El Ministro de Asuntos de Exteriores ruso ha anunciado este viernes que el tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF por sus siglas en inglés) deja de existir "por iniciativa" de Estados Unidos. Ambos países se retiran del pacto que estaba suspendido desde que el presidente Donald Trump diera un ultimátum a los rusos para que se sometieran a las condiciones del acuerdo y así evitar que desapareciera. 

La OTAN, por medio de su secretario general, Jens Stoltenberg, ha declarado que la extinción del tratado es "responsabilidad únicamente de Rusia" y que todos los aliados de la OTAN apoyan plenamente a EEUU en su decisión de romper el acuerdo después de que Rusia se negara a acatar sus condiciones y eliminar el misil SSC-8.

Mijaíl Gorbachov, expresidente de la URSS que firmó el acuerdo en 1987, manifestó este jueves su preocupación, ya que la expiración del primer tratado de desarme de la Guerra Fría "dinamitará no sólo la seguridad de Europa, sino de todo el mundo".

Tratado histórico

8 de diciembre de 1987, el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, y el de la URSS, Mijaíl Gorbachov, firmaban un histórico acuerdo que llevaría al desarme que acabó en parte con la Guerra Fría. Esto ocurría en Washington D.C. El 27 de mayo de 1988 el tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF) fue ratificado por el Congreso de EEUU y pasó a tener efecto tres días después. 

El INF obligaba a ambas partes a eliminar los misiles balísticos o de crucero nucleares o convencionales con rango de alcance entre 500 y 5.000 kilómetros. EEUU los había instalado en Turquía y la URSS en Cuba, lo que llevó a la famosa "crisis de los misiles". El acuerdo supuso la retirada de los mismos y también fijaba como fecha límite para su eliminación el 1 de julio de 1991. Se destruyeron un total de 2.692 misiles, 846 de los americanos y 2.846 de los rusos. 

Además, por el tratado INF, las dos superpotencias se comprometieron a evitar la fabricación de más misiles de corto y medio alcance. Durante varias décadas, Rusia y EEUU se mantuvieron dentro de lo acordado contribuyendo la tranquilidad en el continente europeo y al otro lado del Atlántico. 

Ruptura

Sin embargo, con Barack Obama como presidente, EEUU acusó a Rusia de violar las condiciones del tratado durante la crisis de Ucrania en 2014. Putin negó las acusaciones, pero los funcionarios americanos dijeron que los rusos estaban desplegando abiertamente un misil prohibido, el SSC-8, peligroso para los países europeos. 

Donald Trump y Vladimir Putin durante un encuentro en Helsinki. Reuters

El 2 de febrero de 2019 se produjo el desencuentro definitivo: Donald Trump  suspendía el tratado por supuestos incumplimientos por parte de los rusos durante años y lanzaba un ultimátum: tenían seis meses para respetar las condiciones del acuerdo o lo romperían definitivamente. 

Ese mismo día, Putin anunció que Rusia también suspendía el tratado y acusó a EEUU de haber preparado el terreno para abandonar el INF, pues había empezado dos años antes a fabricar misiles de corto y medio alcance en una planta militar en Arizona. El tiempo ha pasado y el resultado es que desaparece el tratado entre las potencias, antiguas enemigas durante la Guerra Fría.  

Gorbachov augura el caos

"Con este paso, Estados Unidos hará que la política mundial sea impredecible y caótica", dijo a la agencia Interfax Gorbachov. El antiguo dirigente soviético ha manifestado su preocupación por lo que el fin de este tratado supone para la paz y la seguridad internacional.

También ha llamado a salvar el tratado START III, que firmaron EEUU y Rusia en 2010, en el que se pacta la reducción de armamento estratégico ofensivo, y que expirará en 2021. 

Trump y Putin parecen inflexibles en sus propias posturas y la OTAN ha apoyado la decisión de EEUU con todos sus aliados, dejando a Rusia como "única responsable" de la ruptura. 

Por su parte, los líderes europeos han protestado por la ruptura del INF y, aunque coinciden en que los misiles rusos son una amenaza para Europa, piensan que la solución pasa por renegociar el acuerdo

Poner freno a China

Esta nueva situación supone que ni Rusia ni EEUU tendrán cortapisas para fabricar sus misiles. De hecho, desde la Casa Blanca ya están planeando probar nuevos misiles a finales de verano, aunque su objetivo no parece ser intimidar a los rusos, sino contrarrestar el poder de China, un rival a largo plazo más importante que Rusia.  

Parece ser que uno de los mayores intereses de Trump para salirse del INF era que le impedía situar misiles de corto y medio alcance cerca de territorio chino que pudieran servir de freno a su enemigo comercial. China no estaba obligada por dicho tratado, lo que le ha permitido acumular un gran arsenal de misiles y hacerse con una mayor influencia en la zona del Pacífico occidental. 

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