Tras meses muy difíciles, que han obligado al país a volver al confinamiento más duro, Portugal se prepara para relajar las medidas de restricción. El primer ministro, António Costa, ha anunciado este jueves una reapertura "a cuentagotas" a partir de Semana Santa, fecha hasta la cual los portugueses deberán seguir confinaods y  las fronteras con España cerradas.

Costa remarcó que, aunque las nuevas cifras de casos son "francamente bajas", la situación sigue siendo "peor" que cuando el pasado 11 de septiembre se decretó el primer estado de alarma y el 4 de mayo cuando comenzó el primer desconfinamiento.

"A día de hoy, estamos claramente por debajo de la línea de riesgo que todos los especialistas están de acuerdo en señalar como aceptable. Tenemos un nivel de nuevos casos por cada 100.000 habitantes de 105", ha destacado.

"Hasta Semana Santa debemos mantener el deber general de confinamiento como aquel que ha venido figurando", así como "la prohibición de circulación entre municipios durante los próximos fines de semana y la semana anterior a Semana Santa, entre el 26 de marzo al 5 de abril", ha explicado Costa.

Estas medidas, ha remarcado, son "para garantizar que Semana Santa no es un momento para desplazarse, sino por el contrario, un momento de confinamiento", por lo que el teletrabajo continuará siendo obligatorio siempre cuando sea posible, y los establecimiento deberán estar cerrados a las 21.00 horas y a las 13.00 cuando sea fin de semana o festivo.

Así, a partir del 15 de marzo, se reabrirán las escuelas infantiles y los primeros cursos de educación primaria, algunos comercios, como las peluquerías, las librerías y los concesionarios.

A partir del 5 de abril, podrán reabrir las escuelas de segundo y tercer ciclo, aquellas tiendas con puertas que den a la calle y que no superen los 200 metros cuadrados, museos, galerías de arte y aquellos cafés, restaurantes, panaderías que dispongan de terraza.

El 19 de abril, le tocará el turno a los centros educativos de educación secundaria y superior, a los teatros, cines, salas de conciertos, a las tiendas de los centros comerciales, mientras que los establecimientos de hostelería podrán volver a dar servicios en el interior, así como la actividad física.

En la última fase del desconfinamiento, a partir del 3 de mayo los restaurantes y el resto de locales de hostelería volverán a operar sin limite de horario, aunque se mantendrán la limitación de aforos, mientras que los grandes eventos en el exterior podrán contar una capacidad del 50%.

Este calendario está sujeto a revisión cada dos semanas, momento en el que se realizará una evaluación de los niveles de riesgo de cada región. Así, las posibles reaperturas, estancamientos y retrocesos, se decidirán con respecto al número de nuevos casos por cada 100.000 habitantes cada 14 días y a la tasa de trasmisibilidad.

La cifra de nuevos positivos por cada 100.000 habitantes a 14 días no deberá superar  los 120 casos diarios o las medidas de esa región deberán ser analizadas nuevamente, de la misma manera que si la tasa de trasmisibilidad es más de 1.

El primer ministro portugués ha descartado "acelerar" este calendario en caso de que la situación logre mejorar y ha recalcado que en caso de alcanzar la zona roja del semáforo epidemiológico, "se volverá para atrás", por lo que ha apelado a la "disciplina individual" y al "cumplimiento escrupuloso de las reglas" para poder seguir reabriendo "la sociedad".

El primer ministro portugués también ha confirmado que la frontera terrestre con España permanecerá cerrada hasta Semana Santa, mientras que el resto de fronteras exteriores están sujetas a las normas acordadas con la Unión Europea, incluyendo "restricciones especiales" para aquellas personas que proceden de "países de mayor riesgo", como Reino Unidos, Brasil, o Sudáfrica.

"Hemos adoptado un programa conservador, a cuentagotas, de tal forma que no se corran riesgos excesivos. Sabemos que ser prudentes con la salud pública significa mayores sacrificios, sobre todo para las empresas, para aquellos que viven de su trabajo, así como un mayor peso para el futuro de la economía", pero, ha defendido, "la vida y la salud son los bienes que hay que colocar en primer lugar".

Desde el inicio de la pandemia de coronavirus, la Dirección General de Salud ha registrado 18.635 fallecidos, mientras que la cifra de casos asciende a 812.575.

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