Son dos mujeres, dos líderes políticas y dos candidatas al puesto de primer ministro de Portugal en las elecciones generales de este domingo. A Catarina Martins y a Assunção Cristas las separa casi todo lo demás: una es líder del Bloco de Esquerda (BE), la otra del democristiano Centro Social Democrático (CDS). Están en las antípodas en lo que respeta a ideología y programa político, pero las dos han conseguido hacerse con el liderazgo político y llaman a las puertas del poder, en un mundo que sigue siendo mayoritariamente masculino.

"Todavía es la excepción pero es una clara señal de que las cosas están cambiando y que Portugal está avanzando para una igualdad más efectiva", explica Carla Martins, investigadora del Centro Interdisciplinar de Estudios de Género y autora del libro Mujeres, Liderazgo, Política y Media

Si atendemos a la composición del Parlamento, la situación puede parecer paradójica: en un país con dos candidatas al puesto más alto del Gobierno, la Asamblea de la República, sin embargo, está lejos de ser paritaria. "El porcentaje de mujeres es del 36%", señala la investigadora. Si nos fijamos en el Gobierno que ahora termina, las mueres representan un 29% del poder, con cinco ministras en las carteras de Presidencia, Justicia, Sanidad, Cultura y Mar.

"Son números históricos, los más altos en la historia de la democracia en Portugal y aún así hay un largo camino que recorrer todavía", dice .

Pintassilgo, la pionera

Un camino que se creía más corto cuando, en 1979, Maria de Lurdes Pintassilgo rompió el techo de cristal y asumió el cargo de primera ministra. Tan sólo habían pasado cinco años de la Revolución de los Claveles, que instauró la democracia en Portugal, y la mujer, relegada a las tareas del hogar en los años de la dictadura, saltaba hasta el puesto más alto del poder político.

Maria de Lurdes Pintassilgo, primera ministra de Portugal en 1979.

"Ha sido un puñetazo en la mesa y el primer paso para cuestionar la política como un ámbito exclusivamente masculino”, destaca Carla Martins. "Este fue el primer paso. Al menos rompió esa extrañeza en la gente de ver a una mujer liderar el país. El hecho era tan raro que todas las comunicaciones dirigidas a ella iban en masculino, la llamaban 'señora primer ministro'", recuerda.

El experimento duró tan solo unos meses. Pintassilgo asumió el cargo en diciembre de 1979 de manera interina para preparar las elecciones de finales de ese año, a las que no se presentaría. 

"Es una figura de referencia siempre que hablamos de cuestiones de igualdad de género en la política. Pero ocurrió demasiado temprano en nuestra democracia y no tuvo continuidad. Han tenido que pasar muchos años para que se tomaran medidas efectivas hacia la paridad en la política" dice Martins.

Fue en los años noventa cuando Portugal creó el régimen de cuotas femeninas en las candidaturas a cargos públicos. La ley dictaba que un 33% de las listas tenía que estar compuesto por mujeres. Para estas elecciones el porcentaje ha subido a los 40%.

Líderes en polos opuestos

Catarina Martins asumió el liderazgo del BE en 2012, tras la salida de uno de sus fundadores, Francisco Louçã. Fue con ella al mando que el partido consiguió su mejor resultado en las urnas, con un 10% en 2015 y 19 diputados en la Asamblea de la República. Su resultado fue clave en la mayoría parlamentaria de izquierda que luego formaría la geringonça, la conocida fórmula de Gobierno que alzó a António Costa como primer ministro hace 4 años.

Combativa y tenaz, prestó su apoyo para que Portugal tuviera un gobierno de izquierdas, sin exigir puestos en el Ejecutivo pero nunca tuvo pudor en afear al Gobierno actitudes con las que no estaba de acuerdo. Sin embargo, buscó siempre alejar al partido de la inestabilidad política que sus críticos garantizaban que traería al país y se enorgullece de haber tirado de la cuerda "lo justo para conseguir medidas sociales". "En todos los temas el BE aseguró la estabilidad y nunca hemos inventado crisis. Pero el Gobierno no hubiese hecho nada sin el BE y sin el Partido Comunista", señaló en entrevista a una televisión portuguesa durante la campaña.

Assunção Cristas llegó a la presidencia del partido en 2016, después del fracaso de la coalición de derechas en las generales de 2015, sucediendo a Paulo Portas. En estos años ha ejercido una oposición férrea al gobierno de Costa pero los últimos sondeos no le dan más de un 5% de los votos.

En un mundo dominado por los hombres, Martins reconoce que siempre ha tenido que esforzarse más que ellos para llegar a la cima. "Después de las elecciones, el paternalismo con el que me habían tratado hasta entonces se disipó un poco", cuenta en un artículo de opinión. "Ahora que he demostrado mi valor estoy a salvo. Es lo que pasa con las mujeres y el poder, que son aceptadas de manera temporal en el club de los chicos", cuenta. Cristas destaca que "en política las mujeres están en un segundo plano todavía y hay que darles oportunidades para que se puedan hacer notar".

"Son dos líderes de partidos minoritarios, con ideologías muy distintas pero las dos han asumido la importancia de integrar la igualdad en su discurso político, aunque desde perspectivas distintas. Catarina Martins defiende su feminismo sin tapujos y Cristas tiene una visión más tradicional de la mujer, que tiene que ver también con el ADN de su partido. Pero las dos son acérrimas defensoras de la igualdad de género", explica la investigadora.

Ambas están a favor de las cuotas que consideran necesarias hasta que la meritocracia deje de tener género. Catarina Martins señala que la igualdad sólo será real "cuando existan tantas mujeres incompetentes como hombres incompetentes en cargos relevantes". Assunção Cristas destaca que, "por ahora, son la única manera de garantizar que hombres y mujeres llegan a los mismos puestos de responsabilidad".

Estereotipos

Antes de Martins y Cristas, allá por 2008, fue Manuela Ferreira Leite, la que asumió el liderazgo de un partido. La que fue ministra de Educación del Gobierno de Cavaco Silva y la primera mujer en asumir la cartera del Ministerio de Finanzas, en el Ejecutivo de Durão Barroso, daba el salto a la presidencia del Partido Social Demócrata (PSD).

"Nada tengo que ver con su ideología pero la han atacado con todos los estereotipos", recordaba hace poco Catarina Martins. "La acusaron de ser fría y mala, fue atacada por negociar, por ceder, la han tratado como si no tuviera ni idea de lo que estaba haciendo en el PSD. Y luego se verificó que quienes le sucedieron estaban mucho menos preparados que ella", zanjó la líder del BE.

Manuela Ferreira Leite.

Sin embargo, y pese a los ataques que sufrió en sus propias carnes, Ferreira Leite tenía un discurso muy crítico con la igualdad y la paridad. "Es más, se mostró siempre muy contraria a discutir este tema", recuerda la investigadora Carla Martins. "De hecho, utilizaba su ejemplo a menudo para destacar que si había mérito y preparación, las mujeres sí llegaban al poder. Llegó incluso a cuestionar la ley de cuotas".

No se espera que de estas elecciones salga la segunda mujer en liderar los destinos del país. Los sondeos señalan que António Costa deberá hacerse con la victoria sin mayores problemas, aunque no con la mayoría absoluta. Y ahí es donde podrá entrar de nuevo Catarina Martins como pieza clave para la formación de otro Gobierno de izquierdas. "Estamos lejos aún de volver a tener a una mujer como primera ministra del país, pero vamos dando pasos", concluye la investigadora. "Hay un largo camino que recorrer pero estamos en ello".

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