Un hombre apuñaló este viernes a una policía municipal cerca de la ciudad francesa de Nantes y fue detenido poco después de haberse dado a la fuga con el arma de servicio de la víctima, que quedó herida de gravedad.



El ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció en Twitter que los gendarmes habían "neutralizado al individuo sospechoso de la agresión".

El hombre estaba fichado como un islamista radical y ha muerto a consecuencia de las heridas que sufrió durante un tiroteo previo a su detención, anunciaron las autoridades.



El agresor, que respondía al nombre de Ndiaga Dieye y tenía 39 años, estaba registrado en el fichero de personas con radicalización terrorista, indicó a la prensa el ministro del Interior, Gérald Darmanin, que se desplazó rápidamente al luchar de los hechos.



El ataque a la agente municipal tuvo lugar en La Chapelle sur Erdre hacia las diez de la mañana, hora local (08.00 GMT), cuando el autor entró en la comisaría y le asestó varias puñaladas en sus miembros inferiores, según BFM TV.



La Gendarmería Nacional pidió en Twitter a la población que evitara la zona, en la que se desplegó un amplio dispositivo policial para localizar al agresor, con unos 240 gendarmes y dos helicópteros.

Huyó en coche

El agresor, del que todavía se desconocen sus motivaciones, huyó del lugar en coche pero se cree que prosiguió su huida a pie después de que los agentes localizaran su vehículo "accidentado".



"Me niego a que las agresiones contra los policías se vuelvan algo habitual. Hay que combatir esta barbarie y no acostumbrarse nunca, absolutamente nunca", dijo en Twitter la líder ultraderechista Marine Le Pen, la primera política en reaccionar a lo sucedido.



Los policías franceses denuncian sentirse desprotegidos ante los recientes ataques contra ellos y el pasado 19 de mayo se manifestaron para reclamar más medios y más mano firme de la Justicia en las condenas a sus agresores.



El propio Darmanin acudió a esa protesta multitudinaria en París en señal de apoyo que, según los organizadores, reunió a unas 35.000 personas y contó también con la participación de Le Pen y de otros políticos.