La ministra sueca de Asuntos Exteriores, Ann Linde, elogió el reinicio del diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte, unos contactos que retomaron las respectivas delegaciones en Estocolmo bajo un gran secretismo.

"Es estimulante que las delegaciones estadounidense y norcoreana se encuentren en Estocolmo para mantener conversaciones. Es una diálogo necesario para lograr la desnuclearización y una solución pacífica", apunta Linde, en su cuenta en la red social twitter.

El mensaje de la ministra implica la confirmación, de facto, de la reanudación del diálogo, que quedó estancado en febrero en medio de las diferencias entre ambos países con respecto al modelo para desarmar a Corea del Norte.

Los contactos tienen lugar en medio de gran secretismo, lo que se interpreta como un interés compartido por empezar a negociar avances en el proceso iniciado con la mediática cumbre de Singapur de junio de 2018 entre los presidentes Donald Trump y Kim Jong-un.

Según medios surcoreanos, ya el viernes se realizó un encuentro preliminar en un recinto en la localidad Lidingö, al noreste de Estocolmo. Su objetivo era fijar agenda y otros aspectos técnicos de cara a las reuniones del sábado.

Romper el bloqueo

Este primer contacto se realizó a escala de los respectivos vicedelegados: el enviado especial de EEUU para Corea del Norte, Mark Lambert, y Kwon Jong-gun, nombrado recientemente para el equipo negociador que coordina la Cancillería norcoreana.

Los jefes de las respectivas delegaciones en esta fase son el representante especial estadounidense para Corea del Norte, Stephen Biegun, y Kim Myong-gil, exembajador en Vietnam designado por Kim para liderar las conversaciones.

Medios de EEUU, citando funcionarios de Washington, han indicado que la Casa Blanca estaría dispuesta a levantar sanciones sobre exportación de textil y carbón norcoreano si Pionyang desmantela sus principales instalaciones en el centro de investigación nuclear de Yongbyon y deja de enriquecer uranio durante tres años.

Los encuentros de Estocolmo buscan romper el bloqueo que persiste desde la cumbre de Hanói de febrero, en la que Washington consideró insuficiente la oferta de Pionyang referente al desmantelamiento de Yongbyon y se negó a levantar sanciones económicas que pesan sobre el país asiático.

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