Bruselas

Enésima humillación de Theresa May en Bruselas. Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han asumido de nuevo el control del calendario del brexit aprobando este jueves de madrugada una prórroga larga hasta el 31 de octubre, con una cláusula de revisión intermedia en junio. Esta decisión supone desautorizar una vez más a la primera ministra británica, que había pedido únicamente un aplazamiento hasta el 30 de junio.

"La UE y Reino Unido han acordado una prórroga flexible hasta el 31 de octubre. Eso significa seis meses adicionales para que los británicos encuentren la mejor solución posible", ha tuiteado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al término de ocho horas de intensas negociaciones en la cumbre de emergencia sobre el brexit celebrada en Bruselas. "Estamos poniendo toda nuestra inteligencia y voluntad política en que no se produzca un brexit desordenado", ha resaltado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Al principio de la reunión, May ha trasladado a los líderes europeos que su objetivo sigue siendo decir adiós a la UE antes del 22 de mayo, ya que no quiere tener que participar en las elecciones a la Eurocámara. Para conseguirlo, la primera ministra británica espera alcanzar algún tipo de pacto en los próximos días con el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, que permita ratificar el Acuerdo de Retirada en el Parlamento británico, donde ya ha sido rechazado tres veces.

Pero una vez más, los argumentos de May no han convencido en absoluto a los líderes europeos. La primera ministra británica ha sido incapaz de concretar el calendario de las negociaciones con Corbyn o de ofrecer garantías de éxito, según fuentes diplomáticas. El diálogo ha empezado apenas hace una semana, casi tres años después del referéndum del brexit. Los jefes de Estado y de Gobierno ya hace mucho tiempo que no se fían de las promesas de May.

"Una prórroga del brexit hasta el 31 de octubre es razonable porque da tiempo a Reino Unido a escoger finalmente su camino. La revisión en junio permitirá al Consejo Europeo hacer balance de la situación", ha escrito el primer ministro maltés, Joseph Muscat, en su cuenta de Twitter. El caos político británico ha obligado ya a aplazar dos veces el brexit: primero del 29 de marzo al 12 de abril; y ahora hasta finales de octubre.

La extensión obliga a Reino Unido a participar en las elecciones europeas que se celebran entre el 23 y el 26 de mayo, en contra de los deseos de May. Si al final no lo hace, será expulsado de la UE automáticamente el 1 de junio sin acuerdo: un brexit salvaje. Eso sí, se trata de una prórroga flexible: Londres puede marcharse en cualquier momento antes de que concluya el plazo si lograra ratificar el Acuerdo de Retirada. Es decir, la opción preferida de May de ratificar el divorcio antes del 22 de mayo y salirse sin participar en las europeas todavía es factible.

"No voy a fingir que las próximas semanas serán fáciles o que hay una manera fácil de romper el bloqueo en el Parlamento. Pero tenemos la obligación en tanto que políticos de encontrar la forma de cumplir la decisión democrática del referéndum, lograr el brexit y hacer que nuestro país avance. No hay nada más urgente o más vital", ha dicho May en su rueda de prensa final tras la cumbre.

Emmanuel Macron contra todos

La decisión sobre la duración de la prórroga la han tomado los Veintisiete sin que May estuviera presente. Se tuvo que marchar tras su intervención inicial en defensa de la prórroga. Cuando ha habido fumata blanca, los líderes europeos le han convocado para comunicarle el acuerdo y ella no ha tenido otra alternativa que aceptarlo.

El destino de Reino Unido se decide ahora en Bruselas. Y el Gobierno británico ya no está en la mesa de negociaciones. Un escenario totalmente opuesto al eslogan de recuperar la soberanía y el control que utilizaron los partidarios del brexit durante el referéndum y las conversaciones del divorcio.

Durante las negociaciones en Bruselas, el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha enfrentado prácticamente en solitario al resto de socios. La mayoría de líderes europeos apostaba por una extensión todavía más larga, de hasta un año, para que los británicos tengan tiempo de repensar el brexit. Pero Macron se ha resistido hasta el final con el argumento de que Londres podría bloquear el funcionamiento de la UE con el fin de mejorar los términos del divorcio.

Al final, como ocurre a menudo en la UE, el compromiso se ha logrado en un punto intermedio. Entre la prórroga larga hasta marzo de 2020 que había propuesto el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y la prórroga corta hasta el 20 de junio de 2019 que defendía Macron, los Veintisiete se han plantado en el 31 de octubre.  

Esta fecha se ha escogido porque la nueva Comisión Europea que sustituirá al equipo de Jean-Claude Juncker empezará a trabajar el 1 de noviembre. Así se garantiza que Reino Unido ya no podrá seguir influyendo en las instituciones europeas y en el funcionamiento de la UE durante la próxima legislatura, sostiene Macron. "Es verdad que la posición mayoritaria era conceder una prórroga muy larga, pero para mi no era lógico ni bueno para nosotros (...) Habría debilitado nuestras instituciones", ha dicho el presidente francés.

Sin condiciones estrictas para Londres

Sin embargo, Macron no ha logrado su propósito de imponer condiciones leoninas a Londres durante el periodo de prórroga. El presidente francés quería que May renunciara a su derecho de veto en las decisiones de la UE y al comisario británico como gestos de buena voluntad. Ninguna de estas exigencias figuran en las conclusiones de la cumbre. La única petición francesa que se ha aceptado es que los Veintisiete celebrarán reuniones sin Reino Unido siempre que lo consideren oportuno.

"Reino Unido seguirá siendo miembro de la UE, con todas sus obligaciones y derechos, especialmente el derecho al voto", ha destacado Tusk. Eso sí, el Gobierno británico debe dar "garantías políticas" de que mantendrá una cooperación leal, es decir, que "no usará ningún tipo de trampas o bloqueos para detener nuestro trabajo o ser destructivo", explica el presidente del Consejo Europeo.

Por su parte, Juncker ha pedido "desdramatizar" el problema, ya que la mayoría de las decisiones clave que debe adoptar la UE en los próximos meses, en particular la renovación de los altos cargos de las instituciones comunitarias, "son por mayoría cualificada". "Las posibilidades de Londres de bloquear decisiones son muy limitadas", ha asegurado el presidente de la Comisión.

Tusk ha dejado para el final un llamamiento urgente a la clase política británica: "Esta prórroga es tan flexible como yo esperaba y un poco más corta de lo que yo quería, pero todavía es suficiente para encontrar la mejor solución. Por favor, no desperdicien este tiempo".

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