Theresa May sigue luchando por mantener vivo su acuerdo del 'brexit'. Este martes y los siguientes días serán clave para el destino del Reino Unido y para reforzar la posición de May como premier del país o ponerla otra vez contra las cuerdas. Los euroescépticos siguen amenazando con aumentar la presión y tomar medidas contra la primera ministra en el caso de que pretenda retrasar la salida de la Unión Europea. 

Este martes, Theresa May se enfrenta a la votación decisiva sobre su acuerdo de retirada mejorado anoche negoció a la desesperada con Juncker en Estrasburgo. La nueva versión, a pesar de los intentos de la primera ministra, no cambia ni una coma del texto que el Gobierno británico y la UE firmaron a finales de noviembre. Tampoco altera la salvaguarda para evitar una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte en cualquier escenario. Esta salvaguarda es la principal preocupación de los conservadores euroescépticos más radicales, que temen que atrape a Reino Unido en una unión aduanera permanente con la UE que impida a Londres desarrollar una política comercial independiente. Por eso pedían un límite temporal o una cláusula unilateral de salida.

Pero en sus negociaciones con la UE, May no ha logrado ni una cosa ni la otra. Y ha acabado conformándose con una simple declaración interpretativa, eso sí, jurídicamente vinculante. 

Ni siquiera el abogado del Gobierno británico, Geoffrey Cox, se cree las bondades de esta nueva "garantía" que May ha pactado con Bruselas. Para Cox, los nuevos textos del brexit "reducen el riesgo" de que el Reino Unido permanezca indefinidamente en la polémica salvaguarda irlandesa, pero el "riesgo legal" permanece "sin cambios".

La inquietud de muchos diputados, incluidos los del partido conservador, sobre el backstop continúa a horas del debate y la votación en Westminster. Jeremy Corbyn, líder del partido laborista, ya ha anunciado que votará en contra. 

Acuerdo de última hora para el ‘Brexit’ entre la UE y Reino Unido

Del resultado de esta tarde dependerá que luego empiece una cascada de eventos que puede terminar en tres escenarios posibles: una salida sin acuerdo, una ampliación del artículo 50, o una situación de bloqueo. Esta es la hoja de ruta que el Parlamento británico. 

12 de marzo

Este martes, el Parlamento británico votará de nuevo el acuerdo de May y entonces pueden pasar dos cosas: o bien lo aprueba y el Reino Unido sigue adelante con el plan de abandonar la UE el 29 de marzo o bien lo rechaza. En el caso de que lo rechace, May promovería otra votación al día siguiente.

13 de marzo

Este miércoles el Parlamento se enfrentaría a una nueva votación pero ya para decidir si el país sigue adelante con su divorcio de la UE, sin un acuerdo con Bruselas. En el caso de aprobarse, el Reino Unido saldría el día previsto, el 29 de marzo. Si no lo aprueba, entonces May llevaría al Parlamento una votación sobre la posibilidad de extender el artículo 50, ampliar la permanencia en la UE y ganar tiempo para renegociar la salida. Sería el día siguiente.

14 de marzo

Ese día el Parlamento votaría entonces una pequeña ampliación del artículo 50. Si los diputados lo rechazaran, se llegaría a un callejón sin salida, que podría terminar con un 'brexit' sin acuerdo, un segundo referéndum o incluso una tercera votación sobre el acuerdo de May, para intentar aprobarlo una última vez.

En el caso de que el Parlamento aprobara extender el artículo 50, entonces se abriría un nuevo espectro de posibles escenarios que se materializarían a partir del 21 de marzo.

21 de marzo

En la reunión de la Unión Europea de ese día, los líderes europeos votarían esa ampliación del artículo 50. Si sale el no, se llegaría a un bloqueo, si saliera el sí, entonces el 'brexit' se aplazaría.

Hay una tercera opción, que es que los líderes europeos acuerden una ampliación del artículo 50 pero más larga que lo que le gustaría al Reino Unido. En ese caso, el Parlamento británico tendría que votar la propuesta. Y ahí se abren de nuevo dos posibilidades: si la aprueban se aplazaría el 'brexit', si no, se llegaría, de nuevo a un callejón sin salida en el que varios escenarios, algunos de los cuales imprevisibles, se podrían abrir.