Roma

El país con forma de bota ya ve, en el horizonte, su próximo Gobierno. Un Ejecutivo que, salvo sorpresas, será de tendencia claramente soberanista, capitaneado por el líder de La Liga, Matteo Salvini, hoy ministro del Interior. Las encuestas apoyarían esta tesis, teniendo en cuenta que la formación ex independentista obtendría el 36% de los votos. Ante unas nuevas elecciones, si Salvini se uniera a Berlusconi (Forza Italia) y a Giorgia Meloni (Hermanos de Italia); la coalición de centro-derecha podría alcanzar la mayoría absoluta. Pero, por lo pronto, habrá que esperar para saber qué ocurrirá en los próximos días porque, técnicamente, todavía no ha caído el Ejecutivo hoy presidido por el primer ministro, Giuseppe Conte.

En las últimas 72 horas ha cambiado todo. La actual crisis de Gobierno se ha desencadenado el pasado miércoles con la votación contraria del Movimiento 5 Estrellas –socio mayoritario del Ejecutivo– en la moción de confianza a favor de la construcción del AVE entre Turín (Italia) y Lyon (Francia). Pero fue este jueves cuando, tras 14 meses siendo ministro del Interior; el líder de la Liga y vicepresidente del Gobierno, Matteo Salvini, se mostró cansado de los litigios continuos con el Movimiento 5 Estrellas liderado por Luigi Di Maio, deseando que haya unas "elecciones anticipadas lo antes posible".

Así pues, el jefe de la Liga está dispuesto a presentarse a ellas como "candidato", ante unos comicios que podrían tener lugar este otoño, entre octubre y noviembre. Por el momento Conte no ha dimitido, pero este viernes la Liga ha anunciado que llevará a cabo una moción de censura con el actual presidente del Gobierno transalpino. De haber unas elecciones anticipadas, se votaría entre octubre y noviembre, con estreno del nuevo Gobierno a mediados de diciembre.

Pero podría faltar demasiado tiempo antes de un nuevo primer ministro. Éste o el próximo Ejecutivo italiano tendrá lugar, esencialmente, en base al comportamiento económico del país en las próximas semanas.

Los mercados

La crisis política, mientras tanto, está agitando a los mercados. Haya o no un nuevo Gobierno de corte soberanista, el problema número uno de Italia es, de hecho, su economía estancada. Este viernes, los mercados internacionales se mostraron preocupados por la situación de inestabilidad política en el país, algo que se reflejó claramente en la prima de riesgo –el diferencial sobre el bono alemán de la deuda pública italiana– que este viernes rozó los 240 puntos básicos tras las declaraciones de Salvini en relación a abandonar el Ejecutivo.

En relación a la prima de riesgo, la agencia de calificación de riesgos Fitch será la primera entidad internacional que calificará el estado de salud de Italia para pagar su deuda pública tras la actual crisis de Gobierno. Su competidora Moody's lo hará el 6 de septiembre, momento en el que estará más claro el camino de Italia entre el actual y el próximo Gobierno. Standard&Poor's lo hará el 25 de octubre. Por el momento, los bonos del Estado transalpinos a 10 años son, junto a los griegos, los únicos que superan el 1% de rentabilidad en toda Europa. Por su parte, este viernes la Bolsa de Milán bajó del 2,5% y algunos títulos accionarios de entidades bancarias tuvieron que ser suspendidos por pérdidas cercanas al 5%.

Tal como aseguró este jueves el líder del Movimiento 5 Estrellas y vicepresidente de Trabajo, Luigi Di Maio, el mayor riesgo que corre Italia para su economía es el aumento del IVA –actualmente es del 22%– por un total de 23.000 millones de euros en 2020 y 27.000 millones de euros en 2021 a cargo del Estado transalpino. Siempre y cuando no haya un Gobierno disponible para impedirlo en los próximos meses.

No son pocas las medida económicas del actual Ejecutivo que quedarían sin completarse. La descafeinada renta básica universal, por ejemplo, conocida en Italia como renta de ciudadanía, fue una de las medidas estrella del M5E de Luigi Di Maio, cuya aplicación se podría ver afectada por la crisis del Gobierno, una vez que la Liga de Salvini tomara el control total del Ejecutivo en los próximos meses.

La medida social apunta a ofrecer durante un tiempo limitado un sueldo público para los desempleados que, a cambio, estén dispuestos a aceptar trabajos del INEM italiano. La iniciativa cuesta unos 7.000 millones de euros y no se sabe qué va a pasar con los trabajadores públicos contratados ad hoc para guiar a los desempleados en su búsqueda de trabajo.

Quedará sin fecha de aprobación también la aplicación del salario mínimo de 9 euros por hora, una reforma muy deseada por el Movimiento 5 Estrellas pero no tanto por parte de la Liga de Salvini. No obstante, de haber un nuevo acuerdo entre ambos partidos de Gobierno, tendrá que esperar a la próxima legislatura.

Una de las grandes promesas económicas de la Liga de Matteo Salvini, que sin embargo a lo mejor sí podría realizar como primer ministro es la flat tax, la tarifa plana para empresas destinada a establecer un impuesto del 15% para las empresas que facturen hasta 65.000 euros y otro del 20% para aquellas que no sobrepasen los 100.000 euros. Veremos si, como en otras ocasiones, la economía italiana conseguirá sobrevivir a la actual situación política.