El Gobierno italiano defendió este lunes sus Presupuestos Generales para 2019, que prevén un aumento del gasto público, aunque prometió no incrementar más la deuda del país, que actualmente supera el 130% del producto interior bruto (PIB), en una carta enviada a la Comisión Europea (CE) y difundida este lunes. Este mismo martes Bruselas podría tumbar estos presupuestos.

"El Gobierno italiano es consciente de haber elegido una dirección de la política presupuestaria que no está en línea con las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Ha sido una decisión difícil pero necesaria a la luz del persistente retraso en la recuperación de los niveles del PIB", se lee en la misiva.

En ella, el ministro de Economía, Giovanni Tria, ofrece explicaciones sobre las dudas planteadas por Bruselas y espera que sean "suficientes" para calmar los temores.

La prima de riesgo italiana, que mide el diferencial entre el bono italiano a diez años y el alemán del mismo plazo, cerró este lunes en 304 puntos básicos y la rentabilidad del bono a diez años alcanzó el 3,490%.

Por su parte, la Bolsa de Milán acabó bajista y su índice selectivo FTSE MIB cedió un 0,60%, hasta situarse en los 18.966,22 puntos.

Italia ha elaborado un plan presupuestario para 2019 que prevé un déficit de 2,4% del PIB, el triple de lo estimado por el anterior Gobierno, que pronosticó que sería del 0,8% para 2019, una cifra que Bruselas ha advertido que podría suponer un incumplimiento de las normativas europeas y alzaría el déficit estructural del país.

El Ejecutivo italiano, formado por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, es consciente de que "no hace un ajuste estructural del déficit" en 2019 y así lo admite en la carta, pero sostiene que no tiene "intención de ampliar el déficit estructural en el bienio 2020-2021", pues su objetivo es que el déficit sea del 2,1% en 2020 y el 1,8% en 2021.

En cuanto a la elevada deuda, que actualmente supera el 130% del PIB, la Administración que dirige el jurista Giuseppe Conte se compromete a reducirla de forma progresiva, hasta el 130% en 2019; el 128,1% en 2020; y 126,7% en 2021.

Italia argumenta que así podrá aplicar las promesas electorales que M5S y la Liga realizaron a sus votantes y que fomentarán el crecimiento económico hasta el 1,5% del PIB para el próximo año, un dato que está muy alejado del 1% que prevé el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el país.

"El Gobierno considera particularmente insuficientes las condiciones macroeconómicas y sociales actuales, diez años después de la crisis, y estima necesario dar un impulso al crecimiento", expone el texto.

Además, critica que "hasta ahora, el debate sobre las cuentas se ha limitado a los números y a los indicadores, y no ha tenido en consideración las reformas que se realizarán y que estarán incluidas en estos Presupuestos".

Unas políticas que buscarán la "simplificación fiscal, combatir la corrupción y la evasión fiscal", e irán "destinadas a crear un ambiente favorable a las inversiones" públicas y privadas.

No obstante, el Gobierno trata de tranquilizar a la Comisión y asegura que revisará continuamente si se están cumpliendo las previsiones y, de no ser así, tomará medidas.

"Si la relación entre el déficit y el PIB y la deuda y el PIB no evolucionan en línea con el plan, el Gobierno se compromete a intervenir, tomando las medidas necesarias para que los objetivos indicados se respeten rigurosamente", apunta.

Finalmente, Italia justifica que estas cifras "no van a poner en riesgo la estabilidad financiera ni de Italia ni de otros países miembros de la UE".

"Hemos explicado la dirección de nuestra política económica, los objetivos que queremos alcanzar. Estamos dispuestos a sentarnos y a seguir debatiendo con la CE", dijo hoy por su parte el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, en un rueda de prensa con medios extranjeros en Roma.

Conte destacó que el Ejecutivo italiano no tiene intención de cambiar los Presupuestos porque esto supondría "admitir un error", pero matizó que dialogará con la Comisión, en un clima "constructivo".

La CE confirmó la recepción de la carta y ahora determinará qué pasos dar. Las normas europeas permiten que la CE rechace un borrador de presupuesto cuando hay un incumplimiento grave y que pida uno nuevo al país en cuestión, una situación que hasta ahora nunca se ha dado.

El comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, subrayó hoy que el presupuesto italiano no respeta las reglas comunes de la zona euro, pero también que Bruselas no quiere una crisis con su Gobierno y que van a mantener "un diálogo constructivo".