Bruselas

¿Habrá fumata blanca al segundo intento? Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho celebran este domingo una cumbre de emergencia con el propósito de acordar el reparto de poder en la UE para la próxima legislatura. Una legislatura que comienza oficialmente este martes 2 de julio con el pleno inaugural en Estrasburgo de la nueva Eurocámara salida de los comicios del 26-M.

El tiempo apremia. Si fracasan otra vez, los líderes europeos pierden el control del proceso: el Parlamento Europeo elige a su presidente sí o sí el próximo miércoles, y el resultado condicionará los otros cuatro nombramientos (presidentes de la Comisión, del Consejo y del Banco Central Europeo, así como jefe de la diplomacia comunitaria), ya que el paquete debe respetar equilibrios geográficos, ideológicos y de género. De ahí que ya se haya anunciado que la cumbre continuará al menos hasta el desayuno del lunes.

Pese a las prisas, los líderes siguen tan divididos como en el anterior intento del 20 de junio, hace poco más de una semana. Un enfrentamiento que se ha traducido en una guerra abierta entre Francia y Alemania. Las discrepancias no se limitan sólo a los nombres sino que alcanzan también incluso al procedimiento de nombramiento. El francés Emmanuel Macron, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rechazan al candidato del Partido Popular Europeo, el alemán Manfred Weber, alegando que no tiene experiencia ejecutiva y está escorado a la derecha.

Pero Sánchez y el PPE están juntos en la defensa del sistema de los Spitzenkandidaten, según el cual sólo pueden optar a la presidencia de la Comisión los candidatos de las diferentes familias políticas que han hecho campaña: Weber, el holandés Frans Timmermans por los socialistas y la danesa Margrethe Vestager por los liberales. Sánchez apoya a Timmermans, que en la rumorología de las últimas horas gana puntos. Macron aborrece este sistema porque no tiene un grupo político potente y defiende que los líderes europeos presenten otros nombres.

En una entrevista con EL ESPAÑOL, el secretario general del PPE y eurodiputado, Antonio López-Istúriz (Pamplona, 49 años), explica que para su familia política es prioritario mantener el sistema de los Spitzenkandidaten y la presidencia de la Comisión. Para ello están dispuestos a llegar a acuerdos con socialistas, liberales y verdes sobre el reparto del resto de cargos. López-Istúriz critica el intento de Macron de marginar al PPE y pide a Sánchez que trabaje para lograr puestos decisivos para España en las instituciones comunitarias.

Pese a que el PPE ganó las elecciones europeas, Manfred Weber no ha logrado hasta ahora una mayoría suficiente ni en la Eurocámara ni en el Consejo Europeo. ¿Se han equivocado ustedes en la elección de su candidato?

En absoluto. El Partido Popular Europeo hizo unas primarias democráticas, a diferencia del resto de fuerzas políticas. Los delegados del congreso del PPE democráticamente votaron a Manfred Weber porque lo consideraron mejor candidato. El haber tenido un cargo ejecutivo no necesariamente te hace más sabio, más inteligente o más preparado para ocupar el puesto.

Manfred Weber es una persona que lleva 20 años en una institución europea, conoce al dedillo cómo funciona el Parlamento, la Comisión y el Consejo. Durante los últimos años ha sido presidente del grupo popular, el mayoritario, con acceso a primeros ministros, a comisarios, a todo el mundo. Tiene una gran experiencia y una gran capacidad de negociación y consenso. A lo que estamos asistiendo es a una estrategia a corto plazo de Macron junto con socialistas para evitar que salga Weber y poder vender que hay una victoria de un falso progresismo.

Para conservar la Comisión Europea, ¿estaría dispuesto el PPE a cambiar de candidato y presentar a una figura que genere más consenso como Michel Barnier o Kristalina Georgieva?

No hemos tomado ninguna decisión al respecto. Pero no es ningún secreto que el sistema de los Spitzenkandidaten fue una creación nuestra, en concreto de nuestro antiguo presidente y 12 años primer ministro de Bélgica Wilfried Martens. Al cual se unió entusiásticamente el líder de los socialistas en aquella época, Martin Schulz. Es verdad que entonces había más unidad entre los socialistas. Actualmente, la división interna que se verá en breve en el grupo socialista y en el antiguo grupo liberal que lidera ahora el señor Macron, desestabiliza todo el proceso.

El PPE ha ganado las elecciones. Lejos de pedir disculpas por ello como pretenden algunos, hemos pedido, como estaba acordado, la presidencia de la Comisión Europea y estamos dispuestos a negociar con los otros actores los demás puestos europeos. Con los socialistas, los verdes y los renacentistas de Macron. Pongo mucho énfasis en esta palabra porque así se llaman ahora. Ya no son liberales. Me alegro. Yo soy un liberal que milito en el Partido Popular Europeo. Creo que por fin se hace justicia y se reconoce que el PPE es el auténtico partido cristianodemócrata liberal y conservador de Europa. El grupo liberal era un refrito, un cajón de sastre donde está el PNV, el PDeCAT, Ciudadanos, UPyD. Nosotros abogamos por una negociación responsable de las cuatro principales fuerzas proeuropeas. Pero somos conscientes de que hay muchos problemas y futuras divisiones en los otros grupos y nos preocupa.

¿Pero para el PPE la Comisión es una pieza irrenunciable?

Depende de cuál sea la futura evolución del proyecto europeo. Si como quieren varios primeros ministros se acaba con el principio del Spitzenkandidat y el poder vuelve a los Estados miembros, la presidencia de la Comisión no será tan importante y cobrará más fuerza la presidencia del Consejo. Si el Spitzenkandidat se mantiene, se preserva la importancia de la presidencia de la Comisión. El PPE siempre estará dispuesto a trabajar y a luchar por mantener al Spitzenkandidat.

Si la prioridad es mantener este sistema, ¿apoyaría el PPE a otro de los candidatos, como el socialista Frans Timmermans, si consigue más apoyos pactando con los liberales?

No puedo hablar ahora mismo de una decisión que tomará este domingo la presidencia del PPE y los primeros ministros de nuestra familia. Es una decisión de todos, como siempre en el PPE. Nosotros no somos de liderazgo único, como es el caso de Macron con los liberales. Nosotros somos de decisiones colectivas. Puede haber mayor o menor influencia por ejemplo de Angela Merkel, una figura indiscutible y de europeísmo reconocido. Pero no es una decisión única y exclusivamente de Merkel. Esa es para mi la grandeza del PPE.

En cuanto a Timmermans, yo lo que puedo decir es lo que siente mucha gente del PPE sobre él: lo consideran un gran liberal puesto que, a pesar de militar en el partido socialista en Holanda, sus credenciales a lo largo de estos años han sido claramente liberales. Por eso tiene muchos problemas con sus propios colegas socialistas. Y a pesar del entusiasmo de Pedro Sánchez en su apoyo, a mi me consta que los socialistas españoles, sobre todo la línea dura del partido socialista, no van a estar en absoluto contentos si al final en estas negociaciones sale el nombre de Timmermans.

Usted ha mencionado ya varias veces al presidente Macron, ¿a qué atribuye su activismo contra Weber y el PPE?

Nosotros no vamos a tolerar que el señor Macron quiera acabar con los Spitzenkandidaten, que es un tímido intento de democratizar la elección de la presidencia de la Comisión Europea. O con el PPE y con el Parlamento Europeo, que son objetivos prioritarios del señor Macron porque no los controla. En Bruselas, sin el Partido Popular Europeo no se negocia nada. Le hemos dicho claramente a Macron que esto es Bruselas y no París.

El señor Macron tiene una magnífica prensa a lo largo y ancho de Europa. No es menos cierto que hace dos años nos dio una tremenda alegría con su victoria en Francia frenando a la señora Le Pen. Pero eso no significa que todos tengamos que seguir el dictado del señor Macron, que disfraza muchas veces en posiciones proeuropeas simplemente una pura ambición personal. Y aquí está el PPE para controlar que el proyecto europeo siga siendo un equilibrio entre 27 países, no los dictados de una sola persona. 

Si alguien tuviese la tentación de pensar que esto es lo que ha pasado con Angela Merkel, como le han acusado en los últimos años, por favor que se estudien bien la trayectoria de la canciller: Angela Merkel durante estos 15 años ha forjado consensos y siempre ha tenido en cuenta la opinión de todo el mundo.

¿Qué le parece el papel de Pedro Sánchez en estas negociaciones y que haya elegido a Macron como socio?

Yo no creo que Sánchez se encuentre cómodo los próximos cinco años con una candidatura como la de Timmermans, por mucho que si saliese lo celebraría ahora con champagne. Dicho eso, a mi lo que me interesa es que a mi país le vaya lo mejor posible. A diferencia de los socialistas, que históricamente han votado siempre contra cualquier candidato español del PP, nosotros ponemos país primero e ideología después: todos votamos por ejemplo a favor de que el señor Borrell fuese en su momento presidente del Parlamento Europeo. Nosotros lo hacemos por España. Nosotros, sin tanto show, sí pensamos que España, y sobre todo a estas alturas, se merece puestos decisivos dentro de las instituciones europeas. Corresponde al señor Sánchez negociar para que eso ocurra así. Y acordarse siempre de que si sale bien es una victoria para España, no para Sánchez.

¿Pero está el señor Sánchez jugando bien sus cartas o se está equivocando en sus alianzas?

Opinaré cuando vea el producto final y valoraré si España ha salido bien parada de esta negociación o no. Ahora mismo hay mucha especulación, se barajan muchos nombres: Borrell, Nadia Calviño, Luis Planas. En algunos casos son gente que yo conozco y conozco de su vocación europea, afortunadamente. Dicho eso, habrá que ver también si su perfil se adapta al puesto que supuestamente podrían conseguir. Eso será un tema a valorar. Pero siempre teniendo en cuenta que España salga bien representada.

¿Se va a resolver todo este puzzle ahora o tendremos que ir a recuperación en septiembre?

En estos momentos, no puedo decir qué va a ocurrir, pero el deseo de todos es que se acabe ya. Hay gente observando. Hay gente que disfruta con estas negociaciones, nuestros amigos rusos, gente que no ve con buenos ojos que las cosas vayan bien en la UE. Pero estamos en unas negociaciones normales: que nadie se inquiete, tendrán final, sea en julio o en octubre. Lo deseable es que sea ahora en julio.

En España tenemos la misma situación de bloqueo que en la UE con los problemas de Sánchez para su investidura, ¿cómo ve la situación desde Bruselas?

Con algo más de preocupación, porque hay actores que aquí en la UE no están. Los extremos, los nacionalismos, los populistas, no están metidos en esta negociación europea. Ni Marine Le Pen, ni Nigel Farage, ni la Izquierda Unida Europea en la que está Pablo Iglesias, tienen ninguna influencia sobre este proceso. En España lo preocupante es ver que Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya o Podemos sí tienen la posibilidad de influenciar esas negociaciones y esa futura formación de Gobierno. Eso es tremendamente preocupante y esa es la diferencia que yo marcaría entre un caso y otro.

¿Debería el PP abstenerse en la investidura de Pedro Sánchez?

Eso es una decisión que tomará Pablo Casado y la dirección del PP. Yo creo que él ha sido muy claro en el sentido de que va a votar en contra. Visto lo visto, la gente que entra en Moncloa a negociar como Pablo Iglesias o la aparición de Arnaldo Otegi en Televisión Española, me parece lógico que haya una reacción negativa. Dicho eso, esperaremos a ver cuál es la oferta que el señor Sánchez presenta ante el Congreso de los Diputados. Y ese será el momento de tomar decisiones.

¿Qué le dicen sus colegas del PP europeo sobre los pactos con un partido euroescéptico como Vox?

Aquí nadie ha comentado nada. Vox fue un fenómeno que llamó la atención después de las elecciones andaluzas. El fenómeno duró dos semanas. Y aquí nadie ha vuelto a hablar del tema. Sobre todo tras su muy mal resultado en las elecciones europeas, donde se esperaba que viniesen a Bruselas con hasta ocho eurodiputados y al final han aparecido  con tres. Han sido una decepción para el propio grupo del que van a formar parte, los Conservadores y Reformistas Europeos. Y me parece llamativo que hayan aceptado estar en el mismo grupo que los nacionalistas flamencos, que son una fuente de apoyo al independentismo catalán.

Vox en los próximos cinco años va a ser absolutamente irrelevante en el panorama del Parlamento Europeo. Está en un grupo menor, con una delegación menor. Sobre las negociaciones y coaliciones en España, aquí nadie ha comentado nada negativo. El único lío ha surgido dentro de Ciudadanos y en el antiguo grupo liberal. Pero mi tesis siempre ha sido, y se está confirmando, que el señor Macron lo que está haciendo es dar ultimátums para librarse del señor Rivera. ¿Por qué? Porque le resulta muy incómodo en su estrategia de acercamiento a los socialistas. Responde más a eso que a una vocación de criticar las posibles coaliciones con Vox.

Los separatistas catalanes han convocado la semana que viene una concentración en Estrasburgo para pedir que se reconozca a Puigdemont, Comín y Junqueras como eurodiputados, ¿lograrán su objetivo?

Son casos distintos. El señor Puigdemont, como Comín, mientras no vaya a recoger su acta y jure o prometa la Constitución, no va a ser eurodiputado. Punto. El señor Junqueras depende lógicamente de lo que diga el Tribunal Supremo. Por ahora ha sido taxativo y claro: no puede. No hay horizonte en estos momentos para que estas personas vengan aquí, lo cual creo que es una noticia buena. Sería una vergüenza que estos señores, en prisión o prófugos de la justicia, estuviesen representando a todos los españoles.

Los diputados españoles trabajamos siempre, sobre todo el PP, para que las actividades show del señor Puigdemont, que simplemente están destinadas a llamar la atención, que no van a conseguir nada, no lleguen a ningún puerto. Espero y deseo que la delegación socialista ejerza su responsabilidad como partido en el Gobierno. Por lo que se refiere a la manifestación de los independentistas catalanes de la semana que viene, que se pongan a la cola. A Estrasburgo vienen a manifestarse los tibetanos, los productores de leche, etc. Lo que pueda llamar mucho la atención en España, a nivel europeo no va a causar mayor sensación.