de los migrantes en las conclusiones de la cumbre no responde a una iniciativa de España, pero el Gobierno de Pedro Sánchez la respalda plenamente. "El texto recoge una verdad indiscutible que no está de más recordar", señalan fuentes diplomáticas. 

Las conclusiones del Consejo Europeo amenazan con provocar una nueva escalada en la guerra de declaraciones entre la UE y Marruecos. Tras la resolución de la Eurocámara, el Gobierno de Rabat acusó a España de intentar europeizar una crisis que a su juicio es únicamente bilateral y acusó a Europa de "paternalismo". "Marruecos no necesita ninguna garantía en su gestión de la migración. La postura de profesor y alumno ya no funciona", dijo el ministerio de Exteriores marroquí en un comunicado.

En la última cumbre celebrada a finales de mayo, los líderes europeos ya expresaron su "solidaridad total" con España frente a Marruecos y enfatizaron que Ceuta es una frontera de la UE. Por su parte, el presidente del Gobierno resaltó que España es el principal valedor de Rabat dentro de la UE. Un aviso de que si Marruecos sigue agravando la crisis, España y Bruselas podrían plantearse recortar las multimillonarias ayudas que concede al vecino del sur.

Marruecos ha recibido en los últimos 7 años más de 15.000 millones de euros de la UE en ayudas al desarrollo. Si se tiene en cuenta únicamente la partida dedicada a migración, Rabat es ahora mismo el segundo mayor beneficiario de fondos comunitarios, por detrás de Turquía.

Desde 2016, nuestro vecino del sur se ha beneficiado de 346 millones de euros de fondos comunitarios para reforzar sus controles fronterizos y atender a los migrantes, de los cuales 200 millones ya se han desembolsado. El Gobierno de Rabat se juega mucho con la crisis de Ceuta porque ahora mismo se están negociando las ayudas para el periodo 2021-2027.

Dimensión exterior

El apoyo financiero a los países de origen y tránsito de migrantes es precisamente uno de los puntos que se discutirá en la cumbre de la UE. La cuestión se ha incluido en la agenda a petición del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y del primer ministro italiano, Mario Draghi, que también está sufriendo un aumento de la presión migratoria en la isla de Lampedusa. Los dos líderes volverán a pedir que se aceleren las negociaciones sobre el Pacto Europeo de Migración y Asilo, que está totalmente bloqueado.

"Si bien las medidas adoptadas por la UE y los Estados miembros han reducido los flujos irregulares totales en los últimos años, la evolución de algunas rutas es motivo de preocupación y requiere una vigilancia continua y una acción urgente", señala el borrador de conclusiones de la cumbre.

A falta de acuerdo sobre los mecanismos de solidaridad y las cuotas obligatorias de reparto de los migrantes, el debate de los líderes europeos se centrará únicamente en la dimensión exterior del problema. Los jefes de Estado y de Gobierno le pedirán a la Comisión que prepare acuerdos de cooperación mutuamente beneficiosos con los países de origen y tránsito, con un enfoque "pragmático, flexible y hecho a medida". 

Es decir, algo similar al pacto migratorio que la UE ya tiene con Turquía, país al que ha desembolsado 6.000 millones de euros por no dejar salir a los refugiados sirios que acoge en su territorio. Bruselas prepara ya un nuevo paquete de ayudas a Ankara para mantener esta colaboración en los próximos años.

Los nuevos acuerdos con otros países de origen y tránsito deben incluir también apoyo financiero y un completo abanico de medidas: afrontar las causas de raíz de la migración, apoyar a los refugiados y desplazados en los países de tránsito, reforzar el control de fronteras, erradicar el tráfico de seres humanos y establecer canales legales de inmigración, así como acuerdos de retorno y readmisión.

Las conclusiones tampoco citan a ningún país prioritario para este tipo de colaboración, pero sí que marcan un calendario: los primeros acuerdos deben cerrarse ya en otoño de 2021.

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