Bruselas

Tal y como se negoció a 27, el borrador de declaración política que define las relaciones futuras entre la UE y Reino Unido tras el brexit daba a España poder de veto sobre el estatus de Gibraltar. Sin embargo, la versión final pactada entre Bruselas y Londres que se ha hecho pública este jueves no contiene ninguna referencia al Peñón. El párrafo se ha borrado.

Por si fuera poco, el Tratado de Retirada de Reino Unido -es decir, el acuerdo de divorcio- incluye un artículo (el controvertido 184) que cuestiona también la posición española sobre Gibraltar. Un artículo que se introdujo a última hora a petición británica y "con nocturnidad y alevosía", sin que España supiera nada, según ha denunciado este jueves el secretario de Estado para la UE, Luis Marco Aguiriano.

En la recta final de las negociaciones del brexit, los dirigentes de la UE han hecho oídos sordos a las reclamaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y se han puesto del lado de la primera ministra británica, Theresa Maypese a que es ella la que abandona la Unión. Desoyen las aspiraciones de España sobre Gibraltar.

De momento, Sánchez -de viaje en Cuba durante una semana crucial en la UE- mantiene su amenaza de vetar en solitario el acuerdo del brexit en la cumbre que se celebra el domingo 25 de noviembre si no se atienden sus reclamaciones. Ha dicho en público hasta en dos ocasiones que lo hará. Y lo volvió a escribir en Twitter el jueves por la noche. "Es una cuestión que afecta a la esencia de nuestro país, a la esencia de nuestra nación", alega el presidente del Gobierno.

Sin embargo, el Ejecutivo socialista empieza a dar señales de que podría recular. En un primer momento exigió cambios tanto en el Tratado de Retirada (en concreto, modificar el texto del artículo 184 o suprimirlo) como en la declaración sobre las relaciones futuras entre la UE y Londres. Tras chocar con el muro de Bruselas ha rebajado ya sus pretensiones y se conformaría con otras fórmulas alternativas con menor valor jurídico. 

"Tiene que quedar meridianamente claro que cualquier relación futura entre la UE y Reino Unido debe contar con el visto bueno de España", ha dicho Aguiriano. "Que lo pongan por escrito, así de sencillo", reclama. Si las garantías no llegan de aquí al domingo, Sánchez "no dará su acuerdo ni al Tratado de Retirada ni a la declaración política". El secretario de Estado para la UE no ha descartado que haya que "parar el reloj" o que "se vuelva a convocar un Consejo Europeo" más tarde.

El acuerdo entre Reino Unido y la UE no menciona al Peñón

Sánchez no ha tenido ambición

¿Qué ha fallado en la estrategia negociadora del Gobierno de Sánchez sobre Gibraltar para que la UE le haya dejado tirado en el momento clave del brexit? "No ha tenido ambición, algo que ha heredado del Gobierno anterior. Ha puesto muy bajo el listón y no le han tomado en serio", ha dicho a EL ESPAÑOL el portavoz de Exteriores de Ciudadanos, Fernando Maura. A España le faltó contundencia en la defensa en la UE de sus intereses en Gibraltar: Sánchez siempre dijo que el Peñón no sería un obstáculo para el acuerdo final del brexit y dio por cerrada la negociación hace semanas.

Sin embargo, la primera ministra británica no tiene intención de hacer ninguna concesión sobre la Roca en los próximos días. Así se lo dijo al propio Sánchez durante la conversación telefónica que mantuvieron a última hora del miércoles. "Le dejé absolutamente claro que la soberanía británica sobre Gibraltar quedará protegida y que la relación futura que acordemos debe valer para el conjunto de la familia de Reino Unido, incluyendo Gibraltar", ha señalado May este jueves en la Cámara de los Comunes.

En teoría, el brexit significa que la UE deja de ser neutral en el litigio entre Madrid y Londres por Gibraltar y toma partido claramente por España, el país que se queda. De hecho, los 27 acordaron ya en abril de 2017 que ningún acuerdo futuro entre Reino Unido y la UE se aplicaría al Peñón, salvo que contara con el consentimiento previo de Madrid. Una línea que se ha reiterado en varias cumbres europeas, tanto con el anterior Gobierno de Mariano Rajoy como con el actual de Sánchez.

Sin embargo, a la hora de la verdad la UE ha dejado tirado al presidente del Gobierno y se ha puesto del lado de May. Este jueves, tanto el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, como el del Consejo Europeo, Donald Tusk, han dado por hecho el acuerdo a nivel "político" y lo han hecho público pese a saber que España se opone. Una actitud que contrasta con la solidaridad que los 27 han mantenido hasta el final con Dublín: hasta que Londres no aceptó una solución para evitar una frontera dura en Irlanda del Norte, no se cerró el Acuerdo de Retirada ni se publicaron los textos. Una negociación que duró meses.

El Gobierno se siente traicionado por Bruselas

La Comisión Europea se lava las manos sobre la cuestión de Gibraltar y pasa la pelota a negociaciones de última hora entre los Estados miembros, algo que nunca sucedió en el caso de Irlanda del Norte. ¿Por qué el colegio de comisarios -con la presencia del español Miguel Arias Cañete- ha refrendado la declaración política sin decir nada sobre las preocupaciones de España? "Porque el colegio aprueba una obra que refleja no el acuerdo final sino un acuerdo técnico", responde el portavoz, Margaritis Schinas, que admite que el estatus del Peñón es uno de los flecos que quedan abiertos en el acuerdo del brexit.

El Gobierno de Sánchez se siente traicionado por el negociador de la UE, Michel Barnier. "Si un Gobierno proeuropeo como éste se encuentra en esta situación, es que alguien en Bruselas no ha hecho bien su trabajo", ha denunciado Sánchez.

El secretario de Estado para la UE se queja de que el artículo 184 del Tratado de Retirada (jurídicamente vinculante y que según la interpretación de la abogacía del Estado cuestiona el veto de España sobre Gibraltar) se introdujo en el último minuto a petición británica. Y Barnier en ningún momento avisó al Gobierno de Sánchez antes de dar por cerrado el acuerdo, pese a que en su mandato está recogido que el estatus del Peñón es una línea roja para España.

Lo cierto es que el Gobierno español se siente ahora muy solo en Bruselas, sin la solidaridad que esperaba del resto de socios de la UE. Los otros líderes restan importancia a las reivindicaciones de Sánchez y las atribuyen a la campaña electoral de cara a las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. Todos quieren dejar atrás las negociaciones y cerrar de una vez el acuerdo del brexit, aunque eso suponga pasar por encima de las aspiraciones de España.

"Hay algunos problemas ahora por Gibraltar con España, pero espero que podamos mantener la unidad entre los 27", ha dicho el canciller austriaco, Sebastian Kurz, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, y que se ha  reunido este jueves con May en Londres. La canciller Angela Merkel ha dejado claro que no vendrá a Bruselas a negociar. Si no hay acuerdo antes, mejor cancelar la cumbre del brexit.

¿Es posible todavía encontrar una solución? En Bruselas se habla de una nueva declaración escrita del Consejo Europeo a 27 que reitere que tras el brexit ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido se aplicará a Gibraltar salvo consentimiento previo de España. El problema de esta solución es que no vincula a Londres, como sí lo haría una mención en el Tratado de Retirada o en la declaración sobre las relaciones futuras. Además, la experiencia muestra que la UE puede volver a dejar tirada a España en cualquier momento. ¿Aceptará Sánchez este compromiso o llegará hasta el final con su veto?