Bruselas

El presidente de la Comisión Europea, el conservador Jean-Claude Juncker, empieza a preparar su testamento para cuando se jubile el próximo 31 de octubre tras cinco años de mandato. En su propuesta de Agenda Estratégica de la UE para el periodo 2019-2024 hecha pública este martes, Juncker combina la reivindicación de sus logros, entre los que destaca mantener a Grecia en el euro o impulsar la recuperación económica tras la Gran Recesión; con una lista de deseos para la próxima legislatura tras las elecciones europeas del 26 de mayo, cuando él ya no estará en el cargo.

Se trata de la contribución del Ejecutivo comunitario a la cumbre extraordinaria que celebran los líderes europeos el próximo 9 de mayo en Sibiu (Rumanía), coincidiendo con el día de Europa. El objetivo inicial de la reunión era definir el rumbo que debe tomar la UE tras el brexit. El propio Juncker había dibujado cinco posibles escenarios: seguir igual, dar marcha atrás en la integración, una UE a múltiples velocidades, hacer menos juntos pero de forma más eficaz o crear los Estados Unidos de Europa.

Al final, la UE llega a su cita en Sibiu sin que Reino Unido se haya marchado ni tenga una fecha clara para hacerlo. El brexit sigue eclipsando todos los debates europeos y desplazando al resto de prioridades urgentes. Juncker ha rebajado su nivel de ambición: en lugar de decantarse por una visión global de futuro, se concentra en una serie de medidas concretas que en su mayoría llevan debatiéndose desde hace años pero están atascadas. Aún así, su iniciativa no ha gustado nada al candidato del Partido Popular Europeo a sucederle, Manfred Weber, que tiene sus propios planes y no quiere imposiciones del equipo saliente.

En opinión de Juncker, la actuación de la UE en la próxima legislatura debe centrarse en cinco dimensiones.

1.- UNA EUROPA PROTECTORA: El terrorismo y la seguridad son preocupaciones centrales para los ciudadanos europeos. La UE debe aunar esfuerzos en la prevención y la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado, los ciberdelitos y las amenazas híbridas, construyendo una auténtica Unión de la Seguridad. Otra prioridad que marca Juncker es mejorar la cooperación en defensa, aunque no pide un Ejército Europeo como sí han hecho el presidente francés, Emmanuel Macron, o la canciller Angela Merkel. Finalmente, los Veintisiete deben ponerse de acuerdo en la gestión de la migración con un enfoque basado en el reparto de responsabilidades y la solidaridad de los Estados miembros. El desorden migratorio ha sido el mayor fracaso de la UE en la legislatura que ahora termina.

2.- UNA EUROPA COMPETITIVA: La UE tiene que invertir más en I+D y convertirse en líder mundial en el desarrollo de la inteligencia artificial. Juncker aboga además por una "política industrial moderna", con prioridades como la fabricación de baterías sostenibles en Europa y herramientas para defenderse mejor de los países que subvencionan a su industria, como China. Por lo que se refiere al futuro de la unión económica y monetaria, el presidente de la Comisión insiste en ideas como la creación de eurobonos (aunque se refiere a ellos con el eufemismo de 'activos seguros') o de un presupuesto de estabilización, que han sido bloqueadas reiteradamente por países como Alemania u Holanda.

3.- UNA EUROPA EQUITATIVA: Es este capítulo el que incorpora más novedades, aunque se quedan en meros apuntes sin desarrollar. Apuesta por crear gradualmente un seguro europeo de paro, una idea que también defiende el Gobierno de Pedro Sánchez. También reclama una política fiscal adaptada a los retos de la economía digital, aunque la tasa digital que propuso Bruselas para los gigantes de Internet como Google o Facebook ha naufragado. Pero por primera vez, Juncker sugiere que la UE debe hacer más para apoyar una sanidad de alta calidad, asequible y accesible en todos los Estados miembros, mediante la transformación digital de los sistemas sanitarios. Y tiene que intervenir también en el mercado de la vivienda para garantizar una oferta adecuada de vivienda social en la UE.

4.- UNA EUROPA SOSTENIBLE: Este apartado consiste básicamente en una enumeración de principios generales, pero sin apenas medidas concretas para llevarlos a la práctica. La UE debe redoblar los esfuerzos para combatir el cambio climático y frenar la pérdida de biodiversidad. También es necesario acelerar la transición a una economía circular más eficiente en el uso de los recursos y el reciclaje. Finalmente, Juncker defiende maximizar el potencial de la Unión de la Energía para hacer frente a problemas como la seguridad de suministro, los costes energéticos para hogares y empresas o el impacto sobre el cambio climático.

5.- UNA EUROPA INFLUYENTE: En un mundo cada vez más incierto en el que los Estados Unidos de Donald Trump han optado por una política unilateral y de repliegue, la UE debe ejercer una posición de liderazgo a escala internacional. La prioridad debe ser defender un orden mundial multilateral basado en normas y que tenga como eje a las Naciones Unidas y a la Organización Mundial del Comercio. Un papel reforzado del euro frente al dólar aumentaría asimismo la soberanía económica y monetaria de Europa. Finalmente, Juncker ve prioritario desarrollar relaciones sólidas con los vecinos, en particular los Balcanes y África.