Roma

En teoría es un seguidor del Papa Francisco. En la práctica, uno de sus mayores opositores desde las filas conservadoras. El cardenal Robert Sarah (Guinea, 1945), arzobispo y prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, está siendo el foco de la atención en los medios de comunicación internacionales por su espíritu crítico hacia el pontificado del Jorge Mario Bergoglio.

Siendo personaje de referencia entre los conservadores presentes tanto dentro como fuera de la curia romana, acaba de publicar un libro en el que denuncia la "apostasía silenciosa" que está golpeando al mundo entero. Yendo a contracorriente con el actual espíritu reformista del Santo Padre, asegura que la Iglesia tiene que hablar de Dios y no de migrantes porque no es una ONG. En su reciente tercer libro, Se acerca la tarde y el día casi ha terminado habla de la crisis de fe en el mundo católico. El cardenal conservador Robert Sarah, sin medios términos, es principal rival político del Papa Francisco.

En estos días en Roma se está celebrando el Sínodo sobre la Amazonia, un evento que reúne a mas de 200 eclesiásticos, entre cardenales y obispos, con el objetivo de debatir acerca de una de las zonas que más están sufriendo del planeta a nivel medioambiental. Pero en dicho sínodo no se está hablando sólo de esto, sino también del celibato sacerdotal y de la presencia femenina en la Iglesia. Todo temas muy sensibles para las filas conservadoras de la Iglesia Católica, con Robert Sarah como líder de referencia.

Las 'esencias' de la Iglesia

En una entrevista concedida al periódico italiano Corriere della Sera, se ha podido conocer en profundidad su indignación acerca de la evolución de determinadas temáticas que, en su opinión, afectarían a la esencia de la Iglesia: "Temo que algunos occidentales estén utilizando esta asamblea para hacer avanzar sus planes. Pienso en particular en la ordenación de hombres casados, la creación de ministerios femeninos y la jurisdicción de los laicos. Estos puntos tocan la estructura de la Iglesia Universal", explica Sarah, quien fue nombrado arzobispo con 34 años por Juan Pablo II.

"Aprovechar esto para introducir planes ideológicos sería una manipulación indigna, un engaño deshonesto y un insulto a Dios que guía a su Iglesia y le confía su plan de salvación", declaró al Corriere. Para sumar más elementos críticos, añadió: "Además, me sorprendió y me indignó que la angustia espiritual de los pobres en el Amazonas se usara como una excusa para apoyar proyectos típicos del cristianismo burgués y mundano. Es abominable", declaró a uno de los diarios más conocidos de Italia. En varias ocasiones, Sarah ha recordado que el actual sínodo tiene "un objetivo específico y local: la evangelización de la Amazonia".

"Hay sacerdotes, obispos e incluso cardenales infieles que no llevan la verdad de Cristo", declara Sarah al Corriere. Una Iglesia que habla de migraciones, para él, "no le interesa a nadie". En el arranque de su nuevo libro admite: "Ya no puedo estar callado". Aunque asegura que no se trata de una "reacción por impulso", quiere "expresar mi grito de pastor partiendo de análisis de los tiempos que estamos viviendo. Por eso ya no puedo permanecer callado". Para el cardenal conservador, la "apostasía silenciosa" tiene "origen principalmente en Europa" y nace del "rechazo a Dios, que ya está enquistado en la conciencia occidental". Y añade: "El mío es un grito de alarma".

"Soy fidelísimo al Papa"

Ante la pregunta de si su libro es un instrumento de oposición contra el Papa Francisco, asegura: "Lo cierto es que muchos no escriben para contar la verdad, sino para oponer unas personas contra otras, para dañar las relaciones humanas. A estas personas no les importa la verdad. Y la verdad es que la Iglesia está representada por el Vicario de Cristo, el Papa. Y quien está en contra del Papa está, ipso facto, fuera de la Iglesia". En palabras del propio cardenal Sarah, "la sociedad humana y el mundo intelectual necesitan contraposiciones para definir las partes en juego".

Según la interpretación de algunos vaticanistas italianos que publican en la prensa del país, Sarah es el actual intérprete de la decadencia occidental, en términos religiosos: "Sufro mucho viendo una Iglesia en gran confusión, viendo el Evangelio y la doctrina católica abadonados", pronunció recientemente el cardenal africano. En buena parte, según él, se debe a un "ateismo líquido", que actúa como principal responsable de lo que está ocurriendo en la Iglesia y "que cuela también en los discursos eclesiásticos". Muchos analistas expertos en la materia aseguran que el actual sínodo, al no centrarse exclusivamente en la cuestión amazónica, está poniendo en evidencia las diferencias entre progresistas y conservadores. Lo cual, podría provocar, mal gestionado, importantes rupturas en la Iglesia.

En ocasión de sus 50 años de sacerdocio, Robert Sarah en una entrevista a la cadena vaticanista Rome Reports aseguró hace unos meses que "lamenta" que lo presenten como un "opositor" al Papa: "No pueden citar una palabra, una frase, un gesto con el que yo me oponga al Papa. Es ridículo. Estoy al servicio de la Iglesia, del Santo Padre, de Dios. Basta. La gente escribe cosas para oponernos, contra el Santo Padre, o entre obispos o entre cardenales. Es ridículo. No debemos caer en esta trampa. No me importa lo que digan". Y añadió: "Estoy tranquilo porque soy fidelísimo al Papa".