Bruselas

En su próximo cargo de Alto Representante de la UE para la Política Exterior y de Seguridad Común, Josep Borrell, al que los independentistas catalanes consideran una bestia negra por desmontar su relato secesionista, ya no se pronunciará en público sobre la situación en Cataluña porque no forma parte de sus competencias. Así lo ha dejado claro durante el examen oral al que le ha sometido este lunes la Eurocámara como paso previo a dar luz verde a su nombramiento.

¿Cuál será su posición como Alto Representante frente al nacionalismo populista en Cataluña?, le ha preguntado el eurodiputado del PP, Antonio López-Istúriz. "Usted sabe perfectamente que comparto toda su preocupación por lo que se refiere a nuestro país", le ha contestado escuetamente Borrell, que en contraste sí se ha extendido varios minutos sobre las preguntas relacionadas con Venezuela y Cuba.

"Me gustaría incidir más en el avance de los nacionalistas populistas, que yo sé que usted está en contra, en la UE y en los países que quieren adherirse a la UE, ¿me podría decir algo al respecto?", le ha insistido López-Istúriz.

"Como usted sabe, yo he sido muy outspoken (franco) con respecto a esta cuestión. No cabe duda de que me he pronunciado con toda la firmeza que cabe. Pero también debo decirle que como Alto Representante de la Política Exterior Europea, mi tarea no será pronunciarme sobre los problemas internos de cada uno de los países (...) No voy a decir nada sobre el problema interno de un país, aunque sea el mío", ha alegado.

Al PP español no le han gustado nada las evasivas de Borrell sobre la crisis catalana. "Ha sido decepcionante que Borrell haya perdido la oportunidad de defender el Estado de derecho de España en Europa, de defender la unidad de España. No ha querido entrar a valorar nada del tema catalán", se ha quejado la jefa de la delegación, Dolors Montserrat.

Por lo demás, la crisis catalana no ha vuelto a surgir en ninguna otra pregunta durante las tres horas que ha durado la audiencia a Borrell en la Eurocámara. Y eso pese a que los  secesionistas catalanes habían lanzado una campaña en las redes para tratar de bloquear su nombramiento como jefe de la diplomacia europea.

Niega información privilegiada en el caso Abengoa

El ministro de Exteriores en funciones ha superado sin problemas el examen del Parlamento Europeo. Se lo había preparado muy bien y ha contestado sin titubear a todas las preguntas sobre temas como Venezuela, Cuba, Rusia o Kosovo.

Los eurodiputados tampoco le han apretado demasiado: apenas ha habido preguntas sobre la condena de la CNMV por uso de información privilegiada en la venta de acciones de Abengoa o sobre su dimisión forzada como presidente del Instituto Universitario Europeo en 2012 por haber ocultado que al mismo tiempo cobraba 300.000 euros al año como consejero de esta empresa de renovables.

Borrell ha negado que hiciera uso de información privilegiada en el caso Abengoa. Alega que sólo vendió el 7% de su cartera de acciones en una operación por valor de 9.000 euros y mantuvo el 93% restante, lo que al final le provocó pérdidas de 300.000 euros. "Si tenía información privilegiada, era un estúpido", ha señalado. Eso sí, admite que la operación se hizo "en un momento inapropiado", justo antes de que la empresa entrara en preconcurso de acreedores.

También ha dicho que está dispuesto a vender sus acciones en empresas como Iberdrola, donde según ha dicho tiene 12.000 euros. "No creo que sea ningún problema, pero si tanto les preocupa, mañana voy a dar la orden de que se vendan", ha asegurado.

Los coordinadores de los diferentes grupos políticos en la comisión de Asuntos Exteriores de la Eurocámara se reúne este martes a las 10:00 de la mañana para decidir si da luz verde al nombramiento de Borrell como jefe de la diplomacia de la UE. El ministro de Exteriores necesita al menos dos tercios de los votos. Y todo apunta a que pasará el examen sin problemas gracias al apoyo del PP, socialistas, liberales y quizá incluso los verdes.

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