Bruselas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha abierto este viernes una crisis con Bruselas y con Londres al rechazar la solución de compromiso conjunta que le habían ofrecido horas antes para tratar de resolver sus inquietudes sobre el estatus de Gibraltar tras el brexit. Considera que las garantías que ha recibido de sus socios, un apaño sin valor jurídico, todavía no son suficientes y mantiene su veto en solitario al acuerdo del brexit. Es más, sugiere que la cumbre extraordinaria del domingo para sellar el divorcio podría no llegar a celebrarse si en las próximas horas no se atienden las demandas españolas.

El veto de Sánchez agrava el enfrentamiento con la primera ministra británica, Theresa May, que ha resaltado los últimos días que defenderá la soberanía británica sobre el Peñón y no consentirá que se le excluya de las negociaciones futuras con la UE. Al mismo tiempo, el presidente del Gobierno rompe la unidad férrea que hasta ahora habían mantenido los 27 en las negociaciones del brexit y amenaza con boicotear una cumbre convocada formalmente por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

El resto de países han levantado este viernes las últimas reservas que mantenían al acuerdo de Bruselas con Reino Unido. La prioridad ahora de los otros 26 Estados miembros es firmar de una vez el divorcio y dejar atrás 17 meses de complicadas negociaciones. No entienden muy bien este bloqueo de última hora por Gibraltar.

"No se dan las garantías suficientes aún en el acuerdo que se está negociando en Bruselas, por tanto, España sigue manteniendo el veto", ha asegurado el presidente del Gobierno en rueda de prensa en La Habana para hacer balance de su visita oficial a Cuba. "Si no hay acuerdo, es evidente que lo que va a ocurrir es que el Consejo Europeo muy probablemente no se celebre", ha añadido.

Sánchez no ha querido dar más detalles, pero ha suavizado el tono respecto a los últimos días: no excluye que finalmente estas garantías que se han empezado a perfilar este viernes puedan mejorarse hasta satisfacer las expectativas de España. Las negociaciones a todos los niveles -a 27, entre españoles y británicos o entre España y la Comisión- se han multiplicado en las últimas horas, aunque se desarrollan en un ambiente de máximo secretismo.

Un apaño sin valor jurídico

Lo cierto es que la solución de mínimos que le han planteado Bruselas y Londres no cumple las exigencias que había planteado el propio presidente del Gobierno para que se reconozca el veto de España sobre el futuro del Peñón: ni se modificará el Tratado de Retirada de Reino Unido o su controvertido artículo 184 ni se tocará la declaración política sobre las relaciones futuras entre Bruselas y Londres. Consiste en dos declaraciones cuyo valor es solamente político, es decir, no son jurídicamente vinculantes y no pueden esgrimirse ante los tribunales.

La primera estaría firmada por los 27, es decir, que no vincula a Londres. En ella se repetiría que ningún acuerdo futuro entre la UE y Reino Unido se aplicará a Gibraltar salvo que cuente con el consentimiento previo de España. En la segunda declaración política, el propio Gobierno británico diría que está de acuerdo con esta interpretación, según ha desvelado el secretario de Estado para la UE, Luis Marco Aguiriano, que encabeza la delegación negociadora española en Bruselas.

El propio Aguiriano no tiene muy claro el estatus de estos textos. "Hay que preguntárselo a los juristas", ha dicho. Al mismo tiempo, admite que el margen de maniobra que le queda ahora a España es muy limitado: "los 27 han ido todo lo lejos que pueden ir conforme a derecho comunitario". El Gobierno español se siente traicionado por los negociadores de la Comisión y cree que no ha recibido toda la solidaridad esperable de sus socios europeos en el tramo final del brexit.

May se mantiene inflexible

Por su parte, el Gobierno de May no da señales de que vaya a flexibilizar su posición para atender las peticiones de España. "Por supuesto que no hemos aceptado excluir a Gibraltar. La primera ministra ha dejado claro que pretendemos negociar acuerdos futuros en nombre de todos los territorios de cuyas relaciones exteriores somos responsables, incluyendo Gibraltar", ha dicho este viernes un portavoz de Downing Street. Eso sí, Londres reconoce el "interés especial" de Madrid sobre esta cuestión y ve importante mantener un "diálogo regular".

En Bruselas, la consigna es de silencio absoluto. Los portavoces rechazan dar información. La disputa entre España y Reino Unido por Gibraltar es ahora el único escollo que queda sin solucionar en el acuerdo del brexit. Los negociadores de los líderes europeos (sherpas, según la jerga comunitaria) han acabado de cerrar durante la mañana del viernes el resto de temas pendientes.

Las peticiones varias de último minuto -en particular, la exigencia a Reino Unido que mantenga el actual acceso a la flota europea a sus aguas territoriales tras el brexit- se han incluido en un tercer documento que debe aprobarse también en la cumbre del domingo: una declaración a 27 donde se añadiría también el párrafo ofrecido a España sobre el Peñón.

Ni el Tratado de Retirada ni la declaración política sobre las relaciones futuras, ambos textos pactados entre Reino Unido y Bruselas, se tocan ya por miedo a hacer descarrilar todo el acuerdo. May tiene previsto reunirse este sábado por la tarde en Bruselas con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, para tratar de buscar una salida al bloqueo.

¿Puede Sánchez vetar el acuerdo del brexit?

La crisis por Gibraltar se ha convertido este viernes en un arma arrojadiza electoral entre los partidos políticos españoles. Si el Gobierno de Sánchez acusaba al anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy de no haber tenido "la suficiente ambición", el líder del PP en la Eurocámara, Esteban González Pons, ha tachado de "negociadores aficionados" a los socialistas y ha reprochado a Sánchez haberse marchado a Cuba cuando "se la está jugando" con el Peñón.

Lo cierto es que el propio Aguiriano presumía hasta ayer mismo de seguir la misma línea que el exministro Alfonso Dastis e incluso de haber mantenido al mismo equipo negociador con los británicos. Desde Ciudadanos sostienen que Sánchez "ha puesto muy bajo el listón" con una estrategia heredada de Rajoy y "no le han tomado en serio". Y el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha dicho que apoyará al Gobierno si es para defender a los trabajadores del Campo de Gibraltar, pero no para "patrioterismos extraños".

¿Puede realmente Sánchez vetar el acuerdo del brexit en la cumbre del domingo? En teoría, el Tratado de Retirada debe aprobarse por una supermayoría de 20 de los 27 Estados miembros. Es decir, España no tendría poder de bloqueo. Sin embargo, el Consejo Europeo del domingo tiene que avalar previamente los acuerdos alcanzados de Reino Unido, y aquí si se requiere unanimidad. Sería inconcebible políticamente que la UE siga adelante con la oposición de un gran Estado miembro.

¿Es posible incluso que la cumbre se cancele debido al bloqueo de España? La canciller Angela Merkel ha dejado claro al resto de líderes que sólo viajará a Bruselas el domingo si hay un acuerdo cerrado. Rechaza enzarzarse en negociaciones de párrafos o declaraciones adjuntas hasta altas horas de la madrugada. Quiere que el Consejo Europeo sea una breve ceremonia para sellar el divorcio. Si Sánchez decidiera al final no ir, la reunión se cancelaría.