Bruselas

Cuando parecía que la UE había dejado definitivamente atrás la Gran Recesión y volvía a crecer a velocidad de crucero, los nubarrones vuelven a acumularse en el horizonte. La economía de la eurozona todavía resiste, pero se encuentra acechada por múltiples peligros: el desafío fiscal del Gobierno populista de Italia, el  proteccionismo de la Casa Blanca de Donald Trump, el impacto del brexit o las turbulencias en los mercados financieros. "El camino por delante está cargado de incertidumbre y de numerosos riesgos interconectados", avisa la Comisión Europea en sus previsiones económicas de otoño publicadas esta semana.

El crecimiento de la eurozona disminuirá desde el 2,4% en 2017 -la cifra más alta en 10 años- al 2,1% este año, antes de ralentizarse aún más hasta el 1,9% en 2019 y el 1,7% en 2018 (para el conjunto de la UE, las cifras son el 2,2%, el 2% y el 1,9%, respectivamente). El Ejecutivo comunitario ha rebajado también las previsiones para España y cuestiona los Presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez. Aún así, la economía española todavía goza de mejor salud que la de Alemania, Francia y, sobre todo, Italia.

"Los fundamentos internos de la economía de la eurozona continuan siendo globalmente favorables", sostiene el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici. El consumo privado seguirá apuntalado el año que viene por la mejora del empleo, la aceleración de los salarios y las medidas expansivas en varios Estados miembros. Las condiciones de financiación aún favorecen la inversión porque la retirada de estímulos del Banco Central Europeo (BCE) procede con mucha cautela. Pero la acumulación de riesgos "podría llevar a un escenario significativamente peor de lo proyectado". "La materialización de cualquiera de estos riesgos podría amplificar los demás y magnificar su impacto", señala la Comisión.

1.- El desafío de Italia

El desafío del Gobierno populista de Roma a las reglas presupuestarias de la UE podría desembocar en una nueva crisis de deuda. En un gesto sin precedentes, Bruselas ha tumbado el plan presupuestario elaborado por La Liga y el Movimiento 5 Estrellas por disparar el gasto público y el déficit y reclama un nuevo borrador para el 13 de noviembre. Además, prepara sanciones por deuda excesiva si no hay una rectificación. Según sus previsiones de otoño, Italia será el segundo país de la UE que menos crezca: un 1,2% en 2019 y 1,3% en 2020. El déficit se disparará al 2,9% en 2019 y el 3,1% en 2020. Es decir, las medidas de estímulo aprobadas por los populistas tendrán un efecto contrario al que pretenden.

"En algunos países muy endeudados, sobre todo en Italia, las dudas sobre la calidad y la sostenibilidad de las finanzas públicas podrían extenderse a los sectores bancarios nacionales, lo que agravaría las preocupaciones en cuanto a la estabilidad financiera y pesaría en la actividad económica", señala la Comisión. Es decir, existe el peligro de que resurja el bucle diabólico entre bancos y deuda pública que a punto estuvo de tumbar a España en 2012. Eso sí, Bruselas respira aliviada porque de momento no hay signos de que la crisis italiana se esté contagiando a otros países.

2.- Turbulencias financieras

El recalentamiento de la economía estadounidense, impulsada por la reforma fiscal  de Trump, podría dar lugar a un aumento más rápido de lo previsto de los tipos de interés a cargo de la Reserva Federal. Eso tendría numerosos efectos indirectos negativos fuera de EEUU, especialmente en los mercados emergentes que son vulnerables a los cambios en los flujos de capital y están expuestos a la deuda en dólares americanos, como Argentina o Turquía. Una situación que se traduciría en nuevas turbulencias en los mercados financieros. La UE también sufriría por sus vínculos comerciales y la exposición de sus bancos a los mercados emergentes, un problema que afecta particularmente a España.

3.- Las guerras comerciales de Trump

Las tensiones comerciales desencadenadas por el proteccionismo de la Casa Blanca de Trump siguen siendo altas, aunque hasta ahora afectan sobre todo al comercio entre Estados Unidos y China. Si al final acaban resurgiendo y extendiéndose un gran volumen de aranceles y barreras no tarifarias, el impacto negativo en el comercio internacional y el crecimiento mundial sería importante. Cualquier guerra comercial también perjudicaría a la UE por su efecto sobre la confianza y las inversiones y su alto nivel de integración en las cadenas de valor mundiales.

Además, persisten los peligros asociados a un aumento de las tensiones geopolíticas en países como Siria, Irán o Ucrania. Unos riesgos que podrían agravarse por la imposición de sanciones extraterritoriales de Washington que acaben afectando a empresas basadas en la UE en los casos de Rusia o Irán. Los precios del petróleo podría subir mucho más de lo previsto si se reducen las exportaciones desde Irán debido a la reciente reintroducción de sanciones por parte de EEUU contra el régimen de los ayatolás.

4.- Un brexit caótico

Un brexit caótico, sin acuerdo de divorcio, comportaría "cambios abruptos en las relaciones comerciales entre Reino Unido y la UE después de abril de 2019 y dañaría las economías de ambos lados del Canal". "El brexit es una situación en la que todo el mundo pierde económicamente", resalta la Comisión. No obstante, en cualquier escenario, el impacto negativo será mucho más grande en Reino Unido que entre los 27. De hecho, la economía británica será la que menos  crezca de toda la UE en los próximos dos años: un 1,2% tanto en 2019 como en  2020. La causa principal es la enorme incertidumbre, que hace que las empresas restrinjan la inversión.