Alemania ha decidido recurrir al llamado 'freno de de emergencia' en su desescalada ante el repunte de la incidencia de la Covid-19 en el país: obliga al comercio minorista a bajar de nuevo la persiana y llama a no viajar en las próximas semanas.

La medida afecta a España, donde llegan estos días turistas alemanes, especialmente a Baleares. Sin embargo, como ocurre en nuestro país, no gozan de movilidad interna. Ahora, se suma un nuevo obstáculo para volar: a la vuelta, PCR obligatorio.

Ha sido la dura decisión a la que han llegado la canciller, Angela Merkel, y los jefes de gobierno de los 16 estados federados después de una tensa reunión de 12 horas. Sobre la mesa, una virulenta tercera ola cuando aún no se había vencido a la segunda.

Con la variante británica ya dominante, la incidencia acumulada a siete días se situó este lunes en los 107,3 casos por cada 100.000 habitantes, cuando el 15 de febrero era de 58,9. En las 24 horas previas se registraron 7.709 positivos y 50 muertos.

El dato más preocupante y el que fuerza a la toma urgente de medidas es la ocupación de las UCI: más de 3.000 personas se encuentran ingresadas en estas unidades tras haber contraido el nuevo coronavirus.

"Es muy grave"

Merkel, ya de madrugada, ha advertido de que la situación es "muy grave" y ha recalcado precisamente la la importancia de "no sobrecargar el sistema sanitario".

"Tenemos una nueva pandemia con la propagación de la variante británica", ha apuntado la canciller, que ha recordado que esta mutación es "más mortífera, más infecciosa" y provoca convalecencias más prolongadas.

Alemania da un paso atrás en la desescalada: "Tenemos una nueva pandemia"

El acuerdo con los estados incluye extender las restricciones generales hasta el 18 de abril, reducir los contactos interpersonales a una persona no conviviente y prevé incluso los toques de queda allí donde la incidencia sobrepase los 100 casos.

En estos lugares, que suponen ya alrededor de la mitad del país, se aplicará el denominado 'freno de emergencia' acordado el 3 de marzo y que implica revertir el paso de desescalada del 8 de marzo.

Así, comercio minorista, museos y centros deportivos deberán cerrar en esas regiones, cuando apenas llevaban dos semanas abiertos. Los colegios, sin embargo, podrán seguir abiertos. "Era absolutamente imprescindible hacer esto", ha asegurado Merkel.

Los viajes, desaconsejados

A esto hay que añadir que en los días de Semana Santa, como se adoptó para Nochevieja y Año Nuevo, regirá una prohibición nacional de reunión en espacios públicos a fin de evitar aglomeraciones.

Merkel y los líderes regionales han acordado asimismo obligar a todos los viajeros que lleguen al país a hacerse un test PCR, independientemente del lugar de procedencia, cuando hasta ahora esta medida se limitaba a las consideradas 'zonas de riesgo'.

Es la respuesta a la polémica en torno a las vacaciones de Semana Santa en Mallorca, cuya demanda se había disparado después de que las autoridades alemanas sacasen a las Baleares de la lista de zonas de riesgo, eliminando la obligación de test y cuarentena.

Baleares

La canciller ha recalcado que se establece una "obligación general" de realizarse un test para entrar al país y recordado que el Gobierno desaconseja "todos los viajes que nos sean estrictamente necesarios".

El pasado 12 de marzo, las autoridades alemanas sacaron a las Islas Baleares de la lista de zonas de riesgo (junto a otras cinco comunidades autónomas españolas), lo que desató la demanda de vuelos y estancias en la isla para las vacaciones de Semana Santa.

La situación provocó una fuerte controversia en España, donde la mayoría de ciudadanos no podrán salir en Semana Santa de su comunidad autónoma por las restricciones de la pandemia; pero también en Alemania, donde el turismo interno está actualmente prohibido, lo que supone graves dificultades económicas para el sector.