Bruselas

El plan inicial era una cumbre presencial en la ciudad alemana de Leipzig. Por primera vez, los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la UE iban a reunirse conjuntamente con el presidente chino, Xi Jinping. Un encuentro convocado por la canciller Angela Merkel, en su calidad de presidenta de turno de la Unión, para escenificar un frente común en respuesta al autoritarismo sin complejos de Pekín, su creciente asertividad en la escena mundial y su choque con los Estados Unidos de Donald Trump.

Al final, este lunes no ha habido cumbre en Leipzig debido a las restricciones de viaje por la Covid-19. Una cancelación que quizá ha sido para bien, puesto que el encuentro virtual que se ha programado en su lugar -en el que sólo han participado Merkel, Xi, Ursula von der Leyen, Charles Michel y Josep Borrell- ha concluido sin ningún resultado concreto. La UE y China mantienen las espadas en alto, aunque las dos partes descartan también una ruptura total.

"Europa debe ser un jugador y no el campo de juego", ha proclamado el presidente del Consejo Europeo al término de la reunión. A la UE le preocupa quedar aprisionada en la batalla entre Estados Unidos y China -que se ha agravado desde el estallido de la pandemia- y busca su autonomía estratégica frente a las dos superpotencias. Es lo que Borrell ha bautizado como 'doctrina Sinatra': Bruselas debe actuar 'a su manera', una vía propia que evite un alineamiento total con Washington o Pekín.

En la cumbre celebrada este lunes, las relaciones comerciales, la situación de los derechos humanos en Hong Kong, Xinjiang y Tibet o la Covid-19 han emergido de nuevo como focos de tensión entre la UE y China. Incluso ámbitos tradicionales de cooperación entre los dos bandos, como la lucha contra el cambio climático, se han convertido ahora en temas de disputa: Bruselas cree que Pekín no está haciendo bastante para reducir sus emisiones y le exige que acelere la transición hacia la neutralidad climática.

En el ámbito comercial, los dirigentes comunitarios han reclamado a Xi Jinping un nuevo impulso para poder cerrar este año el acuerdo de inversión que Bruselas y Pekín llevan negociando desde 2013, sin resultados concretos. Para la UE, China es el segundo mayor socio comercial por detrás de Estados Unidos. Para China, la UE ocupa la primera posición. Los dos bloques intercambian una media de más de 1.000 millones de euros al día.

El acuerdo de inversión, bloqueado

"Esperamos que las barreras en el acceso al mercado en China se desmantelen, especialmente para para tecnologías digitales emergentes y de futuro que están en el centro de nuestras economías. Se trata de telecomunicaciones, industria informática, sanidad, biotecnología y los vehículos basados en nuevas energías. Nuestros inversores se enfrentan a demasiadas barreras en esos sectores clave", se ha quejado Von der Leyen.

A su juicio, todavía es posible lograr el objetivo de que el acuerdo de inversión se cierre antes de que acabe el año 2020. Pero para conseguirlo, "China debe convencernos de que vale la pena tener un acuerdo de inversión", ha dicho la presidenta de la Comisión. El presidente chino ha tomado nota de estas peticiones, según Von der Leyen, aunque no ha participado en la rueda de prensa final de la videocumbre.

De momento, los dos bloques han firmado este lunes un acuerdo para proteger 100 denominaciones de origen europeas en China, entre ellas 12 españolas. Se trata del queso manchego, los aceites de Sierra Mágina y Priego de Córdoba, el cava, el brandy de Jerez y los vinos de Jerez, Rioja, Cataluña, La Mancha, Valdepeñas, Navarra y Valencia.

En materia de derechos humanos, la UE ha vuelto a expresar su "gran preocupación" por la nueva ley de seguridad para Hong Kong por considerar que vulnera los compromisos internacionales asumidos por China de garantizar la autonomía de la ex colonia británica. "Las voces democráticas de Hong Kong deben ser escuchadas, los derechos protegidos y la autonomía preservada", ha enfatizado Charles Michel.

Los dirigentes comunitarios le han trasladado además al presidente chino su inquietud por el tratamiento de las minorías en Xinjiang y Tibet, de los periodistas y de los activistas. La UE pide además a Pekín que se abstenga de medidas unilaterales en el mar de China Meridional y que apoye las investigaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre el origen de la Covid-19.

La canciller Merkel ha defendido seguir negociando con China pese a las "diferencias notables" que existen entre ambos bloques "indisociables de sistemas políticos distintos". "Estamos determinados a seguir hablando con China promover nuestros valores y para defender nuestros intereses. Queremos una relación equilibrada, fundada en el respeto de los intereses mutuos", sostiene el presidente del Consejo Europeo.